Las condiciones nuevas de negociación y la mayor oferta en el mercado externo evitarán que el nuevo contrato de venta de gas que se suscriba con Brasil, cuando concluya el actual, sea por un lapso mayor a siete años, según el director de investigación del Instituto de Economía de la Universidad Federal de Río de Janeiro (Brasil), Edmar Luiz Fagundes.
Fagundes analizó el contexto energético entre Bolivia y Brasil en la conferencia denominada “Mercado Brasilero del Gas” que se llevó a cabo ayer en el salón auditorio de la Cámara Boliviana de Hidrocarburos y Energías en Santa Cruz.
El exministro de Hidrocarburos y especialista en hidrocarburos Álvaro Ríos, que también participó del evento, afirmó que esta situación obliga a Bolivia a formar un equipo hábil en Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) para negociar con Brasil. Sin embargo, sostiene que estos cambios no significan una reducción en los precios.
A pesar que el contrato de venta de gas a Brasil establece un envío mínimo de 24 millones de metros cúbicos de gas al día (MMm3d), YPFB envió un promedio de 16,17 MMm3d en la primera semana de junio.
Según los datos que fueron proporcionados por la Secretaría de Minas, Energía e Hidrocarburos de la Gobernación de Santa Cruz, en base a datos de YPFB Transportes, el promedio de envío de gas a Brasil en el mes de mayo fue de 27,17 MMm3d, 40 por ciento menos del promedio registrados en los primeros días de junio.
Fagundes explicó que actualmente hay al menos 20 empresas distribuidoras en Brasil que son potenciales clientes para Bolivia, pero es poco probable que éstas acepten firmar un contrato a largo plazo y que, sin embargo, optarían por acuerdos por un lapso de cinco a siete años. Los motivos, según el especialista, surgen porque la coyuntura es diferente a la de 1999 cuando se firmó el contrato que estará vigente hasta 2019.
Otro de los motivos por los que las distribuidoras no aceptarían un contrato a largo plazo tiene que ver con los riesgos que éstas asumen al momento de otorgar garantías. “Son proporcionales al monto de dinero de la transacción, y con el contrato por 20 años se comprometen a gastar centenares de millones de dólares”, sostuvo Fagundes.
Según el especialista, las distribuidoras tampoco aceptarán firmar un a largo plazo porque requieren diversificar su portafolio. “Una distribuidora no va a querer comprar sólo de un proveedor, si hay más para ellos, mejor”, dijo.
Asimismo, Ríos considera que la producción de gas de Brasil no es similar a la de hace 20 años y que por ello existe la previsibilidad de que “mañana” aparezca una nueva reserva de gas en ese país que le involucre menores costos en relación al producto boliviano.
Por otro lado, Fagundes aseveró que la cantidad de gas que Brasil comprará a Bolivia dependerá de la flexibilidad en las negociaciones tanto con Petrobras como con los nuevos distribuidores, ya que, si bien los costos de producción de gas boliviano son más bajos, también está el tema de la renta petrolera.
SOBRE LAS RESERVAS
El ministro de Hidrocarburos, Luis Sánchez, informó anteriormente que la estimación de reservas hidrocarburíferas de Bolivia es de 10 trillones de pies cúbicos (TCF), lo cual se podrá confirmar al término del presente proceso de certificación (31 de diciembre).
Explicó que el Gobierno conformó el plan de exploración para los próximos cinco años que tiene como fin incrementar las reservas de gas en el país. La última certificación, realizada en 2013, demostró que Bolivia cuenta con 10,45 TCF, mientras que el 2009 se certificó la existencia de 9,9.
Fuente: periódico "Los Tiempos"
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