La administración del presidente Evo Morales invitó este martes 12 a las transnacionales petroleras a participar e invertir más de los negocios hidrocarburíferos en Bolivia, ofreciéndoles reservas incrementadas, mayores mercados, estabilidad, reglas e incentivos.
Para que el país sea centro energético del continente se deberá además lograr otros cuatro pilares: consolidar el mercado interno, industrializar el sector, ampliar sus mercados y exportar energía, dijo el vicepresidente Alvaro García, durante la inauguración, en Santa Cruz, del VI Congreso Internacional Gas&Petróleo.
“No se va a detener el ritmo de las inversiones” previstas por 14.000 millones de dólares (MM/$us) para el periodo 2016-2020, anunció García, que destacó las destinadas a las plantas termoeléctricas, por actuales 1.500 MM/$us con base en gas barato.
En general para las plantas de procesamiento de gas natural licuado en marcha y la futura petroquímica de amoniaco, úrea y plásticos duros “no recurriremos a socios y compraremos tecnología”, excepto en el caso de los plásticos blandos, etilenos y polipropilenos, donde hay que “oir sugerencias para definir mercados”, señaló también el Vicepresidente.
Al presentar la evaluación gubernamental sobre el sector de los hidrocarburos en Bolivia, García aseguró que “lo peor de la crisis ya ha pasado”, en relación a precios.
Agregó que la administración “ha repuesto” las reservas que gastó en estos últimos años de acelerada monetización de las reservas hidrocarburíferas y sobreexplotación de campos, según analistas, para situarlas este año en 11 TCF (trillones de pies cúbicos, por su sigla en ingles) y a un potencial tope de 23 TCF “a ser certificados” en los próximos años, mientras que en producción incrementada “se sigue batiendo récords”.
Insistió el Vicepresidente en su oferta de mayores incentivos a las transnacionales para atraer inversiones, junto con mercados, estabilidad y reglas claras, a fin de cumplir con futuros compromisos no solo de exportación de gas a Argentina, Brasil y otros países sino de energía eléctrica con base en plantas termoeléctricas a gas e hidroeléctricas, teniendo en cuenta que actualmente sólo la falta de líneas de transmisión impide que Argentina compre energía de las termoeléctricas.
La sola exportación de gas genera “hasta cuatro dólares por unidad exportada, pero la petroquímica puede dar seis dólares y la exportación de energía nueve”, dijo al aclarar que el precio a pagar a las empresas será un precio de exportación, porque “a las transnacionales no les conviene producir energía para el mercado interno”, cuyo precio es más bajo.
INTRANSPARENCIA Y VIEJOS PROBLEMAS
A tres años de renovar o no la exportación gas a Brasil y con reservas sobreexplotadas en función de la monetización acelerada para el gasto gubernamental en la última década, la estatal YPFB trataba de reducir el impacto de viejas críticas y nuevas tribulaciones, o al menos neutralizarlas.
Junto a la intransparencia de sus informes, expresada en diversas cuentas no actualizadas –como el nivel de reservas o la remuneración de las transnacionales desde 2012–, o simplemente inexistentes en sus medios de divulgación pública, la estatal YPFB arrastraba dificultades ya crónicas en inversión exploratoria y declinación de megacampos.
Los precios de exportación del gas boliviano habían caído este trimestre hasta un 44 % respecto de los vigentes el 2015. Y lo que el 2012 se llegó a vender en 11,12 dólares (a Argentina, por millar de BTU/unidad térmica británica) y 9,4 dólares (a Brasil) estaba previsto que baje a 3,1 y 2,9 $Us/BTU, respectivamente.
Con esas cotizaciones –casi abatidas a un 25 % respecto de sus topes de hace cuatro años– YPFB se empeñaba en producir aún más, con previsiones de superar dificultades de abastecimiento a los mercados de exportación y a otros que aún busca a futuro.
A la polémica de sus ejecutivos con diversos analistas sobre las insuficientes reservas actuales de gas, se sumó este lunes el presidente Evo Morales señalando que éstas subirán este año a 11 trillones de pies cúbicos (TCF, en inglés) respecto de los 10,45 trillones registrados en 2013.
“Hoy tenemos aproximadamente 10,8 TCF”, aseguró la pasada semana su ministro de Hidrocarburos y Energía Luis Alberto Sánchez.
En vísperas del Congreso que reúne a transnacionales de la industria gasífera y petroquímica mundial y empresas estatales, el mandatario confirmó también la baja progresiva de la renta petrolera a 2.500 millones de dólares (MM/$us) en la gestión 2016.
