jueves, 25 de septiembre de 2008

Quienes Somos

Antecedentes


Bolivia en este momento es un país en múltiples transiciones, los nuevos procesos de ampliación de la democracia se ven reflejados en la participación ciudadana, el control social, la toma de decisiones y la elaboración de propuestas, sobre los recursos naturales estratégicos que el país posee.

El Observatorio Boliviano de los Recursos Naturales es un espacio que busca consolidar la ampliación de la democracia a partir de la organización de la sociedad civil nacional para el control del ingreso económico y la explotación racional de los recursos naturales con los que contamos.

Nuestros Objetivos:

Coadyuvar con el proceso de transparencia de la información y la gestión en torno a las políticas extractivas de nuestros recursos naturales.

Proporcionar un espacio de investigación, información, debate, interpelación y propuesta ciudadana.

Fortalecer la participación y organización ciudadana para la construcción de políticas públicas relacionadas a la gestión y defensa de los recursos naturales en el marco de un desarrollo nacional ecológicamente sustentable y económicamente sostenible.

¿Quienes Somos?

El Observatorio es una alianza social conformada por diferentes sectores y organizaciones existentes en la sociedad boliviana:

Movimientos sociales, organizaciones laborales, sindicatos, colegios de profesionales, organizaciones de la prensa, organizaciones de jóvenes, organizaciones de mujeres, analistas, intelectuales y población en general para coadyuvar con los procesos de transparencia en las políticas extractivas nacionales.

Temas Claves Del Observatorio:

- Gestión de Hidrocarburos.

- IDH y políticas de redistribución.

- Control Social y transparencia.

- Efectos Ambientales de la explotación de los hidrocarburos.

Nuestras Acciones

- Investigación e información actualizada de la gestión de nuestros recursos naturales extractivos.

- Seguimiento y control entorno a los recursos económicos que genera el trabajo de la explotación por parte de las petroleras.

- Acompañamiento al ingreso y la inversión pública derivada de las ganancias hidrocarburiferas.

- Conformación de plataformas departamentales, regionales y nacionales para el control, la gestión y la coordinación con el estado entorno a los recursos naturales que posee el país.

Contactenos


Para Mayor Información Y Sumarse Al Observatorio

Sucre:
Calle Junin Nro 407 (Galería Huici 2do piso) – Telf. 6456869
email: observatorio.bol@gmail.com


La Paz:
Calle Cañada Strongest Nº 1782. - Edif. Napoli Piso 1 Oficina: 1-A

Zona: San Pedro – Telf. 2914633
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El Alto:
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Guerra del Gas en Bolivia

Noruega y Bolivia Empiezan a Cooperar

Petróleo Para El Desarrollo


Escrito por Hans Olav Borte y Marte Gustad Iversen

En noviembre de 2007 Bolivia y Noruega firmaron un acuerdo que consiste en un intercambio de experiencias en el sector del petróleo y el gas. En esta relación el programa del gobierno noruego Petróleo para el desarrollo se ha establecido en Bolivia. El programa tiene como objetivo apoyar a los países en vía de desarrollo a manejar sus recursos hidrocarburíferos en una manera de que puedan disminuir la pobreza y mejorar las condiciones de vida de la población. En efecto se ha mostrado difícil para países con grandes recursos naturales utilizar estos para el bien del pueblo. Noruega es uno de los países que mejor ha logrado canalizar el crecimiento en el sector petrolero a otros sectores de la sociedad, y a través de Petróleo para el desarrollo el gobierno noruego desea transferir las experiencias y los conocimientos obtenidos durante los últimos cuarenta años.

Petróleo para el desarrollo es una cooperación basada en una demanda, es decir que se establece después de una iniciativa hecha por el país recipiente. Después de un pedido por parte de Bolivia, Petróleo para el desarrollo ha decidido hacer un proyecto de largo plazo aquí. Según el gobierno noruego esta fue una decisión política basada en el proceso de cambio en el que Bolivia se encuentra ahora, en el cual las experiencias noruegas del manejo del petróleo podrían tener relevancia. En el año 2008 Petróleo para el desarrollo tiene un presupuesto de 246 millones de coronas. Cinco millones están destinadas a Bolivia. El acuerdo implica en la primera instancia una asistencia profesional a las autoridades, en la cual Noruega contribuye con competencia dentro de la creación de instituciones, sistemas de información, legislación y el manejo de los ingresos generados por el petróleo y el gas. El Ministerio de Hidrocarburos y Energía es el punto de referencia más importante y luego otras instituciones públicas son incorporadas cuando sea conveniente.

