Bajo el pretexto de los acuerdos de confidencialidad a firmar con las 10 empresas interesadas en transformar el litio de Uyuni, el Estado “continuará manteniendo en una completa nebulosa todo cuanto tenga que ver con el verdadero avance del proyecto más estratégico de la historia” del país.
La revelación en torno a la opacidad que envuelve a la multimillonaria inversión estatal para la denominada industrialización del litio (902 millones de dólares de inversión calculados al 2012) fue develada hace unos días por el experto en la economía de este recurso, Juan Carlos Zuleta.
La decisión favorece a los intereses del partido en el gobierno, el MAS, que “podrían no coincidir necesariamente con los intereses del pueblo boliviano”, aseguró.
Con base en la confidencialidad oficial exigida a las empresas que intentan la construcción, montaje y puesta de la planta de carbonato de litio en Potosí, el especialista avizoró “un nuevo período de falta de transparencia”.
Será esta una fase, probablemente hasta el 2019-2020, signada por la futura campaña preelectoral, en que “el ciudadano de a pie no tendrá posibilidad alguna de enterarse de nada importante sobre este millonario emprendimiento”, dijo el especialista.
Zuleta fue consultado acerca de recientes declaraciones del viceministro de Altas Tecnologías Energéticas, Luis Alberto Echazú, sobre el impacto de la confidencialidad exigida a una decena empresas precalificadas el mes pasado, y el riesgo de que tal reserva pudiera ahondar elementos de intransparencia en la información pública respecto de la anhelada y retrasada industrialización del “oro gris”.
Echazu, ex ejecutivo durante casi ocho años de la gerencia de Recursos Evaporíticos (GNRE), reconvertida en el actual Yacimientos Boliviano el Litio (YLB), dijo a fines del mes pasado que "el convenio de confidencialidad implica que no tengan que dar la información contenida en el diseño (efectuado por la alemana K-UTEC) a terceros”.
“Tiene que ver con información sobre los equipos, la metodología, la tecnología y que no pueden usar”, precisó Echazú.
En ese marco de restricciones, las empresas son pasibles incluso de procesos judiciales que serían activados por el gobierno actual por presuntas violaciones alcance del convenio que suscribirán, destacó la prensa local.
"Les hacemos un juicio porque no es un documento que se ha logrado después de un proceso de selección y nos costó poco más de cuatro millones de dólares”, había advertido Echazú.
YLB es dirigido, bajo la tutela de Echazú, por el ingeniero Juan C. Montenegro, posesionado la primera semana de julio, quien en una de sus primeras decisiones difirió hasta el próximo 19 de julio el plazo para firmar la confidencialidad.
La planta piloto de producción y exportación experimental, se encuentra el Salar de Uyuni, el más grande depósito mundial del recurso, que no puede llamarse técnicamente reserva hasta que no tenga mercado preciso, coinciden otros especialistas.
ESCASA O “NINGUNA” INFORMACION
El proyecto del litio, desplegado desde 2009 con fondos públicos, sobre todo crédito-BCB, procura ejecutar la “fórmula boliviana” para obtener carbonato de litio, principal producto evaporítico de exportación, junto al cloruro de potasio como fertilizante, previsto en el Plan Nacional de Desarrollo, en el contexto de la opacidad estatal que rodea también a otras actividades extractivas como los hidrocarburos.
En medio de la nebulosa remarcada por Zuleta, destaca la escasa información oficial en torno a la fórmula desarrollada en Bolivia por la coreana Posco hace cuatro años, cuando experimentaba con la ex GNRE, transnacional que patentó por su cuenta el hallazgo a partir de salmuera nacional; lo mismo que los relativos alcances del método nativo de las piscinas de evaporación para obtener un producto semi-industrial como el carbonato de litio.
¿Qué implica esta condición de confidencialidad sobre el retraso en el proyecto y su historial? ¿Cómo afecta a los futuros socios y la 'fórmula boliviana' de obtención de carbonato?, fueron las interrogantes planteadas al experto boliviano.
“La ex GNRE ha optado por no revelar ninguna información sobre los resultados de la consultoría realizada por la firma alemana K-UTEC, contratada para elaborar el diseño final de la planta industrial de carbonato de litio”, aseveró Zuleta.
Entre “algunas razones posibles para este comportamiento”, anticipó dos causas por las que el gobierno del MAS dilata el proyecto en Uyuni que, por otra parte, generaría más ingresos estatales que regionales en beneficio de Potosí.
ALEMANES MAS EFICIENTES Y ESPECTACULO
La primera razón sería que “el diseño final ha supuesto el desarrollo de un nuevo proceso de extracción de litio mucho más eficiente que aquel trabajado por la ex GNRE”.
