En un negocio que suscita hoy polémica el gobierno argentino ordenó comprar gas a Chile en forma directa y un 128% más caro que el de Bolivia, reveló el portal La Política on Line (LPO)(PLRadio).
Tras haber sido el blanco de fuertes críticas por el último aumento de los combustibles, el ministro de Energía y Minería Juan José Aranguren convalidó una polémica importación de gas natural de Chile que, según opinan varios especialistas del sector, presenta ribetes insólitos y muy difíciles de justificar, afirma LPO en su artículo.
La controversia y las críticas contra la administración de Mauricio Macri sobre este asunto estallan porque con el argumento de que significaba una pesada carga para el Estado, el Gobierno quitó el subsidio al gasy electricidad, y las tarifas se dispararon para la población, comercios e industria con aumentos de 500 al 700 por ciento.
Y ahora sale a la luz que el ministro Aranguren, artífice de la quita de subsidios a los servicios, autorizó a partir del 2 de mayo un contrato de cláusulas secretas -documentación que obtuvo en exclusividad LPO- la compra a una compañía chilena de gas natural a un precio más caro de lo que abonaba el Gobierno a Bolivia.
Desde hace varios años, la administración anterior de Cristina Fernández compraba gas a Bolivia a un precio preferencial gracias a un convenio de cooperación que ayudaba al país a paliar los embates de la sobrevaloración de ese producto en el mercado internacional y cubrir la necesidad nacional.
Esto le permitió a esa gestión ejecutiva articular un sistema de subvención para evitar que el costo recayera sobre el consumidor, beneficio que la actual administración Macri eliminó a partir de febrero último.
Tres meses después de la quita de subsidios y el tarifazo, el ministro Aranguren autorizó a la empresa estatal argentina Enarsa que pactara en secreto con la chilena Solgas.
De acuerdo con la documentación mostrada por LPO, a través de Enarsa, la administración Macri cerró un contrato a un precio que resulta53 por ciento más caro que el Gas Natural Líquido (GNL) que llega por barcos y un 128 por ciento más elevado que lo abonado por las importaciones provenientes de Bolivia.
Otro punto polémico del pacto radica en que a diferencia de los despachos de Bolivia que se pagan a mes vencido y las cargas de los barcos que se liquidan horas antes de la entrega del combustible, el volumen total del gas adquirido a Chile se tiene que abonar íntegramente por adelantado.
Además de lo llamativo del precio, la operación con Chile tiene otros tres aspectos significativos: establece que Enarsa deberá pagar la totalidad de la compra por anticipado, determina que cualquier controversia será resuelta por la legislación de Nueva York y obliga a las partes a mantener el acuerdo bajo un marco de "estricta reserva y confidencialidad".
LPO recalca que el contrato de suministro que suscribieron Enarsa y Solgas -una firma intermediaria del grupo internacional GDF Suezâ-" prevé la entrega de 86 millones de metros cúbicos de gas desde mediados de mayo al 15 de agosto por medio del gasoducto Norandino que une la planta regasificadora chilena de Mejillones y la provincia de Salta.
Si bien el volumen en juego es poco relevante para el nivel de consumo interno, lo que despertó significativamente la atención en el sector energético -señala la publicación- fue la forma y las condiciones que rodearon la concreción del primer negocio de importación de gas del país transandino.
Fuente: periódico "El Deber"
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