La ejecutiva proveniente de Catar, tercera potencia mundial en reservas de gas después de Rusia e Irán, puso énfasis en que la producción de gas regional está impulsada por Bolivia, Brasil y Venezuela. Asegura que aumentará la producción de gas y petróleo hasta 2020.
De hecho, Eduardo Abriata gerente técnico de petróleo y gas del Instituto Argentino del Petróleo (IAPG) cierra la idea al enfatizar que todos los países productores de la región, excepto Argentina, tienen reservas aseguradas de gas natural por una década. Argentina aguanta solo siete años.
¿Por qué no Argentina, que promete 802 Trillones de Pies Cúbicos (TCF) de shell gas?, porque su proyecto estrella en la formación de shell gas Vaca Muerta no termina de dar sus frutos. Se estima que tiene reservas de 308 TCF.
Hasta la fecha ya perforaron 412 pozos e invirtieron $us 3.300 millones.
Otro factor que juega en contra es que su producción de gas y petróleo está en declinación.
En el caso boliviano, a decir de Abriata, la diferencia entre producción de gas natural y consumo, le permite exportar por bastante tiempo.
“Bolivia podrá seguir exportando gas natural de manera permanente a los mercados de Brasil y Argentina. En el caso del coloso del sur a pesar de tener reservas importantes de gas y un horizonte interesante de expansión su logística es muy dispersa, por tanto seguirá importando este energético", explicó Abriata.
Bolivia exportó gas natural, el 20 de julio, al mercado argentino 17,4 millones de metros cúbicos por día (MMm3/d). A Brasil, 27,9 millones.
El consumo del mercado interno fue de 10,4 millones.
Las reservas certificadas actuales de Bolivia, sin contar los nuevos descubrimientos, son 10,45 TCF.
Un aspecto puntualizado por David Carroll, presidente de International
Gas Union (IGU) de Noruega, es que para que el gas siga en el portafolio de los negocios energéticos, los países productores deben generar condiciones de entrega eficiente y accesible.
Bolivia, según Carroll, lo entendió así y su política energética apunta a llegar a nuevos mercados de forma eficiente con precios competitivos e infraestructura.
Lo que destaca Jorge Delmonte, gerente ejecutivo del Instituto Brasileño de Petróleo, Gas y Biocombustibles es que desde la firma de contrato de compraventa de gas natural entre su país y Bolivia, el abastecimiento de gas ha sido confiable. El acuerdo finaliza el 2019.
De hecho, Eduardo Abriata gerente técnico de petróleo y gas del Instituto Argentino del Petróleo (IAPG) cierra la idea al enfatizar que todos los países productores de la región, excepto Argentina, tienen reservas aseguradas de gas natural por una década. Argentina aguanta solo siete años.
¿Por qué no Argentina, que promete 802 Trillones de Pies Cúbicos (TCF) de shell gas?, porque su proyecto estrella en la formación de shell gas Vaca Muerta no termina de dar sus frutos. Se estima que tiene reservas de 308 TCF.
Hasta la fecha ya perforaron 412 pozos e invirtieron $us 3.300 millones.
Otro factor que juega en contra es que su producción de gas y petróleo está en declinación.
En el caso boliviano, a decir de Abriata, la diferencia entre producción de gas natural y consumo, le permite exportar por bastante tiempo.
“Bolivia podrá seguir exportando gas natural de manera permanente a los mercados de Brasil y Argentina. En el caso del coloso del sur a pesar de tener reservas importantes de gas y un horizonte interesante de expansión su logística es muy dispersa, por tanto seguirá importando este energético", explicó Abriata.
Bolivia exportó gas natural, el 20 de julio, al mercado argentino 17,4 millones de metros cúbicos por día (MMm3/d). A Brasil, 27,9 millones.
El consumo del mercado interno fue de 10,4 millones.
Las reservas certificadas actuales de Bolivia, sin contar los nuevos descubrimientos, son 10,45 TCF.
Un aspecto puntualizado por David Carroll, presidente de International
Gas Union (IGU) de Noruega, es que para que el gas siga en el portafolio de los negocios energéticos, los países productores deben generar condiciones de entrega eficiente y accesible.
Bolivia, según Carroll, lo entendió así y su política energética apunta a llegar a nuevos mercados de forma eficiente con precios competitivos e infraestructura.
Lo que destaca Jorge Delmonte, gerente ejecutivo del Instituto Brasileño de Petróleo, Gas y Biocombustibles es que desde la firma de contrato de compraventa de gas natural entre su país y Bolivia, el abastecimiento de gas ha sido confiable. El acuerdo finaliza el 2019.
Fuente: periódico "El Deber"
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