Bolivia busca, a través de la concreción de proyectos hidroeléctricos como El Bala y Rositas, convertirse a futuro en un ofertante “imbatible” de energía eléctrica a precios competitivos para mercados como el de Argentina, Brasil y Chile, informó el presidente en ejercicio Álvaro García.
“ Estamos apostando a tener una mayor oferta de energía eléctrica para tener un tipo de precio y de oferta y en volumen que sea imbatible para cualquier otro ofertante de energía”, afirmó en una conferencia de prensa.
Desveló que la administración del presidente Evo Morales tiene la premisa de consolidar al país como un ofertante de electricidad seguro, en grandes volúmenes y a buenos precios. La premisa, tal como fija la Agenda 2015, es convertir a Bolivia en centro energético de la región.
“En el caso de Argentina y Brasil, nosotros queremos vender energía (pero) necesitamos tener una producción en firme, es decir permanente y con la suficiente cantidad como para hacer los costos de inversión en el transporte y eso es poniendo en marcha El Bala y Rositas”, señaló.
“Cuando tengamos El Bala y Rositas funcionando, Bolivia se presenta en el mercado de Chile y de Brasil con una gran oferta de grandes volúmenes energéticos y a muy buenos precios”, insistió el gobernante, quien asumió la presidencia de manera interina ante la ausencia de Morales.
El horizonte de proyecto tiene como meta producir entre 1.000 y 4.000 megavatios (MW) a través de los hidroeléctricas El Bala y Rositas. El primero está localizado sobre el río Beni, en el límite de los departamentos La Paz y Beni, con una inversión proyectada de unos $us 6.000 millones y una capacidad de generación de 3.676 MW.
El proyecto Rositas estará emplazado en la confluencia de los ríos Rositas y Grande, en la región de Abapó, en el departamento de Santa Cruz. Además se perfilan unas siete presas aguas arriba de Rositas para la generación de energía eléctrica. Su central hidroeléctrica tendrá una potencia mínima instalada de 400 megavatios (MW).
Sectores opositores e indígenas que habitan las áreas involucradas en ambos proyectos se oponen a la ejecución del plan por los posibles daños medioambientales.
Fuente: periódico "La Razón"
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