lunes, 24 de octubre de 2016

ENERGÍA: Falta de mercado supone riesgo para inversión en hidroeléctricas

Asegurar los mercados y tener estudios de factibilidad, incluyendo la construcción de líneas de interconexión, son los pasos que se deben seguir antes de invertir en proyectos hidroeléctricos, caso contrario, la inversión que impulsa el Gobierno en ese rubro corre riesgo, coinciden los especialistas Juan Carlos Guzmán, Álvaro Ríos y Francesco Zaratti.

Un ejemplo es el proyecto El Bala, que sigue un proceso a la inversa, porque primero apunta a ejecutar una hidroeléctrica cuya inversión supondrá endeudamiento para el país, sin contar con un mercado real, asegurado en base a contratos o, al menos, en base a acuerdos bilaterales.
En septiembre pasado, el ministro de Hidrocarburos y Energía, Luis Alberto Sánchez, informó en esta ciudad que el Gobierno desarrolla 21 proyectos hidroeléctricos en el país, con diferentes porcentajes de avance, en la perspectiva de generar 10.936 Megavatios (MW) de energía apuntando a la exportación de al menos 8.000 MW a 2025, con una inversión mayor a 25.000 millones de dólares.
En el análisis del especialista en energía y exministro de Hidrocarburos, Álvaro Ríos, hay mercados eléctricos posibles en Brasil y Argentina, pero para conquistarlos “hay que ser agresivos” y antes se debe determinar la factibilidad económica de los proyectos de inversión.
Hace algunos días, el jefe de la Unidad de Estudios de Preinversión de la Empresa Nacional de Electricidad (ENDE), David Rocha, dijo a Los Tiempos que el nivel de competitividad de El Bala atraerá por sí mismo financiamiento y mercado, al ser consultado sobre quiénes son los potenciales compradores de la energía que producirá.
El analista Juan Carlos Guzmán afirma que El Bala es un ejemplo de que no se está siguiendo el proceso regular para este tipo de proyectos, proceso que no obedece al funcionamiento del mercado.
Para explicar cómo funciona el mercado en el rubro, Ríos dice que “debe quedarnos claro que la nueva dinámica de los mercados de electricidad en la región son licitaciones hechas por los Ministerios para abastecer las distribuidoras eléctricas y donde en las mismas se debe muchas veces competir con precio, calidad de suministro y tecnología”.
Para eso, ENDE debe acudir a esas licitaciones a competir con su potencial térmico e hídrico; pero para ganar una licitación “por supuesto que se debe haber hechos los estudios de factibilidad para que el proyecto y suministro sea rentable para ENDE, incluyendo la construcción de líneas de interconexión. Sólo entonces se debe proceder con las inversiones”, afirma.
Añade que la otra modalidad es que los Estados, a través de sus empresas estatales, suscriban contratos bilaterales de compra venta de energía eléctrica con precios y otras condiciones de suministro, incluyendo el transporte de energía. Antes de la firma de contratos, ENDE debe haber efectuado los estudios de factibilidad y rentabilidad sobre el suministro. Después de firmados los contratos se debe concretar la inversión para cumplir con las exportaciones y contratos.   
Coincidiendo con Ríos, Guzmán dice que en caso de no existir un contrato se necesita al menos un acuerdo de intenciones y también una banda de precios. “En el caso de la represa Chepete, que es parte de El Bala, en teoría la provisión sería posible dentro de 10 años y no se pueden acordar precios ahora, pero se puede fijar una banda de precios en un acuerdo marco. Es lo primero que se debe hacer y si se lo hizo no lo conocemos”, señala. Añade que “no se está siguiendo un procedimiento básico que dé solidez para comprometer al país a una inversión o a un crédito de magnitud”, considerando que solo Chepete costaría 6.000 millones de dólares.
Ésa es la razón por la que Guzmán afirma que son inversiones riesgosas porque se comprometerá el futuro económico del país si se contratan créditos para esos proyectos, algo que el Gobierno ya adelantó que haría, previsiblemente con China.
Por su parte, el físico y analista Francesco Zaratti señala que invertir sin tener mercado asegurado es “irracional” por el elevado monto de las inversiones y por los impactos socioambientales que implican esos proyectos. Pero además considera que no sólo se debe asegurar mercados previamente, sino que también se debe involucrar como socios en los proyectos a los posibles clientes “para garantizar que no se use al fósforo el dinero de todos los bolivianos y no se hipoteque el país con proyectos faraónicos, inservibles y dañinos, hace falta tener socios que conozcan del negocio”. “Estoy seguro que con esas exigencias nunca se concretarían los mega emprendimientos hidroeléctricos”, afirma.
MERCADO REAL Y POTENCIAL
Sobre las perspectivas del mercado hidroeléctrico para Bolivia, el analista Juan Carlos Guzmán explica que mercado real se le podría llamar a un contrato o a una manifestación de interés de compra de energía eléctrica a futuro. Ésa es la base sobre la cual el Gobierno podría embarcarse en una inversión como los 6.000 millones de dólares que se prevén para construir la represa Chepete y contratar un crédito cuyo repago esté avalado por el retorno que generará ese proyecto.
Un mercado potencial no real representa la demanda creciente de Brasil, que crece exponencialmente. En los últimos años retrocedió en su aporte de energías renovables cambiando al uso de gas y necesita cambiar esa matriz de uso de gas, por tanto necesita incluso más energía que la que podría generar El Bala. Pero ese mercado no es real hasta que no haya un contrato o al menos un acuerdo binacional.
VEN NECESARIO UN DEBATE NACIONAL
Ante los anuncios del Gobierno sobre grandes inversiones en el sector eléctrico con miras a la exportación y en vista de que ya hay proyectos en curso, el físico y analista Francesco Zaratti considera que hace falta un debate abierto ante el pueblo sobre la necesidad de los proyectos hidroeléctricos, los posibles mercados y los efectos de las grandes represas hidroeléctricas, considerando el contexto del Cono Sur, y también sobre las políticas energéticas del país.
Por su importancia, añade que ese debate debe ser lo suficientemente amplio para informar a la opinión pública sobre el alcance de esos proyectos y no sólo a los habitantes de las regiones afectadas.
El analista Juan Carlos Guzmán coincide en la necesidad de informar a la opinión pública y considera que la actitud del Gobierno es “opaca y lo que abunda es la falta de información, considerando que es el pueblo el que se va a comprometer con la contratación de créditos para estos proyectos.
Poniendo como ejemplo la hidroeléctrica El Bala, que entre otras cosas incidirá en dos parques naturales, Zaratti señala que “tiene tantas implicaciones negativas que, aunque hubiera financiamiento, habría que descartarlo” y es algo que se debería debatir.
Considera que son proyectos que van a contramano de las tendencias mundiales, las cuales apuntan más bien al crecimiento de las fuentes renovables de energía, con impacto limitado y controlado. Es por eso que, en lugar de “soñar” con megaproyectos “anacrónicos”, el Gobierno debería apuntar a las energías renovables para cambiar la matriz energética del país y “liberar” gas para cumplir con los compromisos de exportación, que redundan en beneficio del desarrollo del país.
“No es malo que haya interconexión eléctrica entre países para intercambiar energía cuando se necesite, pero dudo que habrá contratos en firme de venta de grandes cantidades de energía eléctrica en nuestra región”, señala.
Fuente: periódico "Los Tiempos"

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