Ametex se consolidó como la principal empresa textilera del país; sin embargo, los atentados del 11 de septiembre del 2001 y el cierre de las preferencias arancelarias a los mercados norteamericanos le causaron grandes problemas en su sostenibilidad. El Gobierno se hizo cargo de la compañía bajo el nombre de Enatex y casi cuatro años después la cerró.
"Ingresé a trabajar a Ametex en 2002 como confeccionista, un operario. En esa época la compañía tenía a más de 2.600 trabajadores. Incluso contaba con su propia escuelita (centros de capacitación textil) porque cada año se retiraban en promedio entre 30 a 40 personas que eran reemplazadas”, declaró el extrabajador Gerónimo Cori.
El empleado comenzó a trabajar con un salario de 900 bolivianos, casi el doble del mínimo nacional para ese entonces. Sólo un año antes, la compañía atravesó uno de sus principales problemas que se registró con el ataque a las dos torres del World Trade Center (Centro Mundial de Comercio) de New York.
El economista Armando Álvarez sostuvo que con ese ataque terrorista los mercados redujeron drásticamente la demanda. De ahí comenzó la empresa a tener problemas. Si bien recuperó algo, no alcanzó los niveles que tenía anteriormente.
Esa situación aún no la sentían los propios trabajadores de la textilera. "Para esos años no teníamos tiempo para descansar, producíamos prendas para Polo todo el tiempo porque habían grandes pedidos que cumplir”, recordó Cori.
Pero Ametex tenía como cliente a esa marca, también entregaban sus prendas en el mercado norteamericano a firmas como Náutica y Lee.
El economista Hörst Grebe destacó que ése fue "el éxito de Ametex, el de disponer de un mercado preferencial”, que en esa época regía a través del la Ley de Preferencias Arancelarias Andinas y Erradicación de Drogas (ATPDEA).
La compañía creció del tal forma que requirió subsanar problemas de abastecimiento de hilos y otros insumos. Lanzó al mercado bursátil bonos por 20 millones de dólares que le permitieron comprar maquinaria.
Álvarez explicó que la firma contaba con una buena calificación de riesgo porque tenía un bajo nivel de endeudamiento.
El segundo y letal problema se produjo a los casi dos años de que el presidente Evo Morales asuma la Presidencia. El 15 de diciembre de 2008 el Gobierno norteamericano de George W. Bush suspendió los beneficios del ATPDEA para Bolivia debido a la falta de colaboración en la lucha contra el narcotráfico.
El primero de julio del 2009 finalizó el plazo que se tenía para apelar la decisión. En aquel entonces, Morales declaró que "por encima de algunas reivindicaciones sectoriales, regionales o de comercio está nuestra dignidad, y ya hemos empezado a dignificarnos”.
Tras esa decisión, la producción de la empresa comienza a caer. "Pese a ello teníamos otros clientes, se mandaba no sólo a Venezuela, sino a otros países”, indicó Cori.
Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), en 2009, se exportaron a nivel nacional prendas de vestir por 46 millones de dólares y al siguiente año la cifra sube a 57 millones de dólares. Ese año, Cori ascendió a supervisor, controlaba la calidad de prendas, la elasticidad, el lavado y el acabado para confirmar que sea de primera clase.
Sin embargo, los problemas fueron acumulándose.
En 2010 la calificadora de riesgo Fitch Ratings advirtió que los bonos de deuda de Ametex son de riesgo y que la compañía tiene una perspectiva negativa y alertó sobre "una incertidumbre respecto a la continuidad de las operaciones de la empresa”.
En su informe explicó que "la difícil situación por la que atraviesa la empresa se debe principalmente al retraso en la devolución de impuestos, al incremento en los costos de mano de obra por alzas salariales, según la ley y a la eliminación de las preferencias arancelarias ATPDEA”.
Los trabajadores comenzaron a sentir los problemas a partir de 2012. "Ya nos debían dos salarios y en una asamblea de trabajadores el propietario Marcos Iberkleid nos dijo que necesitaba de cinco millones de dólares para reactivar la compañía”, recordó Cori.
Negociaciones y Enatex
El dirigente de los trabajadores de Enatex dijo que la dirigencia de ese entonces comenzó a negociar con el Ministerio de Desarrollo Productivo para que el Gobierno se haga cargo. "Creímos que sería una buena alternativa y que nos pagarían los salarios puntualmente, como sucede con los maestros”, agregó.
La apuesta del Gobierno fue comenzar con las exportaciones a mercados alternativos a los de Estados Unidos. Para alcanzar este objetivo asignó tres fideicomisos para la operación de la nueva textilera.
En 2012 -a propósito de su creación-, el monto fue de 53 millones de bolivianos. Un año más tarde, la suma fue de 104 millones aprobado a través del Decreto Supremo 1844 y tuvo como objeto la compra de activos de Ametex. En 2015, la cifra ascendió a 142 millones de bolivianos (DS 2290).
Grebe opinó que el Estado asumió la conducción con una idea de que se podría reemplazar el mercado americano con el de Venezuela. Eso no se cumple, porque además las dimensiones de ese mercado eran considerablemente menores al de EEUU.
Álvarez cree que "el deterioro de la economía venezolana obviamente impidió que ése sea un mercado atractivo que reemplazara a los que la empresa solía exportar (...) Incluso hubo problemas de cobranza”.
Había bastantes demoras y Enatex era una compañía que requería cubrir sus costos. Eso fue deteriorando la economía de la empresa, que ya se encontraba en una situación delicada.
En enero del 2015, la exministra de Desarrollo Productivo Teresa Morales confirmó que Venezuela tenía una deuda de 16 millones de dólares y que le causó a la nueva firma Enatex serios problemas de liquidez. Los trabajadores denunciaron también una mala administración.
Mediante decreto 2765 de 14 de mayo, el Gobierno anunció el cierre de Enatex y la modificación de naturaleza jurídica a Servicio Nacional Textil (Senatex). Los aproximados mil trabajadores quedaron desempleados.
Fuente: periódico "Página Siete"
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