El año 2014 la cuota parte de Bolivia en el negocio alcanzó el máximo de 5.489 MM/$us, de acuerdo con el informe presidencial 2006-2016, de enero pasado.
Según la tendencia señalada por Morales, de 16.000 MM/$us al 2020, el promedio de esa renta no rebasará los 3.200 MM/$us anuales.
Para contrarrestar dificultades en la exportación gasífera a Brasil y Argentina, el Presidente anunció el incremento de la producción desde agosto próximo –no desde julio como se insistió oficialmente estas semanas- con ajustes en la planta Incahuasi, en 6,7 millones de metros cúbicos día (Mmcd) con lo que se bordearía los 67 MMmcd.
Los anuncios fueron precedidos a comienzos de julio por nuevos incentivos a las transnacionales que se suman a anteriores estímulos también criticados porque no han contribuído al aumento sustancial de las inversiones en hidrocarburos ni al descubrimiento de campos similares a los que la sobreexplotación acelera en su declinación.
El VI Congreso Gas&Petróleo, “el más importante de Bolivia”, según calificó el ministro Sánchez, era esperado por el gobierno boliviano como una buena oportunidad para “llegar a un acuerdo en el tema de electricidad".
La administración Morales alienta al menos seis grandes proyectos de termoelectricidad con base en gas natural, barato (costo boliviano aproximado de 1$us por unidad de BTU/Unidad térmica británica) para la exportación de energía a países vecinos.
Recientes estudios señalan que hasta el 78 % de la generación actual tiene origen en el gas natural destinado al creciente mercado interno.
Al IV Congreso (2014) asistieron consorcios norteamericanos y brasileños como Braskem, IHS Chemical y la CNPC/China, interesados en las plantas petroquímicas y áreas de explotación, mientras que en el III (2013) participaron entre otros Samsung-Corea, Tecnimont-Italia y Tecnicas Reunidas-España que lograron contratos en Bolivia.
Este año destaca la participación de la rusa Gazprom, en busca de nuevas concesiones hidrocarburíferas, del Foro de Países Exportadores de Gas, CNPC, además de las tradicionales YPF argentina y Petrobras.
VENTAS A PRECIOS BAJOS Y OTROS CUESTIONAMIENTOS
Las críticas sobre el no descubrimiento de nuevos campos y reservas arreciaron en mayo pasado al cumplirse 10 años de la nacionalización de los hidrocarburos, al tiempo que los problemas de producción y abastecimiento para la exportación replantearon la “recuperación” o explotación más intensificada de las reservas ya conocidas.
En realidad, la sobreexplotación de los campos a consecuencia de la acelerada monetización de las reservas declinantes para financiar los gastos del gobierno, databa desde la gestión 2012 cuando comenzó a observarse los primeros síntomas del despilfarro de la renta petrolera y el paulatino aumento de las ganancias de las transnacionales, tanto por utilidades como por costos recuperables que ascendían a 11.000 solo entre 2006 y 2014).
Por otro lado, el gobierno se había hecho para sí desde la nacionalización del 2007 de la mayor parte de la tajada nacional (en total 33.768 MM/$us entre 2006-2016), a costa de las regiones y otras instituciones, tras sumar al 16 % de participación de YPFB (5.491 MM/$us) otros 2.571 MM/$us por el manejo en el Tesoro nacional (TGN) de porciones asignadas al Impuesto Directo a los Hidrocarburos (IDH, como recursos al Fondo Indígena, Fuerzas Armadas, etc.), y a Regalías (6 % para el TGN), así como la recaudación de impuestos up y dow stream (7.180 MM/$us) cobrados por el SIN.
El 22 de junio pasado, durante la Cátedra Marcelo Quiroga Santa Cruz de la Universidad Mayor de San Andrés, se confirmó que de la renta petrolera sólo el 40 % (unos 13.400 MM$us) correspondía a IDH, según cuadros del analista Raúl Velásquez.
El resto correspondía un 15 % a Regalías (5.100MM/$us), en tanto que la porción mayor del 45 % estaba administrada por el gobierno, se verificó también, de acuerdo a la distribución de la renta petrolera nacional, con base en cifras oficiales.
En el mismo evento, el analista Juan Carlos Guzmán señaló que “la exportación es cada vez más ineficiente, pues actualmente exportamos cuatro veces más para producir la misma riqueza”.
Fuente: periódico digital "ERBOL"
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