Un estudio de 2009 alertaba que el proyecto estatal para instalar una empresa azucarera en San Buenaventura era inviable en función al rendimiento promedio de la producción de caña y a los contenidos de sacarosa.
La investigación, realizada por especialistas de Conservación Estratégica y Conservación Internacional, recomendaba experimentación agrícola previa.
El miércoles pasado, el presidente Evo Morales reconoció que no hay materia prima suficiente para el ingenio ubicado en el norte de La Paz.
El estudio, titulado “Factibilidad económica y financiera de la producción de caña de azúcar y derivados en el norte del departamento de La Paz”, señalaba que el resultado de los contenidos de sacarosa y rendimiento promedio podía fluctuar y, junto con ellos, los resultados de factibilidad financiera y económica del proyecto.
Añadía que, en función a los supuestos considerados, el proyecto es financieramente inviable, ya que “desagregando el análisis entre producción agrícola e ingenio, se observa que los productores agrícolas son los ganadores, mientras que los potenciales inversionistas serían los perdedores”.
Esto significaba que “de no alcanzarse rendimientos y contenidos de sacarosa mayores a los considerados, el ingenio azucarero funcionaría a pérdida y se requeriría de subsidios públicos”.
En el análisis financiero del proyecto, el estudio trabajó bajo el supuesto de un rendimiento constante de 55 toneladas métricas por hectárea y un contenido de sacarosa de 12,5 por ciento.
El sitio web de la Empresa Azucarera San Buenaventura (Easba) señala que se realizaron varios estudios para la instalación del ingenio azucarero, entre los que incluye al estudio citado en esta nota junto a otros realizados entre 1985 y 2011, algunos por parte del Gobierno; pero no detalla los resultados sobre productividad y contenido de sacarosa. Como indicador de factibilidad, señalaba que el rendimiento debería ser igual o mayor a 60 toneladas y el contenido de sacarosa mayor al 12,5 por ciento.
En la promulgación del decreto para la construcción del ingenio, en octubre de 2010, Morales informó que había instruido estudios a expertos nacionales e internacionales que echaron por tierra argumentos de consultorías que señalaban que la caña de azúcar del norte de La Paz era “insuficiente y de poca calidad” para la producción industrial de azúcar. Dijo también que el contenido de sacarosa era de 10 a 14 por ciento, mientras que la media nacional no pasa del 11 por ciento.
En octubre de 2015, el gerente general del ingenio, Ramiro Lizondo, declaró citado por Erbol que se determinó un rendimiento promedio de 80 toneladas por hectárea cuando el promedio nacional es de 40 toneladas.
Sin embargo, el pasado miércoles, Morales admitió que no está garantizada la materia prima. “Estamos buscando facilidades cómo el compañero productor de caña pueda tener esa cultura de ampliar el cultivo de caña en San Buenaventura”, señaló citado por ANF.
El estudio señalaba que el proyecto dependerá de la capacidad de los productores para adquirir maquinaria agrícola (28.300 dólares por cada 5 familias productoras o 50 hectáreas de caña) para remplazar el sistema tradicional de producción manual por un sistema de producción semimecanizada; y de la disponibilidad de recursos del sector público para invertir aproximadamente 110 millones de dólares en la planta industrial, incluyendo los costos financieros.
La semana pasada, se anunció que la industria estatal arrancará en agosto con un 10 por ciento de su capacidad, a pesar de que no hay carretera concluida ni puente que la conecte con las zonas de consumo.
MERCADO
El estudio también recomendaba evaluar lo relacionado con el mercado, ya que la producción de azúcar estaría destinada a abastecer mercados ya abastecidos. Por lo tanto, salvo que existan ventajas competitivas significativas en la producción de caña de azúcar, la incertidumbre sobre el acceso al mercado “sería significativa y pondría en riesgo la viabilidad del proyecto” para competir con industrias consolidadas y con más de 50 años en el rubro.
El costo de instalación del ingenio fue de 265 millones de dólares con crédito del Banco Central de Bolivia (BCB). La obra se adjudicó a la empresa China Camce.
Fuente: periódico "Los Tiempos"
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