La gestión 2013 fue denominada como Año Internacional de la Quinua, y para el grano boliviano representó el clímax de sus exportaciones. Luego vino el declive, y a partir de ese año, Bolivia perdió 23 mercados internacionales, conservó 21 y ganó 11.
Al menos así lo reflejan datos proporcionados por el Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), elaborados con información del Instituto Nacional de Censos y Estadísticas (INE).
Las exportaciones de este producto, muy valorado mundialmente, no superaron las barreras de bajos precios internacionales, y fueron superadas por la competencia de nuevos países productores de este alimento.
La falta de inversión estatal en tecnología e innovación y la ausencia de políticas públicas agravaron la situación, según productores y exportadores consultados por este medio.
Además, durante el mismo periodo en cuestión, se registró una disminución creciente de los volúmenes exportados hacia los principales destinos. Asimismo, el último informe difundido por el INE devela que las exportaciones de quinua cayeron en un 7 por ciento durante el primer cuatrimestre de 2017 respecto al mismo período de 2016.
El vicepresidente de la Cámara Boliviana de Exportadores de Quinua y Productos Orgánicos (Cabolqui), Juan Pablo Seleme, sostiene que la exportación de quinua comenzó a caer a partir de 2014, un año después de haberse celebrado el Año Internacional de la Quinua. También considera que el evento incentivó a que otros países comiencen a producir en mayores volúmenes, con lo que para nuestro país terminó causando un efecto bumerán.
La gerente de la Cabolqui, Paula Mejía, explica que el Año Internacional de la Quinua permitió posicionar a Bolivia mediáticamente y llegar a países donde el producto era desconocido, beneficiando sus exportaciones.
Por ello, en 2014 se registró un record histórico de exportaciones del cereal con más de 197 millones de dólares y un volumen cercano a las 30 mil toneladas. La situación también fue favorecida por la subida de los precios internacionales de los alimentos.
“Sin embargo ha sido un año que no ha medido las consecuencias de su alcance, Bolivia no estaba lista para toda la demanda que se ha generado, menos para competir con países como Perú, Australia, Canadá, que al momento tecnológicamente estaban arrasando”, sostiene Mejía.
Actualmente, las exportaciones de quinua continúan en declive. Según el INE, durante los primeros cuatro meses de este año, el país registró ingresos por 23,7 millones de dólares, frente a los 25,5 del mismo periodo del 2016.
Al respecto, el gerente general del IBCE, Gary Rodríguez, advierte que Bolivia dejó de exportar a mercados importantes, aunque hubo una leve recuperación en abril. Entre los países que bajaron considerablemente sus compras, “destaca Israel, que era comprador de importantes volúmenes generando ingresos para el país de hasta 1,6 millones de dólares en 2013. En 2016 las ventas a este país sólo fueron de 470 mil dólares”, explica Rodríguez.
A pesar de todos estos datos, la Gerente de la Cobolqui no considera que se trate de mercados perdidos en los últimos años, sino sólo de una reducción de los mismos con otros destinos emergentes. “En todo caso no hemos dejado de exportar a mercados y creo que esto es importante”, añade.
Mercados perdidos
Los países que dejaron de comprar quinua boliviana desde 2013 son Catar, Guatemala, Croacia, Rumania, Polonia, Senegal, Bulgaria, Turquía, Panamá, Uruguay, Bareín, Corea del Sur, El salvador, Etiopia, Malta, Nicaragua, Paraguay, Perú, República Checa, Sudáfrica, Suecia, Ucrania y Venezuela.
Mejía destaca la oportunidad que tiene Bolivia a nuevos mercados ganados desde 2013. “Pienso que los países asiáticos son mercados emergentes, son nuevos mercados bastante interesantes”.
Los 11 mercados adquiridos en estos cuatro años son Nueva Zelanda, China, Tailandia, Libano, Grecia, Vietnam, México y Emiratos Árabes Unidos (EAU), Taiwán, Honk Kong y Macao (si se consideran estos tres últimos como mercados autónomos).
ANÁLISIS
Gary Rodríguez , Gerente IBCE
Bolivia no es que haya perdido todos los mercados, puede que estemos exportando y tengamos presencia en Europa, Estados Unidos y otros países asiáticos o latinoamericanos. Lo que sí está aconteciendo es que hemos retrocedido en cuanto al volumen de la exportación. Exportamos menos, se derrumbó el valor de la exportación.
Tenemos la posibilidad de una durísima competencia con países del Medio Oriente que van a producir quinua. No hay que olvidar que una universidad en Arabia Saudita descubrió el genoma de la quinua con un equipo técnico y con eso, a través de la manipulación genética, van a poder producir sin saponina y una quinua incluso mejorada, que puede tener unas plantas más robustas, que no pierdan el grano por efecto del viento. La baja de la exportación de la quinua en el país, en términos de valor y también de volumen, es también una consecuencia de la falta de adecuadas políticas que se ha dado en los últimos años pese al esfuerzo de promoción, incluso hasta llegar a declarar desde Naciones Unidas el 2013 como el Año Internacional de la Quinua.
El hecho de que el precio de la quinua se ha derrumbado a nivel internacional hace que ya no haya un incentivo en el país para producir más y exportar más. Se ha conocido incluso que el 10 por ciento de los agricultores de la quinua en el altiplano ha dejado de producir, es decir, hay unos 200 productores menos en el país.
Todo esto significa que Bolivia vende menos a algunos países, y por supuesto recibe menos ingresos. Bolivia tiene una quinua de altísima calidad, pero, si el mundo no lo sabe, vamos a tener que ir a competir en un mercado de precios con Perú, China, Estados Unidos y otros 50 o más países que están investigando cómo producir la quinua dulce, incluso sin saponina.
Fuente: periódico "Los Tiempos"
No hay comentarios:
Publicar un comentario