Bolivia, Chile y Argentina deben aplicar una política común para coordinar los precios internacionales en el mercado del litio, cuyo auge se espera para 2020, afirmó el jefe del proyecto boliviano de explotación de ese metal necesario en la industria de las baterías para vehículos eléctricos.
"Es ambición nuestra que hagamos una política, así tengamos diferencias, con Chile y Argentina. Una política común para controlar el precio", dijo en una rueda de prensa el gerente nacional de Recursos Evaporíticos de la estatal Corporación Minera de Bolivia (Comilbol) y exministro de Minería, Luis Alberto Echazú.
El funcionario explicó que al margen de las diferencias que puedan existir en otros ámbitos de sus relaciones bilaterales, los tres países productores deben establecer el precio del litio, en lugar de ser los que tomen ese indicador establecido por los consumidores, que están principalmente en Asia y Europa.
"Seguramente vamos a seguir peleando, pero en esto si no hacemos un acuerdo, es una traición a nuestros pueblos", agregó Echazú.
Chile y Bolivia están enfrentados judicialmente en la Corte Internacional de Justicia de La Haya por la reivindicación boliviana de lograr la restitución de una salida al Pacífico, que perdió en una guerra del siglo XIX.
Bolivia aún no tiene producción industrial de carbonato de litio porque sus proyectos de desarrollo científico propios están en una fase piloto que se ejecuta en el salar de Uyuni (suroeste), donde se concentra la mayor cantidad de las reservas planetarias del metal.
El litio tiene un mercado creciente en las baterías para los automóviles eléctricos, entre otros productos, pero Echazú considera que la demanda aumentará significativamente en 2020.
"El boom del litio empieza el 2020. Estamos a 2015 y han visto ustedes el avance (...). Nosotros vamos a empezar a producir a fines del 2018, pero estamos avanzando en la agregación del valor", indicó.
Agregó que entre 2010 y 2015 el consumo de carbonato de litio en el mundo aumentó de alrededor de 125.000 toneladas métricas a 180.000 toneladas, muy lejos de pronósticos de analistas que hablaban de una subida hasta más de 400.000 toneladas.
Esas cifras, sostuvo, prueban que Bolivia no está rezagada para entrar al mercado de litio, como consideran analistas locales.
En las próximas dos semanas, Bolivia prevé contratar a la empresa holandesa BTI para que realice el estudio de mercado para las baterías de litio que prevé producir a partir de 2018.
En el proyecto boliviano se ha invertido hasta ahora 114 millones de dólares y se prevé que en el período 2015-2020 se inviertan otros 617 millones de dólares en plantas industriales de litio y de potasio, extracción e investigación y desarrollo, entre otros.
Fuente: periódico "Jornada"
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