La irrupción del vehículo eléctrico además de obligar a las marcas convencionales a reinventarse y competir contra nuevos gigantes como Tesla, que ya capitaliza 39.240 millones de euros pese a no haber generado ni un solo euro de beneficios en sus 14 años de historia, ha llevado a que los inversores vislumbren una oportunidad en el corazón de sus baterías: el litio.
Estos han tomado posiciones en las acciones de productores de este mineral, ante la previsión de que la progresiva ganancia de cuota de mercado del coche eléctrico dispare su demanda.
De este modo, el ETF Global X Lithium & Battery Tech, que replica el comportamiento de las mayores productoras mundiales de litio como la chilena Sociedad Química y Minera o las estadounidenses Albemarle y FMC Group, ya repunta un 8% en lo que va de año, superando así a todos los grandes índices de Europa. Además, desde sus mínimos de enero de 2016, ya se dispara un 31%.
Pese a que la irrupción de los smartphone ya supuso un punto de inflexión en la demanda de este mineral, ya que, como destaca un informe de Goldman Sachs, para fabricar cada batería se necesitan cinco gramos de litio, desde la entidad estadounidense señalan que, por ejemplo, para el buque insignia de Tesla, el Modelo S, son necesarios hasta 63 kilogramos. Por todo ello concluyen que por cada punto porcentual de cuota de mercado que gane el coche eléctrico, la demanda de litio se disparará en 70.000 toneladas al día.
Según las previsiones de Citigroup, la demanda del llamado petróleo blanco se disparará un 64% hasta 2020, impulsado, fundamentalmente, por el avance del coche eléctrico, que pasará de concentrar el 6% de esa demanda global de litio al 30% a principios de la próxima década.
Australia y Chile copan el 77% de las reservas
Del mismo modo que los países con mayores reservas petrolíferas encontraron en el coche alimentado con gasolina su mejor aliado para comercializar su producción, Australia, Chile y Argentina podrían resultar los principales beneficiados del boom del coche eléctrico.
Y es que, a diferencia de lo que ocurre con el oro negro, en el que ningún país cuenta con una cuota de mercado superior al 15%, estos tres países concentran el 90% de la producción global.
Y es que las reservas de este mineral se encuentran concretadas en pocos puntos del globo. Por un lado, Australia, que concentró el 41% de la producción global en 2015, según datos de la Encuesta Geológica de Estados Unidos (USGS por sus siglas en inglés), obtiene el litio a través de la extracción de las piedras ígneas.
Chile y Argentina, por su parte, aprovechan sus bastas salinas, como el Salar de Atacama o el Salar del Hombre Muerto, para poner en el mercado el 36% y el 14% de la producción global, respectivamente.
Fuente: www.eleconomista.es
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