La revelación de algunos datos al respecto pondría, por ello, “en evidencia las limitaciones o incluso (en un caso extremo) la inutilidad del ‘proceso boliviano’" señaló Zuleta.
La segunda razón anticipada es que “el gobierno y la ex GNRE están preparando un gran show político para demostrar al país en el momento oportuno que lo hicieron todo muy bien”,
Por lo mismo “estarían reservando toda esta información para la campaña preparada para la re-re-re elección”, añadió .
En la eventualidad de una articulación de ambas causas para enfatizar en la actual opacidad oficial sobre el proyecto, Zuleta dijo que se atrevía a pensar “que estas razones no serían mutuamente excluyentes por lo que una combinación de ambas podría explicar de manera adecuada la realidad”.
NEBULOSA Y SECRETISMO
En este contexto, añadió, bajo el pretexto de los acuerdos de confidencialidad que firmará con las 10 empresas que calificaron en el proceso de expresiones de interés, la ex GNRE seguirá manteniendo en una completa nebulosa todo cuanto tenga que ver con el verdadero avance del proyecto más estratégico de la historia.
La razón es que “esto favorece a sus propios intereses que, por todo lo que hemos podido apreciar durante estos más de nueve años, podrían no coincidir necesariamente con los intereses del pueblo boliviano”.
“Se avizora entonces –anticipó- un nuevo período de falta de transparencia en el que el ciudadano de a pie no tendrá posibilidad alguna de enterarse de nada importante sobre este millonario emprendimiento.
“A partir de aquí, lo único que quedará es cruzar los dedos para que esta vez la ex GNRE piense al menos un poco en el bienestar nacional”, concluyó Zuleta.
Según previsiones del viceministro Echazú, las empresas que firmen el contrato de confidencialidad, ahora hasta el 19 de julio, accederán a información del estudio de factibilidad de la planta y en dos meses deberán presentar la propuesta final.
Es posible que entre octubre y noviembre se adjudique a la empresa ganadora del proceso y en diciembre comience la construcción de la planta.
El estudio a diseño final de esta factoría de carbonato de litio para su uso en la fabricación de baterías, fue elaborado por la empresa alemana K-Utec AG Salt Technologies, contratada en agosto de 2015.
"No son tareas nuevas, son tareas comenzadas hace un tiempo atrás, hoy tenemos un camino recorrido, pero creemos que la creación de la empresa debe generar un impulso suficiente que permita generar el objetivo mayor, que es el de la industrialización del litio en nuestro país", dijo el ministro de Energías, Rafael Alarcón, durante la posesión de Montenegro.
En mayo pasado, Alarcón, recordó que en la primera licitación se presentaron 26 empresas pero se la declaró desierta aunque las compañías provenían de China (7) Inglaterra (2) España (3) Alemania (3) y otras de Estados Unidos, Corea, Rusia y Perú, además de cinco bolivianas asociadas con transnacionales
NEGOCIO EN CIERNES
Aun cuando Bolivia llegara a vender 5.000 toneladas métricas de carbonato de litio por año al arrancar el proyecto en el Salar de Uyuni, entre 2019 y 2020, el ingreso anual bordearía apenas los 75 millones de dólares y el monto de las regalías departamentales para Potosí no llegaría ni al 1,3 millón de dólares.
Más otro poco más de un millón de dólares en beneficios regionales que dejaría la producción anual oficialmente anunciada de 350 mil toneladas métricas (TM)de cloruro de potasio, también por valor de adicionales 75 millones de dólares (MM/$us), los nuevos ingresos potosinos por recursos evaporíticos hacia el año 2020 no superarían los 2.5 millones de dólares anuales.
Ellas contrastan radicalmente con los 1.500 MM/$us en ingresos (no utilidades), calculados los últimos meses por las más altas autoridades del sector: el viceministro de Altas Tecnologías Energéticas, Alberto Echazú y el gerente de Yacimientos Bolivianos del Litio (YLB), Juan C. Montenegro.
Con todo, bajo la impronta de la compleja legislación actual para regalías mineras que privilegiaría al centralismo y las dificultades que supone su complicada aplicación, en el mejor de los casos el beneficio regional potosino por cada 1.500 MM/$us anuales rozaría los 24 millones de dólares al año, quizá incluso después del año 2020.
Para el desarrollo de la industria del litio, se prevé una inversión de 617 millones de dólares hasta 2018. Otros 115 millones fueron ya invertidos hasta 2014. El total previsto para las tres etapas bordea los 900 millones de dólares, incluida la fabricación de baterías, que supone unos 400 MM/$us, según la Memoria 2012 de la ex GNRE.
Fuente: periódico "ERBOL"
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