El pasado 16 de julio la crecida del río Yapacaní, a consecuencia de las intensas lluvias, provocó la rotura de un gasoducto y un oleoducto que se encuentran cerca de la planta de gas de Yapacaní. La avería hizo temer de un derrame ambiental que ponga en riesgo la zona.
Una comisión, compuesta por varias autoridades de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), la Gobernación y un diputado, comprobó este miércoles en el lugar que no existieron efectos negativos medioambientales inmediatos tras el daño.
Luis Felipe Dorado, diputado cruceño de Unidad Demócrata (UD), explicó a EL DEBER que se realizó un sobrevuelo por el área donde se produjo el accidente y se comprobó que no hay ningún derrame de crudo.
“El Ingeniero Walter Sarmiento, de YPFB Transporte, nos llevó hasta el lugar que es en la planta de Yapacaní, y fuimos hasta el lugar donde se averiaron dos ductos, uno es oleoducto y el otro gasoducto. En el gasoducto es de gravedad el daño y en estos momentos el gas se recondujo por otro lado para cumplir los contratos de gas con el Brasil, pero van a tardar por lo menos entre dos a tres meses en poder solucionar el tema del gasoducto”, explicó Dorado.
En el caso del oleoducto, se explicó que éste no era muy utilizado, pero que sí existió derrame de crudo tras la ruptura. “Ellos han podido recuperar 4.000 litros, están haciendo el tratamiento de las tierras y del agua que supuestamente hubiera podido ser dañada, pero hemos podido constatar que se ha podido solucionar el problema”, agregó el legislador.
Reacción inmediata
Según explicaron los técnicos de YPFB a la Comisión que visitó el lugar, tras el incidente, producido el 16 de julio, los sistemas de emergencia reaccionaron de inmediato cerrando las válvulas que conducían combustible por medio de estos ductos, lo que posibilitó que no existiera un derrame que perjudique el medio ambiente.
“Las dos válvulas bloquearon la salida de gas, la pérdida es mínima pero lo que estábamos preocupados es del daño medioambiental que podía provocar el otro oleoducto que es de crudo, pero nos dicen que es un ducto que no ha sido usado mucho tiempo, pero sí debido a las inclemencias del tiempo pudieron haber derramado los residuos que habían”, señaló Dorado.
La Secretaría de Medio Ambiente de la Gobernación de Santa Cruz realizará los estudios correspondientes en la zona, para verificar que efectivamente no existen daños ambientales, y además la Cámara de Diputados está pidiendo un informe a YPFB sobre la rotura de ambos ductos y sus consecuencias.
Fuente: periódico "El Deber"
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