jueves, 23 de abril de 2009

“La ley 1689 (de Gonzalo Sánchez de Lozada) permitía recaudar una mayor renta petrolera y los recursos naturales no fueron enajenados"


Entrevista a Víctor Hugo Cárdenas en el semanario Energy Press, sobre la gestión petrolera cuando fue vicepresidente (años 1993 -1997) y la mirada actual de la industria.


Víctor Hugo Cárdenas (VHC), nació a orillas del lago Titicaca, en la provincia Ingavi del departamento de La Paz, un 4 de junio de 1951 y se desempeño como vicepresidente, en la primera gestión presidencial de Gonzalo Sánchez de Lozada, en 1993.


Energy Press (EP).- ¿Se siente afectado por haber sido el vicepresidente de Gonzalo Sánchez de Lozada, una especie de icono de la política neoliberal, calificada de haber enajenado los recursos naturales de los bolivianos?

VHC.- La enajenación de los recursos naturales fue una acusación fácil del MAS para impulsar su plataforma política y destruir a sus contrincantes. A tres años de gobierno siguen con esta desgastada muletilla para descalificar a quienes ponen en peligro su permanencia en el poder. Aclaremos que los recursos naturales no fueron enajenados. Se crearon las condiciones para atraer inversiones en mejores condiciones que con otros gobiernos y los resultados obtenidos demostraron que sólo con inversión extranjera se pudo multiplicar las reservas probables de Bolivia.

Existen estudios efectuados por profesionales como Mauricio Medinaceli que demuestran que, en escenarios de precios bajos como los actuales, la Ley de Hidrocarburos 1689 permitía recaudar una mayor renta petrolera que la Ley 3058.


EP.- ¿Es justo, como ex vicepresidente, cargar con todas las consecuencias de un gobierno?

VHC.- El tiempo pondrá en su verdadera dimensión histórica los beneficios para el país, en un horizonte de mediano y largo plazo, la modernización de la economía boliviana realizada por ese gobierno (de Gonzalo Sánchez de Lozada). Un gobernante carga con lo bueno y también con los defectos de un gobierno. La gestión de 1993 a 1997 fue de cambios para bien.


EP.- El predominio de los intereses externos, la continuidad de la orientación extractivista, por encima del objetivo de la industrialización, son los principales argumentos en contra de la Ley 1689 de Hidrocarburos. ¿Qué habría modificado usted de esta Ley?

VHC.- Había una orientación hacia la extracción y exportación pero esa tendencia se basó, en un primer momento, en la modernización de la economía nacional, era impensable pensar en industrializar algo inexistente.

No habría seguridad de cumplir el contrato de exportación al Brasil por la debilidad de nuestras reservas. Solo cuando se confirmó la magnitud de las reservas descubiertas, surgen las voces por industrializar pero antes que exportar lograron paralizar todos los proyectos de exportación y de industrialización. ¿No es sospechoso el actual silencio del reclamo a Evo Morales por la falta de industrialización y por la falta de volúmenes de exportación?

Si se puede volver en el tiempo, por ejemplo, lo que acortaría serían los plazos para desarrollar la industrialización después de certificar los volúmenes de reservas, así como las condiciones de inversión en este rubro para las empresas que hubieran consolidado sus mercados de exportación.


EP.- ¿Qué aspectos debería priorizar una política hidrocarburífera en el país?

VHC.- se debe garantizar la reproducción del excedente generado por la industria petrolera, garantizar las condiciones para producir la riqueza del subsuelo y dar seguridad al abastecimiento al mercado interno.

Ningún país ha podido desarrollar una política hidrocarburífera sin inversiones, sin seguridad jurídica y si institucionalidad. Es estas tres condiciones no existen en nuestro país y las consecuencias están a la vista: disminuyo la producción, se incumplieron los contratos de exportación, se desabasteció el mercado interno y se desató una incontrolable corrupción.


EP.- ¿Cómo evalúa la capacidad negociadora del actual gobierno, en ele marco del proceso de nacionalización?

VHC.- Las nacionalizaciones de los tres últimos Primeros de Mayo demuestren que el gobierno nunca tuvo una voluntad negociadora para llegar a acuerdos que permitan la coexistencia equilibrada entre el Estado y las petroleras. La consigna de tener socios y no patrones fue simple discurso porque es Estado terminó de patrón monopólico sin socios en toda la cadena de los hidrocarburos por las medidas de fuerza que dio fin a la participación privada en el Upstream y el en el Downstream. La compra hostil de acciones, la toma militar continua de instalaciones y la prepotencia con nuestros principales compradores de gas natural, están provocando el colapso de la industria petrolera en nuestro país.


EP.- ¿Qué sugeriría para encarar la puesta en marcha de YPFB?

VHC.- La pregunta es en si misma, demuestra el estado en que se encuentra la empresa bandera del país. Después de tres años de gobierno, todos nos preguntamos como ponemos en marcha a YPFB?

La respuesta seria debe venir de conocedores del negocio petrolero y con experiencia de gestión empresarial y no aprendices improvisados en la conducción del Ministerio de Hidrocarburos, de YPFB y de la Superintendencia de Hidrocarburos.

La primera herramienta debería ser la institucionalidad de estas tres entidades, eligiendo personal probo y capacitado para dirigirlas según las leyes y reglamentos existentes.

Se debe despolitizar la gestión empresarial eliminando el acecho hambriento de los movimientos sociales a los ítems técnicos y se deben buscar los equilibrios mínimos con las empresas privadas en el lugar de amenazantes discursos.


EP.- ¿El gas será nuevamente el eje central de la campaña electoral que se avecina?

VHC.- No debería ser así, porque desde el año 2003 ser demostró que el uso demagógico de los recursos naturales solo traería perjuicios y parálisis al desarrollo de los hidrocarburos en el país. Ojalá haya un debate serio, no ideológico y sin la demagogia de quienes tuvieron una desastrosa gestión en el rubro.


EP.- VHC tiene un requerimiento acusatorio por la construcción del gasoducto Bolivia-Brasil. ¿Cómo esta encarando esta situación?

VHC.- es una acusación política sin fundamento ante la debacle de su hegemonía y su interés por ocultar sus felonías. Demostrare en cualquier corte imparcial que mis actos de gobernante estuvieron apoyados en la CPE y las leyes vigentes.


EP.- Víctor Hugo Cárdenas hace gala de ser una persona muy equilibrada. ¿Hay algo que lo saca de quicio?

VHC.- Todavía no, trato siempre de controlar cada palabra, decir sólo lo que puedo sustentar con pruebas y actuar conforme a lo que pienso.


Fuente, semanario “ENERGY PRESS” Bolivia – 6 al 12/04/2009.

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