lunes, 13 de marzo de 2017

IMPACTO AMBIENTAL: Mercurio, la amenaza letal del proyecto Chepete y El Bala

El mercurio vertido por la actividad aurífera en el norte de La Paz, que llega a desembocar en la cuenca amazónica, es el peligro letal que esconden los proyectos hidroeléctricos del Chepete y El Bala. Si se consolida su construcción, ambos son una seria amenaza para el ecosistema.
El sociólogo Ricardo Calla Ortega aborda esta nueva mirada en un reciente estudio titulado La Amenaza del Mercurio, el proyecto hidroeléctrico del MAS en el Chepete y El Bala.

En el mismo, hace notar los  riesgos que entraña levantar las  represas cerca de un área donde la explotación aurífera es una de las más intensas de Bolivia.

Los proyectos son impulsados por el Gobierno a través de ENDE y la italiana Geodata. La central hidroeléctrica Chepete será accionada con las aguas del río Beni contenidas y embalsadas por una megarepresa a construirse en el angosto del Chepete. Se trata de un paso estrecho por el que fluye la corriente de dicho río, ubicado al este de Apolo, en el norte de La Paz.

La otra central hidroeléctrica a levantarse está ubicada en el Angosto de El Bala también en el cauce del río Beni, en plena frontera entre  Rurrenabaque, en La Paz, y San Buenaventura, en  Beni.
  
Los dos estrechos  se ubican en el piedemonte amazónico en la cuenca alta inferior y de transición hacia los llanos del río Beni, una de las cuencas aluviales de oro más intensamente explotadas por la minería cooperativista, barranquillera, privada, mixta y estatal boliviana.

El mercurio es el elemento de mayor impacto en el área por su empleo para la separación del oro de los otros minerales.   Cuando se derrama en el suelo o el agua -lo que es frecuente en Tipuani, Mapiri, Guanay y otras áreas auríferas- puede convertirse en metilmercurio, al combinarse con el carbono presente en el suelo.

De acuerdo con los estudiosos, este elemento es la forma más tóxica en la que se presenta el mercurio, ya que afecta el sistema inmunológico y daña el sistema nervioso.

La población en mayor riesgo son los hijos de las mujeres que consumen grandes cantidades de peces y fauna acuática o ribereña que portan este compuesto. Se pueden presentar daños permanentes en cerebro y riñones.

En ese sentido, emplazar una megarepresa en el Chepete para contener las aguas reconocidas y altamente contaminadas con mercurio de la cuenca alta inferior de Beni es correr el riesgo de formar un embalse  con la acumulación de metilmercurio, alerta el estudio de Calla.

Si además se añade el subsiguiente embalse  en El Bala, el potencial de daño del proyecto que impulsa el Gobierno, en el piedemonte amazónico,  se incrementa aún más. "Se convierte al gigantesco embalse del Angosto del Chepete en toda una amenaza para la salud pública del país”, precisa.

Con este proyecto, señala el investigador, ENDE y Geodata no le están planteando a la Amazonia boliviana otra cosa que crear un inmenso lago artificial de unas 60.000  hectáreas, que incluirán   las aguas contenidas por la megarepresa del Chepete y otro lago artificial en El Bala de cerca de 6.500 hectáreas.

"Ambos altamente contaminados por el mercurio proveniente de la explotación aurífera del área aguas arriba de esos angostos y con un potencial letal de generación de una fauna piscícola, anfibia y mamífero ribereña infestada de metilmercurio”, advierte Calla.

La contaminación se extenderá por las aves del área que se alimentan de peces, sapos, ranas, reptiles, lombrices, gusanos y otros en las riberas y la consiguiente propagación de su ingesta por mamíferos. Estos  se alimentan de aves y pájaros en la cuenca alta inferior del río Beni y más allá de ésta. "Con ello la posibilidad de un envenenamiento ampliado con metilmercurio de la fauna y, a partir de ello, de los poblamientos humanos en el subtrópico y trópico del área amazónica a ser impactada por los embalses queda puesta en el tapete”, sostiene Calla.    

Algunos datos  técnicos de las represas 
  • Chepete La central hidroeléctrica tendrá una capacidad de generación de electricidad de 3.300 MW de potencia. Su costo aproximado sería de 6.337 millones de dólares. 
  • El Bala Esta central hidroeléctrica  tendrá una capacidad de  generación de electricidad de 352 MW de potencia, según la ficha ambiental. El costo de esta megahidroeléctrica sería  de 971.1 millones de dólares.
  •    Altura La megarepresa del Chepete contaría con un muro construido de 183 metros de altura. El embalse a generarse con la obstrucción del río Beni alcanzaría una cota máxima de 400 metros sobre el nivel del mar, señala el estudio.
  •  Inundación El área inundada con esa cota  tendría una superficie de 679,98 Km2, es decir, unas 68.000 hectáreas de bosque podrían quedar inundadas por el embalse en el caso de una emergencia inusitada.
  •  Mercado La energía se exportará hacía Brasil.
Se estima un derrame de 10 toneladas del químico al año

Entre 2008 y 2016, tras dispararse el precio internacional del oro, se estima que la cuenca alta inferior del río Beni pudo recibir en sus aguas al menos una decena de toneladas de mercurio  cada año, según revela el estudio realizado por Ricardo Calla.

El área en la que se encuentran las poblaciones de Tipuani, Mapiri y Guanay y otras decenas de asentamientos poblacionales pequeños, dedicados a la explotación de oro aluvial, constituye la mayor, en términos de minería aurífera, en todo el país.

El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) indica que en 2011 la cifra promedio anual calculada para las emisiones y derrames anuales hacía la atmósfera, los suelos y el agua de mercurio por parte de la minería aurífera artesanal y pequeña en el planeta fue de 1.607 toneladas por año. Un 55% de ese total se habría descargado en los sistemas terrestres, es decir 880 toneladas.

Si se toma esta referencia porcentual para un cálculo muy tosco se puede formar una impresión de lo que ocurre en la realidad: en 2012, Colombia, por ejemplo, al emitir 60 toneladas de vapores de mercurio, habría descargado 73 toneladas de mercurio en sus sistema terrestres.    
 
Perú en 2010, habría descargado 32 toneladas hacía los suelos.

"Bolivia, por su parte, con 45 toneladas de emisiones de mercurio hacía el aire en 2012, habría derramado ese año 55 toneladas de mercurio en sus suelos”, precisa el estudio La amenaza del mercurio, el proyecto hidroeléctrico del MAS en el Chepete y El Bala.

Fuente: periódico "Página Siete"

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