El Ministerio de Hidrocarburos sigue presentando el incremento de producción (explotación) de gas de los últimos años como un gran logro, sin un respaldo actualizado de reservas probadas, y pese a que ya se están manifestando los problemas derivados de esta política.
El reciente “impase” sobre el envío de gas de Bolivia a Argentina, que según autoridades de ambos países ha sido superado, motivó profundizar sobre lo que ya parece síntoma de un problema mayor y sus causas.
En mayo de 2016 se conoció que Argentina gestionaba la compra de gas a Chile, debido a que (según autoridades argentinas) Bolivia no estaba en condiciones de cumplir con las obligaciones contractuales acordadas en la adenda al contrato de compra y venta de gas natural suscrita el año 2010, que establece un mínimo de 19 millones de metros cúbicos diarios (MMmcd) para la época de invierno.
En el sitio web de la subsidiaria YPFB Transporte (desde hace un año existe una notoria falta de acceso a la información por parte de YPFB), se puede constatar que: del 1 al 9 de mayo el volumen de gas enviado por YPFB era de alrededor de 15 MMmcd. En esos mismos días, los envíos a Brasil superaban los 30 MMmcd (acorde al contrato con ese país).
Desde el 11 de mayo se observa que YPFB comienza a enviar un mayor volumen de gas natural a Argentina, de los 15 anteriores a alrededor de los comprometidos 19 MMmcd, comportamiento que se mantiene hasta finales de ese mes. Curiosamente, se observa también que desde ese mismo día disminuyeron los envíos de gas natural a Brasil, bajando de un promedio de 31 MMmcd a 24 MMmcd.
Este patrón de comportamiento se ve nuevamente en lo correspondiente al mes de junio: del 1 al 6 de junio se continúa enviando los volúmenes establecidos en el contrato con Argentina en torno a los 19 MMmcd, mientras Brasil recibe alrededor de 24 MMmcd.
Pero el 7 de junio, cuando Brasil incrementó su demanda a 31 MMmcd (al ser mercado prioritario de acuerdo con la RM 255/2006), se disminuyó nuevamente los envíos a Argentina a 13,7 MMmcd.
Vistos los datos, pareciera que YPFB está haciendo malabarismos para cumplir con el envío de gas a sus principales mercados.
Según el Ministerio de Hidrocarburos, las entregas de gas natural a los mercados de exportación de Argentina y Brasil entre el 29 y 30 de junio fueron ajustadas debido a la ejecución de trabajos de mantenimiento en el Campo Margarita, y fueron comunicadas oportunamente a ambos mercados.
Efectivamente, según datos de la web de YPFB Transporte, los mencionados días 29 y 30 de junio el envío a Argentina se redujo a alrededor de 11 MMmcd (a Brasil se mantuvieron en alrededor de 30 MMmcd).
Según lo anunciado por el Ministerio, los envíos se “normalizaron” a partir del viernes 1 de julio, pero se normalizaron hacia la situación antes descrita: el 1 de julio se envió a Argentina 11 MMmcd y a Brasil 31, el 2 de julio se envió a Argentina 15 MMmcd y a Brasil 29, a partir del 4 de julio se subió lo enviado a Argentina a 17 MMmcd y se disminuyó lo enviado a Brasil a 24 MMmcd, comportamiento que se mantiene al menos hasta el 7 de julio. Los malabares siguen.
¿Cuál es la causa de esta situación?
En un reciente análisis, la Fundación Jubileo afirma que la razón por la que actualmente Bolivia no puede enviar mayores volúmenes de gas natural a sus dos principales compradores es precisamente la acelerada producción (explotación y exportación como materia prima) de este hidrocarburo.
El Ministro de Hidrocarburos, Luis Alberto Sánchez, ha celebrado, al igual que todos sus predecesores, el acelerado vaciamiento gasífero: “En diez años hemos duplicado la producción de gas, en 2005 producíamos 30 millones de metros cúbicos (mmcd), ahora 60”, reiteró la semana pasada.
Pero Jubileo observa que “este incremento se explica, como ya se venía advirtiendo en reiteradas ocasiones, por una explotación acelerada de las reservas ya conocidas (fundamentalmente Sábalo y Margarita), lo cual se ha traducido en una sobreexplotación de los campos, aspecto que adelanta su etapa de declinación y consecuente disminución de producción”.
Esto puede traer como consecuencia una posible posición débil en una renegociación del nuevo contrato con Brasil (2019) o con nuevos compradores, pero principalmente pone en duda la provisión de materia prima (gas natural) para el desarrollo de proyectos de industrialización, cuyas millonarias inversiones ya están programadas.
Hace escasos días, el ministro Sánchez afirmó que para el año 2020 la producción de gas (explotación) será de más de 80 MMmcd (20 MMmcd adicionales a los 60 actuales), pero esta producción adicional se dará principalmente en base al funcionamiento de nuevas plantas de procesamiento y sistemas de compresión, y muy poco en base a nuevos descubrimientos.
La tendencia de acelerar el vaciamiento gasífero sin certificación y sin reserva estratégica, al parecer, continúa.
Eterno retraso en certificación de reservas
La Ley Nº 3740, del año 2007, establece que cada año YPFB debe publicar el nivel de reservas, certificadas por una empresa contratada mediante licitación internacional. Sin embargo, la última certificación oficial fue presentada en julio del 2014, con datos al 31 de diciembre de 2013.
Esta certificación estableció que Bolivia tenía 10,5 trillones de pies cúbicos (TCFs) de reservas probadas, 3,5 TCFs de reservas probables y 4,2 TCFs de reservas posibles.
Fuente: periódico "El País"
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