No es la defensa del medio ambiente, sino la explotación de los recursos minerales lo que lleva a las comunidades campesinas o indígenas, así como a los propios cooperativistas, a tomar concesiones mineras en distintos puntos del país, con lo que se mantienen presentes los conflictos, afirma la investigadora en temas mineros, Ana María Araníbar.
La Gerente de Cumbre del Sajama, Ana María Araníbar, describe el panorama de conflictos en torno a la actividad minera en el país comparándola con países latinoamericanos, "en general en Perú, en Colombia y mismo en Ecuador hay un problema netamente ambiental, la oposición de las organizaciones indígenas originarias es contra el (impacto en el) medio ambiente. En Bolivia, en cambio, se está peleando prácticamente por el recurso, los mayores problemas que tenemos están vinculados a quién produce".
Por ejemplo, sostiene Araníbar, "en el sector cooperativista se conforma la cooperativa, inmediatamente aparecen organizaciones indígenas que quieren trabajar el terreno; paradójicamente (también) las cooperativas esperan a que se prepare una buena mina, a cargo de una empresa mediana... y se lanzan a pelear por quién va a producir... Las comunidades son dueñas de la tierra, de la superficie, no del subsuelo. Ahí hay otro componente mayor, quiénes son dueños del subsuelo, en este caso somos todos los bolivianos... Ésa es una particularidad muy complicada que realmente tiene que ser ya nomás objeto de mucha atención por parte de las autoridades gubernamentales".
Considera que la reducción de precios de los minerales a nivel internacional no podrá suspender esta clase de conflictos, "porque cinco años atrás y mucho tiempo atrás, cuando los precios de minerales estaban bajos, la minería en pequeña escala floreció, las cooperativas aparecieron en gran cantidad. Ha habido una masiva explotación del recurso, en algunos casos hasta irracional... Bolivia históricamente es país minero y es (el mineral) un recurso que muy difícilmente podríamos no trabajar".
Araníbar afirma que "el gran problema es que ahora no hay concertación que haga que realmente se llegue a un diálogo, a una concertación nacional de respeto al tema ambiental y social. Necesitamos que haya un punto de partida donde el Gobierno ponga coto a este problema, porque esto está creciendo muy desordenadamente, estamos con serios problemas y eso repercute en que no haya inversiones en el país".
En este momento -sostiene Araníbar-, la Ley prácticamente no es escuchada, "no se está cumpliendo la Ley, evidentemente estamos todavía esperando el nuevo Código minero, su reglamentación, pero salga o no el Código, los problemas están ahí. Aquí la concertación es más de carácter social, el tema ambiental ha pasado a ser en mi criterio como un agregado más... Evidentemente hay zonas muy grandes sobre todo de Oruro y Potosí, donde hay problemas de contaminación, lo que también es incumplimiento a la norma. Pero más que la normativa, este es un problema de orden social, o sea los campesinos, los indígenas, están con esa posición de decir "consúltennos todo", y actualmente no hay una reglamentación sobre la consulta pública en el tema minero. Entonces todo eso está generando más conflictos", finalizó.
Fuente: periódico "Jornada" La Paz-Bolivia - 25/07/2011
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