El acuerdo también da la oportunidad de que Petróleo para el desarrollo apoye a organizaciones noruegas que tienen socios bolivianos (organizaciones no gubernamentales y sindicatos). En el 2007 el Ministerio de Asuntos Externos estableció un consulado en La Paz que por parte del gobierno noruego administra el convenio. Hasta ahora el trabajo que realiza el consulado ha dado pocos resultados visibles, y los plazos dados no han sido cumplidos. Entre otras cosas la evaluación de las actividades en Bolivia que tenía que estar terminada para enero 2008, todavía no está hecha. Según Petróleo para el desarrollo no es necesario realizar la evaluación todavía porque no ha habido mucha actividad. Justo por esa misma razón nosotros consideramos que es importante que se haga una evaluación de la presencia de Petróleo para el desarrollo en Bolivia.


Petróleo para el desarrollo ha sido criticado por su trabajo en otros países, sobre todo en Angola donde comparte oficina con la petrolera estatal noruega Statoil. Está explícitamente dicho en el plan de trabajo de Petróleo para el desarrollo que tiene que haber una división clara entre Petróleo para el desarrollo e intereses económicos noruegos. Se puede preguntar si está división está mantenida en Angola. El Petróleo para el desarrollo no tiene conocimiento a ninguna presencia noruega dentro del sector petrolero de Bolivia. Esto indica que no existe una presencia o que está mantenida la clara división. Algunos/muchos preguntan por que el estado noruego quiere realizar este trabajo en Bolivia sin ningún tipo de compensación, pero mientras las petroleras noruegas no estén establecidas en Bolivia no hay por que dudar las intenciones de Petróleo para el desarrollo en el país. Más allá de eso el gran problema es que el trabajo va muy lento. Después de un año no hay resultados concretos a nivel gubernamental, que es el nivel enfocado en el proyecto. Un resultado positivo de la cooperación es la financiación dada para establecer el Observatorio Boliviano de los Recursos Naturales.


Para lograr transparencia las organizaciones independientes y la sociedad civil juegan un papel crucial, y el Observatorio es una consecuencia directa de la cooperación entre Noruega y Bolivia. El Observatorio, entre otras cosas, controla por parte de la sociedad civil el uso de los ingresos de los hidrocarburos. Además estamos actualmente averiguando la posibilidad de establecer una oficina de Transparencia Internacional (TI) en Bolivia. TI es la principal organización internacional que lucha para combatir la corrupción, y la embajada danesa en Bolivia ha contactado al consulado noruego en La Paz, que es el encargado de Petróleo para el desarrollo en Bolivia, para ver si TI puede establecerse acá.

Desde Rockefeller Hasta Una Redistribución De Los Recursos

Una Introducción Al Petróleo Y El Gas

Escrito por Hans Olav Børte y Marte Gustad Iversen

La economía de Bolivia es, y desde la colonización en el siglo 16, ha sido basada en la extracción de recursos naturales. Durante la historia principalmente se ha tratado de diferentes tipos de minerales. Hoy en día los productos de exportación más importantes son el petróleo y el gas. Generalmente ha sido una tradición fuerte en América Latina de presencia y propiedad extranjeras, especialmente dentro del sector energético. Tanto por la necesidad de una gran cantidad de capital y tecnología como el hecho de que una falta de protección de los recursos naturales lo ha hecho fácil para actores privados explotar las grandes riquezas. En este caso Bolivia no representa ninguna excepción. La exploración del petróleo en Bolivia comenzó a principios del siglo 20, y en 1921 la petrolera norteamericana Standard Oil, del grupo Rockefeller, recibió su primera concesión. Después de un tiempo controló un área de 46 000 km2, algo que corresponde a un poco más que el país de Dinamarca, además la petrolera tuvo un nivel de impuestos muy bajo. El acuerdo inicialmente duraba 55 años, pero en 1937 Bolivia expropió el petróleo después de la Guerra del Chaco.

Las Petroleras Declaran Guerra

El Chaco es una zona que cubre 290 000 km2 en el área de las fronteras de Bolivia, Paraguay y Argentina. La Guerra del Chaco, que duró desde 1932 hasta 1936, formalmente fue una guerra territorial entre Bolivia y Paraguay. En realidad fue un juego sobre derechos al petróleo, impulsado por Standard Oil en el lado boliviano y Royal Dutch Shell en el paraguayo. Para Bolivia la guerra resultó en 56 000 muertos, principalmente de los pueblos quechua y aymará, y una gran pérdida de territorio. Sin embargo Bolivia se quedó con la parte del Chaco que tiene bastante petróleo.

