En un contexto de crisis de los precios internacionales, las empresas transnacionales se atreven a invertir en exploración en Bolivia. Ayer en Tarija, el Estado boliviano, a través de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), firmó la ampliación del contrato de operaciones del Área Caipipendi con un consorcio internacional, en el marco de la Ley de Promoción para la Inversión en Exploración y Explotación Hidrocarburífera (Ley 767). Repsol analiza la posibilidad de guiar sus pasos hacia las áreas no tradicionales.
El Consorcio Caipipendi, integrado por Repsol E&P Bolivia S.A., como operador y con un 37,5%; Shell Bolivia Corporation, Sucursal Bolivia (37,5%), y PAE E&P Bolivia Ltd, Sucursal Bolivia (25%), se ha comprometido a invertir $us 500 millones en exploración en los próximos cinco años y si estas inversiones tienen éxito en las áreas de Boyuy y Boicobo Sur, el contrato se extenderá por un par de décadas más y la inversión se duplicará.
El potencial de producción de estos dos nuevos prospectos es de 8,6 millones de metros cúbicos por día y en un plazo de producción hasta el 2046; se generaría una renta petrolera de $us 17.800 millones, según autoridades del Gobierno.
“Lo más importante de este contrato es que son dos prospectos muy atractivos que nos pueden dar muchas reservas de gas para el mercado interno y externo”, dijo el presidente de Repsol, Antonio Brufau, quien llegó a la capital chapaca para presenciar la firma.
Al consultarle si se analiza la posibilidad de explorar áreas hidrocarburíferas no tradicionales, Brufau contestó: “En ello estamos, nuestra voluntad es estar aquí (en Bolivia) toda la vida. Vamos a avanzar en otros temas, conociendo el subsuelo. Y si aparecen oportunidades, el primero que lo sabrá será el Presidente (Evo Morales)”, dijo.
Apoyo estatalEl Presidente Morales resaltó las inversiones realizadas por el consorcio anteriormente y felicitó el interés por seguir invirtiendo en un contexto poco favorable. “Estamos cumpliendo en acompañar estas inversiones”, sostuvo.
Más adelante, instó a todos a que aceleren la inversión para la exploración y explotación. “Estoy seguro de que el mercado interno va a seguir creciendo”, manifestó.
El presidente de YPFB, Guillermo Achá, aclaró que el acuerdo permitirá poder ampliar el contrato del área Caipipendi por un plazo de 15 años, pero dependerá de que el consorcio invierta $us 500 millones comprometidos con éxito en Boyuy y Boicobo Sur en los próximos 5 años, para extender el contrato.
No tradicionalesEntretanto, el ministro de Hidrocarburos, Luis Alberto Sánchez, reveló que tanto en las zonas tradicionales como en las no tradicionales “se están negociando contratos”, aunque no explicó cuáles.
Reconoció, sin embargo, que tan solo el acuerdo alcanzado con el consorcio Caipipendi, bajo los parámetros de la Ley 767, ha sido luego de una “dura negociación” con el que se espera llegar a al menos 4 trillones de pies cúbicos (TCF) de gas. Destacó, además, que hasta 2020 la inversión del sector será de $us 12.000 millones y en exploración y explotación, otros $us 7.000 millones.
“Proyectando la inversión que tiene presupuestada YPFB al 2025, son $us 31.000 millones”, afirmó.
Jerónimo Valenti, gerente ejecutivo de Relaciones con Socios de PAE, expresó que el consorcio quiere ir a trabajar a zonas no tradicionales, aunque reconoció que “por ahora, nos concentraremos en el bloque Caipipendi.
“Tenemos expectativas, pero eso tiene más alto riesgo y es a más largo plazo”, dijo.
A su vez, Claudia Cronembold, presidenta de la Cámara Boliviana de Hidrocarburos y Energía (CBHE), mencionó que las áreas no tradicionales, al estar alejadas de zonas con infraestructura, de las que se tiene poca información y en tiempos de precios bajos “es más difícil conseguir que los proyectos de exploración sean viables y que haya inversiones hacia ese sector”,. No obstante, dijo saber que existe al menos un par de proyectos estatales.
Costos exploratoriosEl exministro de Hidrocarburos, Álvaro Ríos, estimó que los primeros $us 500 millones que invertirá el consorcio será para unos 4 o 5 pozos exploratorios que pueden llegar a costar entre $us 60 a $us 90 millones, además de actividades importantes de sísmica.
“Esta inversión tiene buenas probabilidades, favorecida por la Ley 767. Hay que cruzar los dedos para que nos sea favorable y los pozos exploratorios puedan darnos indicios de reservas hacia el 2018 para mantener el mercado de Brasil y Argentina”, indicó.
Fuente: periódico "El Deber"
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