Los representantes de los exportadores y productores de quinua de Bolivia consideraron que el Estado boliviano no generó políticas públicas de apoyo a estos sectores durante los últimos años, ante la caída de las exportaciones de este cereal frente al avance de nuevos países productores que ganaron parte del mercado internacional.
La gerente de la Cabolqui, Paula Mejía, manifestó su preocupación por la demora en acciones por parte del Gobierno central ante la problemática. Recordó que el Ministerio de Desarrollo Rural y Tierras convocó al sector exportador a conformar ocho mesas de trabajo hace dos años, sin obtener resultados hasta la fecha.
“El ministro (César) Cocarico, no nos da ninguna novedad. Nos dice lo que ya sabíamos, que hemos reducido nuestras exportaciones, pero creo que para el sector eso no es suficiente. Necesitamos una posición del Gobierno mucho más agresiva, que defina políticas más dinámicas, de mayor aliento, de mayor alcance y de mayor impacto”, precisó.
Por otra parte, sostuvo que la decisión política del Gobierno de excluir al país de acuerdos bilaterales o de libre comercio no debe quedar sin alternativas, porque perjudica al sector exportador.
Según Mejía, existen cinco alternativas ante estas dificultades: homologar normas sanitarias internacionales con los principales compradores de quinua boliviana a través de un trabajo estructurado del Senasag; reducir impuestos para importar tecnología y productos orgánicos; fomentar ferias comerciales a través de incentivos económicos y proteger el genoma de la quinua boliviana.
Finalmente, el presidente de la Asociación Nacional de Productores de Quinua (Anapqui), Bejamín Martinez, manifestó que la única medida de apoyo que permitirá mejorar las condiciones de los 2.080 productores afiliados es impulsar la denominación de origen. Precisó que su sector no recibió apoyo estatal durante los últimos años.
Este medio intentó contactarse con el viceministro de Comercio Exterior e Integración, Clarems Endara. Cuando se lo ubicó dijo no tener tiempo y dio un número para llamarlo, pero nunca contestó.
Fuente: periódico "Los Tiempos"
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