Expropiación Y Control Estatal

Después de la guerra Bolivia enfrentó a Standard Oil que no había cumplido los requisitos de las concesiones dadas al principio de los años 1920. El 21 de diciembre de 1936 la petrolera estatal Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) fue fundada, y poco tiempo después, en 1937, los recursos petrolíferos fueron nacionalizados bajo el régimen del presidente David Toro. Fue la primera vez que el estado expropió propiedad privada tanto en Bolivia como en toda Sudamérica, algo que marcó un cambio significante en la actitud hacia las inversiones extranjeras. Sin embargo, fue recién después de la revolución en 1952 que la producción del petróleo despegó. Hasta 1964 la producción promedia subió de 2500 a 10 000 barriles por día. Además empezó la explotación del gas natural. En este período Bolivia volvió a permitir las inversiones extranjeras, y en total 14 empresas recibieron permiso para operar un área de casi 14 millones de hectáreas. La más importante de estas fue la norteamericana Gulf Oil que obtuvo condiciones muy favorables. Pagó solamente unos 30% de impuestos de los ingresos de la producción de petróleo y gas. Por lo tanto el gobierno de Alfredo Ovando Candía nacionalizó la propiedad de Gulf Oil en 1969 argumentando que Bolivia misma debería controlar y beneficiar de los recursos.

El Gas Remplaza El Petróleo

La considerable subida en producción de petróleo y gas en los años 60 fue el antecedente del apogeo económico que llegó a su auge a mediados de los 70. En ese momento los precios de las materias primas estaban altas, la producción extensa, y había fácil y rápido acceso a crédito y préstamos internacionales. Sin embargo, Bolivia no pudo convertir el crecimiento económico en un desarrollo integrado y estructural, y por lo tanto fue un boom económico artificial con consecuencias negativas para el futuro. El apogeo llevó consigo falsas expectativas, inversiones sobredimensionadas, y mayores posibilidades de una caída económica.

Durante los años 70 fue descubierto que Bolivia tenía reservas mucho más grandes de gas que de petróleo. Después de Venezuela, Bolivia tiene las reservas de gas más grandes de Sudamérica, y a partir de 1985 el gas se convirtió en el principal artículo de exportación del país. Si es refinado y distribuido de una manera racional entre el mercado interno y externo, el gas tiene la posibilidad de ser una importante y creciendo fuente de ingresos para Bolivia. Las grandes reservas especialmente ponen a Bolivia en una posición favorable frente a los países vecinos Brasil y Argentina, que consumen mucho gas.

Capitalización

Como parte de la política económica neoliberal, y bajo la influencia del Banco Mundial (BM) y el Fondo Monetario Internacional (FMI), un amplio proceso de privatización fue llevado a cabo durante los años 80 y 90. La privatización, o capitalización que se llama en Bolivia, consistió en vender 50% de las acciones en las principales empresas estatales a empresas privadas. Entre ellas YPFB, que también fue dividido en entidades más pequeñas. La idea supuestamente era atraer inversiones en el sector petrolero, y como consecuencia aumentar los ingresos. Sin embargo, las empresas privadas obtuvieron condiciones muy favorables, y pagaron un impuesto de soloamente 18%, y por lo tanto la mayoría de los ingresos se quedaron en los bolsillos de los dueños extranjeros en vez de beneficiar al estado y el pueblo bolivianos. Cuando Bolivia privatizó las refinerías el estado perdió la posibilidad de controlar el alza de precios en productos de consumo importantes en el mercado interno, como por ejemplo la gasolina, y también la cantidad extraída. Además a las transnacionales les interesaba más el mercado de exportaciones que el boliviano. En el mercado mundial podían jugar el papel tanto de vendedor como de comprador, y entonces podían establecer los precios.

La Nueva Nacionalización

En 2005 el Congreso aprobó una nueva ley de petróleo en el cual el nivel de impuestos subió a 50%, y el 1 de mayo de 2006, Evo Morales declaró la tercera nacionalización boliviana de los recursos hidrocarburíferos. Implica que el estado recupera por lo menos 51% de las empresas capitalizadas, más una refinanciación de YPFB. En la propuesta para la nueva constitución política de estado YPFB es dado una posición especial como administrador de los hidrocarburos en todas las partes de la cadena productiva. Después de que fue iniciado el proceso de la nacionalización los ingresos de la industria petrolera ha triplicado, y los impuestos han subido de 18% en 2005 a 76% en 2007. En los medios de comunicación en Noruega y otros países industrializados esta nacionalización ha sido presentado como radical y algo que crea un ambiente inseguro para las inversiones. El ganador del Premio Nóbel de Economía y ex -economista del Banco Mundial Joseph Stiglitz es uno de los que abiertamente ha aplaudido el proceso de nacionalización. Según Stiglitz esta nacionalización es el mero hecho de reconquistar algo que ha sido robado del pueblo boliviano, y un proceso necesario. En comparación Noruega no ha vivido este tipo de nacionalización, pero cobramos más impuestos, desde el principio exigimos que las empresas privadas que operaban en el país educaran a noruegos en el sector de exploración, explotación y refinación, y tenemos una petrolera estatal con grandes concesiones en el territorio noruego.

