El informe “El estado de los bosques del mundo (SOFO)” 2016 –el más reciente informe SOFO de la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO)-muestra que “es posible incrementar la productividad agrícola y la seguridad alimentaria y, al mismo tiempo, detener o incluso revertir la deforestación”.
El Director General de la FAO, José Graziano da Silva, fue aún más enfático al señalar hace poco, durante la presentación de dicho informe al inicio del 23º período de sesiones del Comité de Bosques de la FAO, que “el mensaje clave del SOFO (2016) es claro: no es necesario talar los bosques para producir más alimentos”.
Graziano da Silva indicó además que “la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, así como el Acuerdo de París sobre el cambio climático, reconocen que ya no podemos abordar por separado la alimentación y la gestión de los recursos naturales. Ambos acuerdos requieren un enfoque coherente e integrado sobre la sostenibilidad en todos los sectores agrícolas y sistemas alimentarios. En este sentido, los bosques y la silvicultura desempeñan un papel clave”.
La deforestación, que ha sido identificada por distintos expertos como una de las principales causantes de fenómenos extremos de sequías e inundaciones (padecidas hoy en gran parte del territorio boliviano), ha estado en aumento en Latinoamérica.
El informe SOFO muestra que la agricultura comercial es la principal generadora de deforestación en América Latina: entre 2000 y 2010 el 70% de la deforestación se dio gracias a la agricultura comercial. Además, fue la Amazonia una de las regiones más afectadas, gracias a los agronegocios, a través de prácticas como el pastoreo extensivo, el culto de soja y las plantaciones de palma aceitera.
Graziano da Silva indicó además que “la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, así como el Acuerdo de París sobre el cambio climático, reconocen que ya no podemos abordar por separado la alimentación y la gestión de los recursos naturales. Ambos acuerdos requieren un enfoque coherente e integrado sobre la sostenibilidad en todos los sectores agrícolas y sistemas alimentarios. En este sentido, los bosques y la silvicultura desempeñan un papel clave”.
La deforestación, que ha sido identificada por distintos expertos como una de las principales causantes de fenómenos extremos de sequías e inundaciones (padecidas hoy en gran parte del territorio boliviano), ha estado en aumento en Latinoamérica.
El informe SOFO muestra que la agricultura comercial es la principal generadora de deforestación en América Latina: entre 2000 y 2010 el 70% de la deforestación se dio gracias a la agricultura comercial. Además, fue la Amazonia una de las regiones más afectadas, gracias a los agronegocios, a través de prácticas como el pastoreo extensivo, el culto de soja y las plantaciones de palma aceitera.
Pérdida de bosque
en Bolivia
Si bien la agricultura comercial es la principal causa de deforestación a nivel latinoamericano, en Bolivia es la ganadería la que ha tomado ese lugar desde inicios del siglo XXI.
En un trabajo conjunto, los investigadores Robert Müller (Universidad de Göttingen, Alemania), Daniel Larrea-Alcázar, Saul Cuéllar y Sara Espinoza (los 3 de la Fundación Amigos de la Naturaleza-FAN, Bolivia), evidencian que “si bien la agricultura mecanizada (producción de soya) fue la principal causa de deforestación en los 90’s, los resultados presentados aquí sugieren que en la última década la ganadería fue la principal causa de deforestación”.
En Bolivia, la deforestación causó la pérdida de 1 millón 820.000 hectáreas de bosques en el periodo 2000-2010. La ganadería fue causante de más del 50% de esta deforestación, la agricultura mecanizada contribuyó con un 30%, mientras que la agricultura de pequeña escala fue responsable del 18%, detalla el estudio.
Y aunque Bolivia se encuentra entre los diez países con mayor cobertura de bosque tropical, es llamativo que al mismo tiempo está entre los que experimentan las mayores pérdidas por deforestación, según la FAO. Si bien la causa de la deforestación ha cambiado, ésta ha seguido en aumento.
La situación puede empeorar gracias a la Ley 337 de Apoyo a la Producción de Alimentos y Restitución de Bosques (2013), con la que el gobierno pretende aumentar la frontera agrícola de Bolivia de 5,6 millones de hectáreas (ha) a 9 millones de ha hasta el año 2025 (incremento del 60%). La Cámara Agropecuaria del Oriente (CAO), por su parte, considera que Bolivia puede expandir su frontera agrícola a 15 millones de ha en los próximos años.
La justificación de esta medida es, precisamente, incrementar la producción de alimentos.
en Bolivia
Si bien la agricultura comercial es la principal causa de deforestación a nivel latinoamericano, en Bolivia es la ganadería la que ha tomado ese lugar desde inicios del siglo XXI.
En un trabajo conjunto, los investigadores Robert Müller (Universidad de Göttingen, Alemania), Daniel Larrea-Alcázar, Saul Cuéllar y Sara Espinoza (los 3 de la Fundación Amigos de la Naturaleza-FAN, Bolivia), evidencian que “si bien la agricultura mecanizada (producción de soya) fue la principal causa de deforestación en los 90’s, los resultados presentados aquí sugieren que en la última década la ganadería fue la principal causa de deforestación”.
