Las señales de una menor demanda de gas natural por parte de Brasil, nuestro principal comprador, fueron dadas en febrero de este año, hubo un leve repunte, pero la tendencia siguió hasta la actualidad, en donde al 18 de junio las exportaciones del energético a Brasil no pasaron de los 15 millones de metros cúbicos por día (MMm3/d), cuando el mínimo que debe comprar Brasil, según el contrato Gas Supply Agreement (GSA), es de 24 MMm3/d de gas natural y un máximo de entrega de 30,08 MMm3/d.
Desde el Ministerio de Hidrocarburos explicaron que esta situación es estacional y que si por algún motivo Brasil opta por pedir menos gas del acordado, en el contrato se establece que tendrá que pagar sí o sí por el gas que no consuma en su momento (take or pay) y Bolivia debe garantizar esos volúmenes.
Sobre las previsiones que se pueden hacer una vez que finalice el contrato de compraventa de gas con Brasil, desde Hidrocarburos remarcaron que es prematuro emitir una conclusión, pero lo que es concreto es que el gas boliviano seguirá siendo una necesidad para la industria de Brasil, eso si el volumen de demanda y su precio de venta todavía no están definidos.
Nueva situación
Para el analista Álvaro Ríos, los actuales números de exportación de gas natural a Brasil ya indican una tendencia que será difícil de revertir, por lo que las autoridades bolivianas deben buscar otros mercados.
Ríos señaló que son tres los factores que provocan una menor demanda.
El primero es que el crecimiento de Brasil es lento, por lo que la necesidad de energía está estancada, el segundo aspecto tiene que ver con que las hidroeléctricas tienen suficiente agua y están funcionando en su plenitud, por lo que son más requeridas, debido a su menor costo y, por último, el tercer punto, está relacionado con la política de exploración y perforación de Brasil, que a criterio de Ríos, busca tener una menor dependencia del energético boliviano.
Para Gabriel Gaite, analista en hidrocarburos, la menor demanda de gas boliviano será una tendencia debido a que las necesidades de Brasil ya son otras, a lo que se debe sumar la inestabilidad del precio internacional del petróleo.
“Se consideraba que la menor demanda duraría uno o dos meses, pero ya estamos en junio y la situación es igual”, dijo Gaite.
“Se consideraba que la menor demanda duraría uno o dos meses, pero ya estamos en junio y la situación es igual”, dijo Gaite.
Para el economista Jorge Ramos, a la menor demanda de gas se sumará un menor ingreso para el país, algo que las autoridades nacionales y regionales deberán sortear.
Fuente: periódico "El Deber"
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