Un trabajo realizado por el PIEB establece que es inminente que exista un proceso de colonización en el territorio, lo cual va acompañado de una mayor deforestación debido a chaqueos y parcelamientos.
- Resultado Según el estudio Compensación por Servicios Ambientales de Carbono para el 2030, el 65% del TIPNIS habrá sufrido deforestación a raíz de la construcción de la carretera Villa Tunari - San Ignacio de Moxos.
- Antecedentes Con base en estudios se sostiene que hay evidencia fidedigna de que las carreteras se convierten en motores de deforestación, al margen de que sean muy planificadas.
- Histórico Entre 1976 y 2007 en el TIPNIS se perdieron 50 hectáreas de bosque en la parte sur de este territorio, la cual corresponde a lo que se conoce como Polígono 7.
Con la construcción del tramo II de la carretera Villa Tunari–San Ignacio de Moxos por en medio del Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS), en 18 años se perdería el 65% del bosque de este espacio, según el estudio Compensación por Servicios Ambientales de Carbono, Una alternativa para reducir la deforestación en el TIPNIS, realizado por el PIEB.
“Considerando las características culturales e históricas de la zona sur del TIPNIS (Polígono 7) y el posible trazado de la carretera –si es que el Estado no realiza ninguna acción de protección- es inminente que esta situación lleve a un proceso de colonización de diferentes grupos sociales, cuyo resultado será un incremento sustancial de la deforestación en el parque”, según una de las conclusiones.
El estudio, que utilizó una proyección matemática para arribar a sus conclusiones, considera que en caso de que la carretera se haga efectiva, la deforestación en el TIPNIS para el 2030 alcanzaría a las 610.848 hectáreas (el área tiene 1.092.050 hectáreas).
Esto, ya sea por causas directas, que se daría en el momento de la construcción de la carretera; o indirectas, que ocurriría después, cuando empiece a emerger el parcelamiento de la tierra y se registren chaqueos para la agricultura, explica Edil Osinaga, uno de los autores del estudio.
La publicación señala que la evidencia “empírica y científica” respecto a estas infraestructuras, que revelan que, por planificadas que sean, se convierten en “motores” de deforestación debido a que los caminos “están estrechamente ligados” a la presión que ejerce la gente para la extracción de madera.
Fernando Vargas, presidente de la Subcentral TIPNIS, ha reiterado que los indígenas no están en contra de la carretera, sino que rechazan que ésta se haga por el corazón de ese territorio, pues atentaría contra la biodiversidad y el medioambiente, y la vida de los pueblos indígenas.
Mientras que Gumercindo Pradel, dirigente de Consejo Indígenas del Sur (Conisur, que viven en el Polígono 7) , ha sostenido que la carretera será una vía para el progreso de esa región, además que la infraestructura les permitirá mejorar a los vivientes en educación, salud y gozar de otros beneficios.
Según el estudio indicado, la “accesibilidad a los recursos es uno de los factores determinantes de cambio en la naturaleza” de este tipo de territorios.
El trabajo hace referencia a “estudios conservadores”, los cuales muestran que la tala de bosque cuando hay una carretera se extiende en una distancia de tres a 15 kilómetros a ambos lados de ella; no obstante, en “escenarios extremos”, agrega, los impactos indirectos ocurren sobre no menos de 50 kilómetros a cada lado.
Osinaga dice que el Gobierno podría encontrar financiamiento para una vía que bordeé el TIPNIS, accediendo a bonos de carbonos. Así se podría evitar la deforestación si se construye la carretera por otro lado. Agrega que esto está en manos del Ejecutivo.
El estudio del PIEB
Fuente: periódico "Página Siete" La Paz-Bolivia - 11/06/2012
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