Aunque Bolivia pasó de ser un país importador a exportador de Gas Licuado de Petróleo (GLP), las cifras de producción se aproximan sólo al 43 por ciento de la capacidad instalada entre las plantas separadoras de líquidos Río Grande y Gran Chaco.
El especialista en hidrocarburos Hugo del Granado considera que esta baja producción está relacionada a tres factores: la falta de mercado, falta de gas y posibles problemas en la construcción de las plantas.
Según un reporte del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), elaborado con cifras del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), Bolivia dejó de importar GLP en 2014, pero desde 2012 empezó a vender el carburante a mercados como Paraguay, Perú y Uruguay, por lo que hasta el primer semestre de 2017 obtuvo un ingreso de 84 millones de dólares.
Sin embargo, Hugo del Granado indicó que estas cifras reflejan una reducida producción de GLP en relación a la capacidad instalada, ya que Bolivia debería exportar por lo menos 2.000 toneladas métricas por día (TMD), toda vez que sólo Gran Chaco tiene una capacidad de producir 2.100 TMD, pero actualmente produce sólo 600, un equivalente al 28,5 por ciento.
Por su parte, el economista Teófilo Caballero señaló que la incorporación de la planta Gran Chaco permitió incrementar la producción de GLP y que la medida de buscar la autosuficiencia del mercado nacional fue positiva, pero que, al mismo tiempo, implica la posibilidad de que a futuro el país tenga dificultades para la provisión de GLP y de gasolina, puesto que las reservas de gas no fueron repuestas.
Según información oficial de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), Río Grande tiene una capacidad de producir 361 TMD. La exportación en cuestiones de volúmenes, hasta el primer trimestre de la presente gestión, a los mercados de Paraguay y Perú, fue de 14.484.300 kilogramos, un equivalente a 160,9 TMD.
A decir del analista, la planta de Gran Chaco fue construida para proporcionar materia primera al complejo petroquímico de Etileno-Polietileno y Propileno-Polipropileno y para aumentar los volúmenes de exportación de GLP; sin embargo, dichas funciones no se cumplieron a dos años de su inauguración.
El senador demócrata Óscar Ortiz solicitó un informe escrito al Ministerio de Hidrocarburos para saber las condiciones en las que opera la planta de Río Grande.
Fuente: periódico "Los Tiempos"
No hay comentarios:
Publicar un comentario