Conforme a los datos del presupuesto 2014 ofrecidos por la Fundación Jubileo, las alcaldías han destinado alrededor del 5 por ciento de los recursos del Impuesto Directo a los Hidrocarburos (IDH) para los proyectos productivos. Las gobernaciones, que administran el 10 por ciento del Impuesto a Hidrocarburos, destinan el 26 por ciento.
Las alcaldías administran el 35 por ciento de los recursos del IDH y conforme a norma deben ser utilizados en salud, educación, seguridad ciudadana y fomento del desarrollo económico local, que incluye equipamiento e infraestructura para el sector productivo.
Sin embargo, éste es uno de los sectores menos atendidos, conforme a los datos de Jubileo.
TRABAJO La Ley de Hidrocarburos 3058, establece que todos los beneficiarios destinarán los recursos recibidos por IDH, además, para todo lo que contribuya a la generación de fuentes de trabajo.
La misma norma determina que el Poder Ejecutivo asignará el saldo del IDH a favor del Tesoro General de la Nación (TGN), pueblos indígenas y originarios, comunidades campesinas, municipios, universidades, Fuerzas Armadas, Policía Nacional y otros.
CAMBIO DE CHIP El economista René Martínez advierte que las autoridades municipales necesitan “un cambio de chip” para ejecutar recursos y dar prioridad a proyectos productivos.
“Estamos gastando el patrimonio de la nación, lo estamos consumiendo”, afirma el analista al referirse que estas decisiones afectan a las oportunidades de desarrollo de las regiones del país.
La asignación de dinero al sector productivo y diversificación económica son mínimos y esto representa un riesgo de insostenibilidad porque las alcaldías “hacen más cemento”, según considera Martínez.
El Decreto Supremo 29565, de mayo de 2008, Reglamentario a la Ley de Hidrocarburos, permite asignar recursos a mancomunidades y amplía el objeto del gasto de municipalidades con recursos IDH, entre otros, en “promover el crecimiento económico, incentivos a la producción, incentivos a la agricultura orgánica, aprovechamiento forestal y biodiversidad.
También debe destinarse a fortalecer las capacidades locales productivas, con capacitación, asistencia técnica, infraestructura productiva y equipamiento, inversión en programas y proyectos de apoyo a la producción de alimentos, constitución de empresas públicas y mixtas y la contratación de mano de obra para la generación de empleo temporal”.
El especialista expresa que la falta de planificación y de capacidades técnicas influyen.
“No terminan de aprender (los municipios)”, concluye.
La Fundación Jubileo considera que hay tareas pendientes como asignar los recursos a inversión en lugar de gastos corrientes, analizar cómo y quién puede hacer la inversión productiva e incluir al sector privado en ésta dinámica.
Fuente: periódico "Opinión"
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