Un estudio divulgado por los investigadores Diego Andreucci y Helga Gruberg confirma la contaminación de las aguas que restan del lago Poopó en niveles que superan los límites permisibles, debido a la actividad minera en la zona.
“El lago Poopó recibe una carga de metales pesados muy por encima de los límites permisibles: se vierten diariamente 39 kilos de cadmio, 3969 de zinc, 821 de arsénico y 73 de plomo. Estos son valores altísimos”, señala el estudio sobre la gestión socio ambiental minera en la cuenca.
Asimismo, la investigación señala que los metales pesados en las aguas restantes del lago, que sufre una severa sequía, contaminan las plantas y el ganado, reduciendo la productividad de los cultivos y generando muertes y malformaciones entre los animales. Recientemente se comprobó que el Poopó prácticamente ha desaparecido. El estudio fue publicado por el Centro Latino Americano de Ecología Social (CLAES).
Fuente: Agencia de Noticias Fides "ANF"
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