La capacidad de aprovisionamiento de la industria es de aproximadamente 3.960.000 toneladas de soya y el déficit de granos ronda las 1.360.000 toneladas.
Según el presidente de la Caniob, Guillermo Ribera, las industrias oleaginosas del país tienen una capacidad para procesar 12.000 toneladas de soya por día y actualmente operan al 70% de su capacidad de molienda; eso debido a la falta de grano.
Hizo saber que la agroindustria conserva una línea de que hay que abastecer los requerimientos de materia prima del sector. Teniendo en cuenta que la industria asegura la compra total del grano producido en el país, Ribera cree que se debe dejar de exportar granos y apostar por el intercambio comercial de productos derivados como la harina y el aceite, que generan valor agregado, divisas, empleo y mayor aporte al erario nacional por medio de impuestos.
Desde la perspectiva sectorial la expansión de la frontera agrícola debe ser definida como política nacional del Gobierno para que, junto a otras alternativas como la utilización de semilla mejorada genéticamente, se aumente la producción de grano de soya en el territorio nacional.
Las industrias, por su parte, de acuerdo con Ribera, continúan apoyando al sector primario con financiamiento para fomentar la expansión del área cultivable de soya. En el ámbito institucional, dio cuenta de que el sector ha invertido más de $us 1.000 millones en los últimos cinco años para potenciar el área de acopio con nuevos silos y mejorar las condiciones de molienda, esto con el único objeto de asegurar la recepción de todo el grano que produce el sector primario.
En el ámbito productivo, con datos de la Asociación de Productores de Oleaginosas y Trigo (Anapo), la producción de la campaña de verano 2015-2016 fue de 2.137.000 toneladas, comparada con la campaña de igual época 2014-2015 que fue de 2.173,000 toneladas, lo que marca una ligera caída del 2%.
Mercado y comercio exterior Los países del bloque andino -Colombia, Ecuador y Perú- son los principales mercados de destino para los productos oleaginosos. El país cafetero es la principal plaza comercial que absorbe la oferta oleaginosa exportable, aunque este año se registró un problema con este mercado debido a que el Gobierno colombiano, el 29 de febrero, aprobó el Decreto Supremo 323 que establece la no aplicación del arancel 0% a las importaciones de aceite de soya y girasol de terceros países a esta nación.
Al perder Bolivia esa preferencia se puso en desventaja las exportaciones nacionales, con respecto a competidores como Estados Unidos y Argentina.
De acuerdo con la Caniob, India es el nuevo mercado que el sector ha comenzado a explotar, aunque dan cuenta de que, por ahora, alcanza una demanda marginal. La organización evitó detallar volúmenes negociados.
Perspectivas sectoriales Aunque es difícil hacer previsiones, la Caniob se declara muy preocupada por la sequía existente, que está afectando la siembra de invierno de soya y girasol y que puede provocar pérdidas al agricultor y a la industria por la falta de materia prima.
Además del déficit de granos que restringe las operaciones en un 100% de la capacidad instalada en las industrias, preocupa a la Caniob la falta de logística y aspectos de tramitación para la exportación que pone a la industria nacional en condiciones desventajosas respecto a las industrias de países vecinos.
‘Camisa de fuerza’Para el gerente general de la Cámara de Exportadores, Logística y Promoción de Inversiones de Santa Cruz (Cadex), Oswaldo Barriga, las distorsiones asociadas a la restricción y al control de la producción bajo una ‘camisa de fuerza’ amarrada a la venta de la producción con cupos y precios preferenciales en el mercado interno, para poder exportar, está generando un círculo vicioso y caída de las exportaciones del sector oleaginoso, el tercero más importante del país.
Desde la perspectiva del gerente de la Cadex es hora que Gobierno se ponga del lado de la industria boliviana, elimine estas normas y ayude a los actores del complejo productivo soyero nacional a ser más competitivos.
Hizo notar que, al presente, las industrias afrontan un ahogo tributario, de fiscalización de las empresas y una competencia desleal por el ingreso legal de productos argentinos, brasileños, peruanos y colombianos que han invadido los mercados y quitado participación a las industrias que operan en el territorio nacional.
Eliminar las restricciones para que la industria trabaje con certidumbre es, a juicio de Barriga, el eje punta de lanza para promover mayor productividad. “Hay que aspirar a pasar de producir entre dos y tres millones de toneladas de soya a seis, siete u ocho y eso se consigue incrementando la productividad del agro con eficiencia en los sistema de producción con riego, financiamiento al productor que ha sido castigado por la sequía y uso de transgénicos. Hay que sacarse la tara que afecta la salud para promover mayores índices de productividad”, sentenció.
Mirada gubernamental
Desde el Ministerio de Desarrollo Productivo y Economía Plural, la titular de esta cartera, Verónica Ramos, indicó que se ha convocado y escuchado a los industriales y productores para individualizar la problemática de cada uno y que, a partir de ello, se articulará una política pública, a corto plazo, que conduzca a una solución estructural para fomentar mayor producción en la próxima campaña de siembra.
El jueves, en una visita a Santa Cruz, el presidente Evo Morales se reunió con dirigentes de algunos sectores productivos y comprometió ayuda para aliviar los problemas del agro cruceño.
Fuente: periódico "El Deber"
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