jueves, 12 de marzo de 2015

¿Qué hacer ante la baja de los precios del gas?

Iván Finot: Economista, especializado en desarrollo y descentralización
¿Por qué bajaron los precios de los hidrocarburos?  Simplemente por oferta y demanda: los altos precios permitieron hacer rentable la explotación del gas de esquisto en EEUU –similar al que existe en Vaca Muerta (Argentina)-  y de yacimientos submarinos (por ejemplo en Brasil), y aumentar la oferta. Y, por otro lado, la demanda bajó, principalmente por la desaceleración de China y el estancamiento económico de Europa. Ante una mayor oferta y una menor demanda, los precios bajaron.

¿Se puede esperar que esta baja de precios sea sólo temporal?  Todo hace presumir que no: los productores de petróleo barato -Arabia Saudita y otros países del Oriente medio y también Rusia- pueden mantener e incluso aumentar sus niveles de producción porque sus costos son bajos. Y les conviene que los precios sigan bajos para frenar la competencia de aquella explotación que es más costosa, como la mencionada.
La bonanza pasó y en Bolivia no la aprovechamos para dejar de depender algún día de la extracción de recursos naturales no renovables. Incluso la industrialización de estos recursos, aunque sea efectuada por empresas estatales, no va a romper esa dependencia. La misma CEPAL, que había propuesto esa estrategia en los años 60, la abandonó ante la crisis de la deuda de los 80, a la que contribuyeron empresas estatales ineficientes. Y la sustituyó por una nueva: "La transformación productiva con equidad” (1990), cuyo núcleo es desarrollar la capacidad de conocimiento. Hoy existe un consenso en que el conocimiento -ya no el capital- es lo esencial para el crecimiento económico de largo plazo y es evidente que donde todos tienen iguales oportunidades de educación de alto nivel –por ejemplo en los países nórdicos de Europa- la desigualdad es muchísimo menor.
Por otro lado la "maldición de los recursos naturales” -en el sentido de que los países rentistas no pueden salir de esa situación y por ello no progresan- no es inevitable. Ecuador lo comprendió y ha privilegiado como destino de su renta petrolera la educación al más alto nivel con igualdad de oportunidades para todos. Así lo mostró el presidente Correa en oportunidad de conmemorar el octavo aniversario de la "Revolución Ciudadana” (15 de enero 2015). Y en esa oportunidad insistió en otro de los objetivos fundamentales de su política de desarrollo: que todos sean emprendedores.
El Estado boliviano en cambio orientó primordialmente los recursos provenientes de la bonanza a la industrialización de recursos naturales y a la reducción de la pobreza extrema a través de bonos, logrando en esto último significativos resultados. Pero subsisten enormes desigualdades y no se vislumbra una alternativa al rentismo y a la dependencia.
Lo imperativo para mantener el crecimiento en el mediano plazo sería hacer modificaciones en la inversión pública, estimular la inversión privada y abrir mercados. En inversión pública, concluir los proyectos de industrialización de recursos naturales y hacerlos funcionar pero por ahora no emprender otros.
¿Qué hacer ante la baja de los precios del gas? Felizmente en las sucesivas gestiones del actual gobierno se puso en práctica una política anticíclica que, al contrario de lo que ya está ocurriendo con Venezuela, permitirá al país seguir creciendo, aunque con menor ritmo, por unos años, incluso si no se modifican las políticas económicas actuales. Esa política se refleja actualmente en un alto nivel de reservas internacionales y también fiscales. A estas últimas contribuyen los criticados porcentajes de ejecución de los gobiernos subnacionales, que ahora gastarán los recursos que no gastaron. Y también el ahorro privado acumulado en estos años de bonanza es importante.
Pero obviamente las reservas se agotan. Lo imperativo para mantener el crecimiento en el mediano plazo sería hacer modificaciones en la inversión pública, estimular la inversión privada y abrir mercados. En inversión pública  se debe concluir los proyectos de industrialización de recursos naturales y hacerlos funcionar pero por ahora no emprender otros. No, por ejemplo, en energía nuclear. Pero sí continuar con la inversión en infraestructura básica: transporte, agua, generación y distribución de energía, y comunicaciones  (esta última es clave y todavía muy insuficiente).
Continuar con la inversión pública en infraestructura básica sería parte de una política más amplia orientada a estimular la inversión por parte de innumerables emprendedores, antiguos y nuevos, grandes y pequeños, inversión hasta hora frenada principalmente porque la regulación aún imperante no la facilita, sino la obstaculiza. Es necesario superar el pasado: que iniciar, hacer funcionar y cerrar un emprendimiento sea fácil. No como ahora que todo incentiva la inversión informal, temporal por naturaleza y por ello dedicada primordialmente al comercio. Y también recuperar y abrir nuevos mercados.
Finalmente, no es tarde para crear las condiciones para que en un futuro todos los bolivianos puedan desarrollar al máximo su capacidad. Salud y Educación requieren de grandes transformaciones. No se trata solamente de invertir más en esto, sino de hacer cambios importantes en los obsoletos sistemas heredados.
En ambas políticas: estimular el emprendedurismo general y mejorar salud y educación, tendrían un papel coprotagónico los gobiernos subnacionales. Será clave que todos los municipios y departamentos desarrollen e implementen estrategias de desarrollo económico regional y local a través de procesos consensuados con todos los actores, y también que concurran (como está previsto) en la implementación y financiamiento de las
Fuente: periódico "Página Siete"

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