Morales no ha expropiado las empresas privadas, pero en el 2006 el presidente dio la oportunidad a las petroleras presentes en Bolivia de renegociar los contratos dentro de un período de 180 días. Los nuevos contratos fueron aprobados por el Congreso poco tiempo antes de que se terminara el plazo, y han sido criticados tanto por la oposición como por algunos de los partidarios de Morales. Muchos de los actores de la izquierda opinan que al permitir que las transnacionales se quedan en el país, el gobierno legitima violaciones de los contratos anteriores, y continua con un modelo económico neoliberal. Consideran que es una contradicción de la política socialista que fue la plataforma sobre la que Morales fue elegido, y la política que quiere realizar.

Dos años después de la nacionalización, el 1 de mayo de 2008, Morales pudo declarar que el Estado ha asumido la mayoría accionista en cuatro de las petroleras que operan en Bolivia. Se trata de empresas capitalizadas y separadas de YPFB en los años 90: Chaco, Andina, Transredes y CLHB. El gobierno llegó a un acuerdo con Andina a través de negociaciones, mientras las demás han sido obligadas a vender acciones. Precisamente el hecho de que Morales gasta tiempo y dinero en recuperar las petroleras ha sido criticado, y se discute si se puede llamar una verdadera nacionalización. Mirko Orgaz del comité cívico de la izquierda de Camiri, una de las ciudades petroleras en el sur de Bolivia, dice, por ejemplo, que cuando el Estado Boliviano da una compensación económica a las empresas extranjeras, está pagando por algo de que en realidad es propiedad suya. Cuando YPFB fue capitalizado las transnacionales fueron obligadas a invertir en la industria petrolera, pero en realidad las inversiones fueron muy escasas y por lo tanto Orgaz opina que no merecen ninguna compensación. Las únicas inversiones hechas fueron realizadas con dinero ganado con los hidrocarburos del pueblo boliviano, algo que significa que verdaderamente son los bolivianos mismos que han invertido. Sin que la mayoría de las ganancias haya beneficiado al país.

Aunque Orgaz y otros críticos tienen argumentos completamente legítimos para la expropiación creemos que en este momento es algo que posiblemente pueda dañar más que estimular la economía del país. Hay evidencias de que YPFB no está suficientemente fuerte para manejar los retos del sector petrolero solo, considerando la necesidad de capital, tecnología y conocimiento. Esto se ha mostrado, por ejemplo, en el hecho de que YPFB en los últimos dos años ha tenido cinco presidentes diferentes. En los estatutos de la empresa está claramente expresado que el presidente tiene que tener como mínimo 10 años de experiencia de la industria petrolera, una condición que no ha sido cumplida últimamente. Es esencial que este requisito sea cumplido y que YPFB esté manejado por personas altamente calificadas y en concordancia con la política oficial de los hidrocarburos. Esperamos que YPFB con el tiempo pueda obtener el conocimiento necesario para gestionar los recursos del país de una manera sostenible que beneficie a toda la nación. Recién entonces puede controlar completamente su propia industria hidrocarburífera como está exigiendo el pueblo. Además que un fortalecimiento de YPFB es una demanda popular en Bolivia que el sector petrolero se industrialice. Tanto para crear empleo como para añadir valor agregado al gas exportado. Como ejemplo Bolivia está vendiendo gas natural a Brasil que refina el gas y lo vuelve a vender a Bolivia a un precio más alto. Esto genera grandes pérdidas para Bolivia tanto en las importaciones como en las exportaciones, y fácilmente se entiende que esto no es buen negocio para el país. Sin embargo concuerda con la política del Banco Mundial de cómo se puede utilizar los recursos para fomentar crecimiento económico en un país en vía de desarrollo. Gobiernos anteriores siguieron los consejos de FMI y el Banco Mundial que siguen insistiendo en que lo mejor para Bolivia sería vaciar los pozos de petróleo y gas sin recibir mucho en retorno. Hoy en día parece que Evo Morales ha considerado varios aspectos importantes antes de poner su política en marcha. El gobierno está realizando una nacionalización, y también el país se queda con capacidad, capital y tecnología. El Banco Mundial planteaba que la nacionalización resultaría en una fuga de capital, pero hasta ahora esto no ha pasado. Ahora el estado tiene mayor control del sector petrolero y han aumentados sus ingresos, y al mismo tiempo las inversionistas extranjeras se han quedado en el país. Falta ver si esta vez los recursos naturales se quedan en manos bolivianas el tiempo suficiente para que el país tenga un desarrollo económico y social.