La siembra de la campaña de invierno 2017 refleja una reducción en los cultivos de soya, girasol y chía a raíz de las constantes lluvias y a la variabilidad de los precios, según el último reporte de la Asociación de Productores de Oleaginosas y Trigo (Anapo).
Según el presidente de Anapo, Marcelo Pantoja, la siembra de invierno concluyó en cinco de seis rubros, excepto el de la soya, cuyos productores estiman extenderse hasta fines de julio, tiempo en el que pretenden alcanzar una superficie de al menos 285.000 hectáreas que superaría la cantidad sembrada en la misma época de 2016.
La producción de girasol experimenta un notable deceso en relación a años anteriores. Este año la siembra alcanzó las 90.000 hectáreas, frente a las 95.700 hectáreas que se alcanzó en 2016 y las 140.000 de 2015. Según Pantoja, esto se debe a que el girasol no cuenta un precio internacional establecido, como en el caso de la soya, lo que genera incertidumbre en los productores.
A eso se suma el ataque de las totaquis, una especie de ave con similares características a la torcaza que, agrupada en bandadas de millones de miembros, tiene la capacidad de arrasar con la producción de girasol cuando está casi listo para la cosecha. “Cada vez se va reduciendo el cultivo de girasol, y eso es perjudicial porque hay industrias que lo requieren para hacer sus mezclas, para hacer todo”, dijo Pantoja.
Los Tiempos buscó la versión de la Cámara Nacional de Industrias Oleaginosas de Bolivia (Caniob) en relación al descenso en la producción de girasol, sin embargo, indicaron que consensuarán una postura en los próximos días, respecto a esta problemática.
La producción de chía también experimentó un decrecimiento en relación a los dos años anteriores. Según datos de Anapo, la superficie sembrada en 2017 alcanza las 11.700 hectáreas, pero en 2016 llegó a 17.000 y en 2015, a 13.000. Esta reducción, según Pantoja, también responde a la reducción de precios.
“Hubo una caída muy fuerte en el precio de la chía. Los que sembraron chía hace dos años todavía, no todos, han terminado de vender. Existe mucha chía en el mercado y es fundamentalmente por tema de precios que ha desmotivado a la siembra”, dijo.
El último reporte de Anapo —hasta el 16 de junio— indica que la siembra de soya alcanzó una superficie de 43.000 hectáreas, pero, según el presidente de esta institución, la superficie superará las 285.000 hasta fines de julio. En la campaña de invierno 2016, la siembra de este grano fue de 200.750 hectáreas, mientras que en 2015 bordeó las 290.000.
Por otro lado, Pantoja destacó el incremento de la superficie sembrada en el cultivo de sorgo, puesto que pasó de 225.000 hectáreas en 2016, a 325.000 en 2017. El trigo también registró un leve incremento, pues pasó de 100.000 hectáreas a 102.000 en similar periodo, mientras que el maíz pasó de 100.000 a 104.000 hectáreas, sin embargo, esta última cifra no incorpora la producción registrada en el sur del país (cuyos productores no están afiliados a Anapo) que bordea las 50.000 hectáreas.
BIOTECNOLOGÍA
El presidente de la Cámara Agropecuaria de Pequeños Productores del Oriente (Cappo), Isidoro Barrientos, informó que esta asociación trabaja en una propuesta sobre un mayor acceso a la biotecnología para los cultivos de soya, maíz y algodón.
Esta propuesta surge porque los pequeños productores dicen no tener utilidades a causa del excesivo uso de agroquímicos que eleva el costo de producción. Barrientos aclaró que este sector respeta las leyes nacionales que prohíben el uso de transgénicos, por lo que pide consensuar esta propuesta con el Gobierno nacional, las ONG y los colegios de profesionales.
Fuente: periódico "Los Tiempos"
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