El Gobierno afronta el segundo peor remezón de su prolongado mandato por la caída de indicadores económicos claves.
El ministro de Economía, Luis Arce, desestimó en febrero pasado que la crisis de los precios afecte a la economía. Sin embargo la caída de ingresos al trimestre del año muestra que la economía nacional no está blindada y repercute en ella el entorno internacional.
A eso hay que sumar la desaceleración de algunas economías avanzadas, y de la región, como Brasil y Argentina, que de acuerdo a estimaciones de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) así como del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, crecerán entre cero y 1 por ciento poco en comparación de las demás naciones.
DESACELERACIÓN
Bolivia también sentirá los efectos de esa desaceleración debido a que Brasil y Argentina son sus principales socios comerciales; también otro indicador que repercutirá en el país es el cambio monetario, es decir la depreciación de sus monedas, que ya provocan ingreso de productos de ambos países, según el analista económico José Luis Evía,.
Y eso se constata con el pedido del sector agroindustrial de aumentar el control en frontera ante el ingreso significativo de productos agrícolas y terminados; la Aduana Nacional se reunió con los productores y acordó aumentar los puntos de control en frontera.
El precio bajo de las materias primas deja sus primeros efectos negativos en el país, como el debilitamiento de los principales indicadores económicos, y esto se manifiesta en una disminución de ingresos para el gobierno como para las instancias subnacionales.
GASTO CORRIENTE
Las recomendaciones de los economistas apuntan a reducir el gasto corriente. Armando Méndez, expresidente del Banco Central y analista económico, opinó que ahora que los precios están bajos de las materias primas, y reducirán los ingresos del Gobierno, es momento de implementar austeridad; Evia va más allá y señala que también deberían controlar los costos, aunque lo ve muy difícil.
A eso hay sumar otro componente, como el aumento de salarios, en la actual coyuntura económica nacional e internacional, que podría repercutir en el desempeño de las empresas, hacerlas menos competitivas, por la erogación de recursos.
Su competitividad disminuiría, dice Méndez, a tiempo de indicar que la devaluación de monedas de la región tiene un efecto mayor, ya que las exportaciones se encarecen y disminuyen de valor las importaciones.
UMSA
Por su parte, el director del Instituto de Investigaciones Económicas (IEE) de la facultad de Ciencias Económicas y Financieras de la UMSA, Roberto Ticona, advierte que proyectos de inversión, contratación de personal y hasta la Renta Dignidad se verían afectados con la reducción del IDH.
“Las gobernaciones y municipios de ese 100 por ciento de recursos que reciben por el IDH, un 30 por ciento lo destinan al pago de la renta dignidad; entonces con la caída del precio internacional del petróleo, el Estado va recibir menos y va transferir menos recursos para el pago del bono; además las entidades públicas que ejecutan proyectos carreteros, de riego, construcción de escuelas, hospitales, capacitación por diversos temas, van a tener menos posibilidad de gastar, se van a tener que contraer estos programas”, explicó.
EXPORTACIONES
Los reportes oficiales explican que al primer trimestre del 2015, las exportaciones bolivianas bordearon $us 2.300 millones, cifra que muestra una caída del 29% en valor y 5% en volumen, en comparación al mismo período de 2014.
Los ingresos por regalías mineras cayeron en 26,5% durante los tres primeros meses del año, respecto a similar período de 2014. Las principales causas, según el Servicio Nacional de Registro y Control de la Comercialización de Minerales y Metales (Senarecom) fueron por la baja del precio internacional del estaño, plomo, wólfram, principalmente.
Fuente: periódico "El Diario"
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