miércoles, 29 de agosto de 2012

PLANTA petroquímica reactivará 40% de los cultivos degradados

En el país hay 1.160.000 hectáreas que están en proceso de degradación por diversos factores como el calentamiento global, escasa rotación de cultivos y mala manipulación de químicos sin previa capacitación.












De las 2,9 millones de hectáreas de cultivos que hay en el país, alrededor del 40% (1,2 millones) está en proceso de degradación, el cual será reactivado con la puesta en marcha de las plantas de amoniaco y urea, que impulsa Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) Corporación.


Estas tierras se han degradado debido a los fenómenos del calentamiento global, el uso excesivo de maquinaria pesada y la escasa rotación de cultivos a nivel nacional, indicó el director del Instituto Nacional de Innovación Agropecuaria y Forestal (Iniaf), Lucio Tito.

“De los 2,96 millones de hectáreas que tenemos, se estima que el 40 por ciento de los cultivos está en proceso de degradación, afectado por los fenómenos del cambio climático y otros factores”, indicó Tito en declaraciones a Cambio.

El Iniaf otorga servicios de análisis de suelos para que el productor sepa cómo están sus tierras y se calcule cuánto fertilizante o nutriente necesitan sus terrenos para mejorar la producción de alimentos, contribuyendo a la seguridad alimentaria.

“Nosotros apoyamos el uso de fertilizantes químicos, y que el Estado tenga su empresa de urea permitirá aumentar la capacidad de producción de estos cultivos que están en ese proceso de degradación”, afirmó.

A partir del amoniaco, además de la urea, es posible producir una gama de fertilizantes y productos como el nitrato de amonio, grado explosivo y grado fertilizante, NPK fertilizantes, sulfato de amonio, señala un informe de YPFB Corporación.

El fertilizante de urea aporta con nitrógeno, que ayudará al desarrollo de la planta.

De igual forma, indicó que el cloruro de potasio permitirá ahorrar el uso de agua en los cultivos.

“Estos dos elementos son los vacíos más importantes que hemos tenido en la aplicación de nuestros cultivos”, comentó Tito.

Añadió que las principales aplicaciones de los fertilizantes serán en los productos donde se tiene déficit como trigo, y se ampliará a otros sectores para mejorar la calidad y el rendimiento.

Plantas petroquímicas
Las plantas de urea y amoniaco estarán ubicadas en Bulo Bulo, provincia Carrasco, Cochabamba, tendrán la capacidad de producir 420 mil toneladas métricas de amoniaco y 650 toneladas métricas de urea al año. Su funcionamiento estará listo para 2015.

La construcción de la planta de fertilizantes, en la provincia Carrasco de Cochabamba, generará 3.000 fuentes de trabajo en sus diferentes fases a desarrollarse durante tres años.

DATOS
• Bolivia cuenta con 2,9 millones de hectáreas de cultivos que garantizan la producción agrícola.
• El Iniaf señala que cerca del 40 por ciento, 1.160.000 hectáreas, está en proceso de degradación.

• La puesta en marcha de las plantas petroquímicas de urea y amoniaco ayudará a reactivar ese 40% que está en proceso de degradación.

• La planta petroquímica tendrá una capacidad de producir 420 mil toneladas métricas de amoniaco y 650 toneladas métricas de urea al año.

• La empresa coreana Samsung Engineering Co. Ltda. se encargará de la construcción por un valor de 843 millones de dólares.

• La mayor parte de la producción se destinará a la exportación a Brasil y Argentina.


Iniaf certificará la calidad del fertilizante

El director del Instituto Nacional de Innovación Agropecuaria y Forestal (Iniaf), Lucio Tito, informó que esta entidad dará la certificación a los fertilizantes que produzca el complejo petroquímico.

Explicó que los fertilizantes químicos ingresan al país de manera ilegal  y son de dudosa procedencia porque no tienen una certificación de calidad.

“Nosotros vamos a certificar que esos fertilizantes están en condiciones adecuadas para ser aplicados, y vamos a recomendar la dosificación exacta”, aseveró el ejecutivo del Iniaf.

En cuanto a su aplicación, los productores no saben las cantidades exactas que se requiere para no dañar los suelos.

Fuente: periódico "Cambio" La Paz-Bolivia - 29/08/2012

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