La Organización de las Naciones Unidas (ONU) advirtió que el mundo enfrenta su mayor crisis humanitaria desde que la organización fuera fundada en 1945. La ONU declaró que 20 millones de personas enfrentan “devastadores niveles de inseguridad alimentaria” en Yemen, Sudán del Sur, Somalia y el noreste de Nigeria.
“Sin esfuerzos colectivos y coordinados a nivel mundial, la gente simplemente morirá de hambre”, declaró Stephen O’Brien, secretario general adjunto de Asuntos Humanitarios de la ONU, ante el Consejo de Seguridad hace dos semanas. “Muchos más sufrirán y morirán de enfermedades”.
Las agencias de ayuda humanitaria han estado advirtiendo durante meses y, en el caso de Somalia, durante años acerca de una inminente catástrofe. Pero la situación se ha deteriorado rápidamente durante los últimos 12 meses. El mes pasado, la ONU y el Gobierno de Sudán del Sur declararon la existencia de una hambruna en algunas partes del país. La ONU señala que necesita 5,4 mil millones para hacerle frente a la crisis, pero sólo tiene una pequeña fracción de esa cantidad lista para ser utilizada.
¿Son estas crisis creadas por el hombre?
La respuesta corta es que sí lo son, aunque en diversos grados. Somalia es la excepción.
Desde que se independizó en 2011, Sudán del Sur, la nación más joven del mundo, ha estado plagada de luchas internas. El Gobierno del presidente Salva Kiir y su principal rival y anterior sustituto, Riek Machar, fracasaron en resolver las profundamente arraigadas diferencias étnicas mientras que el país se precipitaba hacia una guerra civil. Las agencias de ayuda humanitaria afirman que, en algunas de las regiones más afectadas, existen múltiples milicias armadas que están luchando por el territorio. Los civiles han huido de sus tierras, exacerbando así una aguda crisis alimentaria. Alrededor de 100 mil personas enfrentan una hambruna, y la ONU ha advertido que 5,5 millones de personas, o el 40 por ciento de la población, están en peligro.
El noreste de Nigeria ha sido un centro de militancia de Boko Haram. Durante los últimos 12 meses, el Gobierno ha hecho incursiones militares, pero cientos de miles de personas han sido forzadas a salir de sus casas o han quedado atrapadas en las áreas de Boko Haram. El Programa Mundial de Alimentos (PMA) de la ONU declara que las familias individuales se enfrentan a la inanición, pero la situación aún no es lo suficientemente generalizada como para declarar oficialmente una hambruna.
El conflicto de dos años en Yemen ha precipitado al estado árabe más pobre hacia una crisis humanitaria, y ha llevado a millones de personas al borde de la inanición. La guerra ha sido exacerbada por una lucha entre Arabia Saudita e Irán, las potencias regionales rivales. Riad lanzó hace dos años una coalición militar liderada por sunitas para luchar contra los rebeldes hutíes respaldados por Irán, los cuales habían derrocado al Gobierno. Más de 10 mil civiles han fallecido. Cerca de 7 millones de personas enfrentan graves escaseces alimentarias. Los saudíes están bloqueando los puertos, presumiblemente para detener el flujo de armas, pero también están afectando las importaciones de alimentos.
¿Y Somalia?
El caso de Somalia es diferente porque la razón principal del hambre es una sequía, descrita por los pastores como la peor de la que se tenga memoria. Las temperaturas han aumentado en el Cuerno de África y los patrones climáticos se han vuelto más impredecibles, un fenómeno que algunos le achacan al calentamiento global. La falta de un Gobierno efectivo y una insurgencia por parte de Al Shabaab, un grupo aliado de Al Qaeda, no han ayudado, pero no representan la causa principal del aumento del hambre. Se calcula que, en 2011, hasta 260 mil personas murieron a causa del hambre, según un informe de la ONU y Fews Net (un grupo de alerta temprana de las hambrunas) en el que se culpaba a la comunidad internacional por actuar demasiado tarde. Kevin Watkins, el director ejecutivo de la organización Save the Children, comentó que 2017 no tiene por qué ser una repetición de esa situación. Pero pudiera serlo.
¿Cuál es la definición de una hambruna?
Las agencias de la ONU y los grupos de ayuda humanitaria se adhieren a una estricta definición de hambruna establecida en una escala internacionalmente reconocida que va de uno, normal, a cinco, hambruna. La hambruna se declara cuando al menos el 20 por ciento de los hogares enfrenta una falta total de alimentos, cuando los niveles de malnutrición aguda superan el 30 por ciento y cuando más de dos personas por cada 10 mil mueren diariamente.
¿Existe actualmente una "fatiga del donante"?
La crisis de refugiados desencadenada por la guerra en Siria ha absorbido mucho de la atención y de los fondos internacionales. En los países occidentales, el apetito por querer proporcionar ayuda externa es menor entre ciertas porciones de la población. Pero Challiss McDonough, la portavoz regional del PMA, apuntó: “fatiga no es la palabra correcta. Es más como un agobio del sistema humanitario: 20 millones de personas se están enfrentando a una hambruna potencial. Hace un año yo hubiera dicho que era inimaginable”.
¿Los países están condenados a repetir estas catástrofes año tras año?
No. Etiopía suele estar asociada con inanición debido a la hambruna de 1983-85 en la que murieron al menos 400 mil personas, con algunos cálculos indicando hasta un millón. Desde entonces, sin embargo, un nuevo Gobierno (autoritario y represivo, pero con un fuerte programa de desarrollo) ha tomado importantes medidas para evitar que se repita. El año pasado, Etiopía sufrió la peor sequía en al menos tres décadas. La gente sin duda pasó hambre, pero Adís Abeba fue capaz de preparar una concertada respuesta facilitada por una infraestructura notablemente mejorada, por años de rápido crecimiento económico y por una planificación prudente.
Un estudio realizado por la World Peace Foundation muestra que 115 millones de personas murieron de hambre entre 1870 y 1980, un 90 por ciento como resultado de guerras, conquistas y represión. Desde entonces, los números han disminuido.
Fuente: periódico "Los Tiempos"
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