La mayor revisión sobre el impacto de los organismos modificados genéticamente (OMG) que ha hecho la Academia Nacional de Ciencias de EE UU acaba de concluir que estas plantas son indiferenciables del resto y que no hay ni una prueba de que tengan un impacto negativo en la salud de las personas.
La Academia Nacional de Ciencias, Ingeniería y Medicina, principal organismo asesor del país en temas científicos, tampoco ha encontrado pruebas “concluyentes” de que este tipo de variantes agrícolas causen problemas medioambientales.
Sí reconoce que la resistencia de los transgénicos a ciertos herbicidas está causando “un problema agrícola de primer orden”, ya que otras plantas e insectos están desarrollando inmunidad a los herbicidas que se usan en los campos de OMG.
Aunque los transgénicos tienen un enorme potencial para desarrollar vegetales con un sinfín de características, por ahora solo han llegado al mercado unas pocas variantes comerciales de maíz, soja y algodón con dos principales características: ser resistentes a los herbicidas y tóxicas para algunos insectos.
El trabajo se ha centrado en el análisis de 900 estudios científicos sobre el impacto de este tipo de cultivos y ha sido supervisado por un panel de expertos independientes liderados por Fred Gould, entomólogo de la Universidad Estatal de Carolina del Norte. Estas son sus principales consecuencias:
Efectos en la salud humana
El comité ha analizado todos los estudios disponibles sobre el tema y no ha encontrado “ninguna prueba” de que los transgénicos dañen la salud, según la nota emitida por la Academia. Los estudios con animales y de composición química no revelan ninguna diferencia para la salud entre el consumo de un transgénico y un vegetal que no lo es.
En cambio, sí hay evidencias de que los OMG resistentes a plagas han supuesto un beneficio para la salud humana al reducir las intoxicaciones con pesticidas.
El trabajo destaca también que hay variantes de transgénicos que pueden tener un impacto abrumador en la salud global y cita el caso del arroz dorado, una variante modificada para contener altos niveles en beta carotenos y que sigue en vía muerta a pesar de poder evitar millones de casos de ceguera y muertes infantiles por desnutrición en países en desarrollo.
Impacto en el medio ambiente
El uso de transgénicos no reduce la diversidad ni vegetal ni de insectos en los campos donde se plantan e incluso a veces la aumentan, dice el informe. El trabajo reconoce que los genes de los transgénicos acaban invadiendo campos que no lo son, pero que esto no ha provocado ningún impacto en el medio ambiente. El estudio reconoce “la dificultad de determinar cambios a largo plazo a veces hacen difícil alcanzar conclusiones definitivas”.
Fuente: periódico digital "ERBOL"
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