La pasada semana, la Cámara de Diputados informó en un comunicado que el proyecto había sido aprobado “sin transgénicos”.
Sin embargo, el diputado Luis Alfaro, presidente de la comisión de Economía Plural, confirmó ayer que sólo se eliminó el primer inciso del artículo 15, porque se repetía en el artículo 13, y se aumentó un artículo relacionado con Emapa.
El inciso eliminado decía: “Se facilitará el acceso a recursos genéticos con fines productivos y de investigación para consolidar la seguridad con soberanía alimentaria”.
El punto b del inciso 4 del Artículo 13 dice exactamente lo mismo, y está en la ley sin modificaciones. Los otros artículos relacionados con OGM siguen intactos, incluso aquel que abre puertas a “paquetes tecnológicos” de semillas genéticamente modificadas, excepto “de las que Bolivia es centro de origen o diversidad, ni aquellos que atenten contra el patrimonio genético, la biodiversidad, la salud de los sistemas de vida y la salud humana”.
Se conserva también el inciso 4 del Artículo 15 que señala: “Todo producto destinado al consumo humano de manera directa o indirecta, que sea, contenga o derive de organismos genéticamente modificados, obligatoriamente deberá estar debidamente identificado e indicar esta condición”; y el inciso 5 del Artículo 19 que indica: “Se establecerán disposiciones para el control de la producción, importación y comercialización de productos genéticamente modificados”.
La Coordinadora Andina de Organizaciones Indígenas (CAOI), a través de la Agencia Intercultural de Noticias Indígenas, expresó ayer su preocupación por la nueva ley que permitirá “el ingreso de OGM”.
Agregó que el presidente Evo Morales no puede “hacer lo contrario y retroceder” respecto a su posición sobre los OGM.
En tanto, la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia (Csutcb) dijo que aguarda con expectativa la promulgación de la ley.
Milenio: Pocos beneficiarios
La Fundación Milenio, en un análisis difundido ayer, explicó que Ley de Revolución Productiva Comunitaria Agropecuaria beneficia solamente a las organizaciones comunitarias indígenas y en algunos casos a las asociaciones de productores, Organizaciones Económicas Campesinas, Indígenas y Originarias (OECA) y productores individuales y “no considera a las pequeñas, medianas y grandes empresas agropecuarias que constituyen la principal fuente de la producción de alimentos en el país”.
La organización indicó que el principal problema de esta ley es que norma sobre la Economía Comunitaria “como si ella fuera algo existente y propio de las comunidades indígenas y originarias, donde se planifica, se produce y se distribuye excedentes”.
Agrega que la ley reconoce a las comunidades como organizaciones económicas y las hace sujetos centrales de sus beneficios, “lo que equivale a reconocer como tales a unidades vecinales conformadas por familias de intereses económicos heterogéneos. Esa heterogeneidad llevó al fracaso los programas comunales de desarrollo rural, emprendidos por las ONG y el Estado en la década de los 80, tras lo cual los campesinos se dieron una salida más realista: crearon asociaciones de productores”.
Fuente: periódico "Los Tiempos" Cochabamba-Bolivia - 21/06/2011
La Fundación Milenio, en un análisis difundido ayer, explicó que Ley de Revolución Productiva Comunitaria Agropecuaria beneficia solamente a las organizaciones comunitarias indígenas y en algunos casos a las asociaciones de productores, Organizaciones Económicas Campesinas, Indígenas y Originarias (OECA) y productores individuales y “no considera a las pequeñas, medianas y grandes empresas agropecuarias que constituyen la principal fuente de la producción de alimentos en el país”.
La organización indicó que el principal problema de esta ley es que norma sobre la Economía Comunitaria “como si ella fuera algo existente y propio de las comunidades indígenas y originarias, donde se planifica, se produce y se distribuye excedentes”.
Agrega que la ley reconoce a las comunidades como organizaciones económicas y las hace sujetos centrales de sus beneficios, “lo que equivale a reconocer como tales a unidades vecinales conformadas por familias de intereses económicos heterogéneos. Esa heterogeneidad llevó al fracaso los programas comunales de desarrollo rural, emprendidos por las ONG y el Estado en la década de los 80, tras lo cual los campesinos se dieron una salida más realista: crearon asociaciones de productores”.
Fuente: periódico "Los Tiempos" Cochabamba-Bolivia - 21/06/2011
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