En el marco general, el estado de saneamiento hasta noviembre da cuenta de que el área pendiente de titulación comprende 29.611.823 ha; la superficie en proceso, 18.050.295 ha; y sin sanear o paralizada por conflictos, 11.561.528 hectáreas.
En torno a los resultados alcanzados por departamentos, a decir del director nacional del INRA, Jorge Gómez, Santa Cruz conocido por su alta vocación agropecuaria se afirma, por segundo año consecutivo, como la región que abarca la mayor superficie saneada. Hasta el 23 de este mes las verificaciones de campo tocan a 1.722.660 ha. En 2014 se sanearon 1.185.704 ha.
A este ritmo de trabajo, Gómez indicó que hasta el primer trimestre de 2016 se prevé concluir el saneamiento de tierra en Chuquisaca y Oruro y que el gran reto, al cabo de este año, es lograr el 100% de cobertura de saneamiento en Santa Cruz, la región más productiva del país. En apego a la ley vigente estiman que el saneamiento de tierra en Bolivia concluirá en 2017.
Otro dato relevante que asoma del estado de saneamiento hasta el 23 de este mes es que Beni es la segunda región con mayor cobertura de tierra legalizada por el INRA este año. Se sanearon 1.054.463 ha, de las que 95% tocan al sector ganadero.
Si bien La Paz registra un promedio de saneamiento inferior al de Santa Cruz y de Beni -atribuyen este fenómeno al excesivo minifundio- es el distrito del país que más títulos recibió. De los 136.343 títulos entregados hasta el 23 de este mes 42.398 corresponden a La Paz. Los beneficiarios suman 84.364.
Negocian recursos externos Según Gómez, la limitada disponibilidad de recursos en la presente gestión dificultó el trabajo operativo y administrativo del INRA. No obstante, dijo que internamente se encaró un trabajo interinstitucional público-privado (los beneficiarios de este último sector inyectaron aportes voluntarios) para que no se trunquen las pericias de campo y la titulación de tierras. Este año el INRA operó con un presupuesto de Bs 140 millones.
De las proyecciones financieras para 2016, Gómez señaló que el INRA gestiona un crédito del Banco Interamericano de Desarrollo por valor de $us 60 millones, con una contraparte de $us 40 millones por parte del Estado, para garantizar el saneamiento y titulación hasta 2017.
Del manejo de los recursos, refirió que se destinará para contratar más capital humano, acceder a equipamiento tecnológico para optimizar los trabajos de campo y capacitación.
Sobre los lineamientos definidos en la cumbre agropecuaria para potenciar al aparato productivo nacional, Gómez señaló que avanzó en seguridad jurídica -se bajaron a cero los casos de tomas de tierras-, se alcanzó cifras récord en saneamiento y titulación, se autorizó el desmonte hasta 20 hectáreas y se amplió la pausa para la reversión para que los productores puedan acceder a créditos productivos.
Vistazo del sector privado Desde la Confederación Agropecuaria Nacional (Confeagro), el presidente, Julio Roda, destacó el trabajo del INRA en la última gestión que deja resultados históricos en saneamiento y titulación de tierras. Dijo que hace poco se dotó más de 4.000 títulos en Santa Cruz, cifra histórica que beneficia a pequeños, medianos y grandes productores.
Realzó la transparencia en los convenios firmados entre el INRA y productores para generar liquidez a la estatal y terminar con la corrupción. Los beneficiarios aportaron 70% al iniciar el proceso y el 30% a la entrega del documento final.
Según Roda, los avances alcanzados en el saneamiento y titulación han posibilitado a los productores del país acceder a créditos bancarios para mejorar su infraestructura productiva, acceder a tecnología de alta precisión, implementar sistemas de riego, mejorar la genética de su hato animal, entre otros temas.
En la misma línea, el presidente de la Confederación de Ganaderos de Bolivia, Fernando Menacho, detalló que la seguridad jurídica conseguida con el saneamiento y la titulación de tierra abrieron el candado para financiar proyectos a través del sistema bancario.
Merced a ello, dijo que el sector encara proyectos de repoblamiento ganadero en la Chiquitania y el Chaco cruceño.
Fuente: periódico "El Deber"
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