En Bolivia, la deforestación causó la pérdida de 1 millón 820.000 hectáreas de bosques en el periodo 2000-2010. La ganadería fue causante de más del 50% de esta deforestación, la agricultura mecanizada contribuyó con un 30%, mientras que la agricultura de pequeña escala fue responsable del 18%, detalla el estudio.
Y aunque Bolivia se encuentra entre los diez países con mayor cobertura de bosque tropical, es llamativo que al mismo tiempo está entre los que experimentan las mayores pérdidas por deforestación, según la FAO. Si bien la causa de la deforestación ha cambiado, ésta ha seguido en aumento.
La situación puede empeorar gracias a la Ley 337 de Apoyo a la Producción de Alimentos y Restitución de Bosques (2013), con la que el gobierno pretende aumentar la frontera agrícola de Bolivia de 5,6 millones de hectáreas (ha) a 9 millones de ha hasta el año 2025 (incremento del 60%). La Cámara Agropecuaria del Oriente (CAO), por su parte, considera que Bolivia puede expandir su frontera agrícola a 15 millones de ha en los próximos años.
La justificación de esta medida es, precisamente, incrementar la producción de alimentos.
¿Deforestar para
alimentar?
Sin embargo, según la Directora de la División de Políticas y Recursos Forestales de la FAO, Eva Müller, “la seguridad alimentaria puede lograrse a través de la intensificación agrícola y otras medidas como la protección social, más que con la expansión de las áreas agrícolas a expensas de los bosques”.
Según el SOFO 2016, más de 20 países han obtenido éxito desde 1990 al mejorar sus niveles nacionales de seguridad alimentaria y al mismo tiempo mantener o aumentar la cubierta forestal, demostrando así que no es necesario talar los bosques para producir más alimentos.
Los logros se basaron en un conjunto similar de herramientas: marcos eficaces, tenencia segura de la tierra, medidas para regular los cambios del uso del suelo, incentivos normativos para la agricultura sostenible y la silvicultura, financiación adecuada, y una clara definición de los roles y responsabilidades de los gobiernos y comunidades locales.
El informe SOFO cita particularmente estudios de caso de siete países –Chile, Costa Rica, Gambia, Georgia, Ghana, Túnez y Vietnam– que ilustran las oportunidades para mejorar la seguridad alimentaria y aumentar o mantener la cubierta forestal. Destaca en Latinoamerica el caso de Costa Rica, que ha logrado aumentar la cubierta forestal hasta casi el 54 por ciento de la superficie terrestre del país en 2015.
Mientras tanto, en Bolivia, el especialista Robert Müller afirma que “dentro del gobierno actual existen dos visiones oficiales pero contrarias sobre el desarrollo de país: una visión ambientalista y otra agrarista”.
Pero la Ley 337 (Apoyo a la Producción de Alimentos y Restitución de Bosques) “ofrece la posibilidad de legalizar posteriormente desmontes ilegales entre 1996 y 2011, lo que muestra quizás una reducida predisposición del gobierno actual a aumentar el control de deforestación”, advierte Larrea-Alcázar al final de su investigación.
alimentar?
Sin embargo, según la Directora de la División de Políticas y Recursos Forestales de la FAO, Eva Müller, “la seguridad alimentaria puede lograrse a través de la intensificación agrícola y otras medidas como la protección social, más que con la expansión de las áreas agrícolas a expensas de los bosques”.
Según el SOFO 2016, más de 20 países han obtenido éxito desde 1990 al mejorar sus niveles nacionales de seguridad alimentaria y al mismo tiempo mantener o aumentar la cubierta forestal, demostrando así que no es necesario talar los bosques para producir más alimentos.
Los logros se basaron en un conjunto similar de herramientas: marcos eficaces, tenencia segura de la tierra, medidas para regular los cambios del uso del suelo, incentivos normativos para la agricultura sostenible y la silvicultura, financiación adecuada, y una clara definición de los roles y responsabilidades de los gobiernos y comunidades locales.
El informe SOFO cita particularmente estudios de caso de siete países –Chile, Costa Rica, Gambia, Georgia, Ghana, Túnez y Vietnam– que ilustran las oportunidades para mejorar la seguridad alimentaria y aumentar o mantener la cubierta forestal. Destaca en Latinoamerica el caso de Costa Rica, que ha logrado aumentar la cubierta forestal hasta casi el 54 por ciento de la superficie terrestre del país en 2015.
Mientras tanto, en Bolivia, el especialista Robert Müller afirma que “dentro del gobierno actual existen dos visiones oficiales pero contrarias sobre el desarrollo de país: una visión ambientalista y otra agrarista”.
Pero la Ley 337 (Apoyo a la Producción de Alimentos y Restitución de Bosques) “ofrece la posibilidad de legalizar posteriormente desmontes ilegales entre 1996 y 2011, lo que muestra quizás una reducida predisposición del gobierno actual a aumentar el control de deforestación”, advierte Larrea-Alcázar al final de su investigación.
Fuente: periódico "El País-Tarija"
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