El Tribunal de Cuentas de la Unión de Brasil (TCU), órgano de fiscalización independiente del Legislativo, determinó ayer establecer si hubo daño económico al erario de ese país tras el pago de 434 millones de dólares por la estatal Petrobras a Bolivia, según una nota publicada ayer por la revista brasileña Valor. De acuerdo con el Tribunal de Cuentas de la Unión, el contrato original no prevé el pago por los componentes nobles de mayor valor agregado incluidos en el gas boliviano y que, pese a que pueden ser aprovechados por la industria química, no son separados ni en Bolivia ni en Brasil.
La cancelación fue acordada en agosto y se hizo efectiva el mes pasado, de forma retroactiva, debido a que el gas enviado entre 2008 y 2013 poseía componentes nobles que no fueron extraídos en Bolivia.
El TCU aceptó el pedido de investigación de la Fiscalía de Brasil y estableció al menos nueve puntos que deben ser evaluados, entre ellos si el pago se hizo en base a estudios técnicos, económicos y financieros y quién o qué institución hizo la negociación y autorizó el pago.
Valor detalló que la orden del ministro del TCU, José Jorge de Vasconcelos Lima, determina que la Secretaría de Control Externo (Secex) de empresas estatales, con sede en Río de Janeiro, realice la fiscalización. Entre otras cosas, la auditoría debe evaluar “cómo habría sido conducida tal renegociación” del contrato y “quién autorizó o determinó que fuese hecha”.
La orden del ministro de Vasconcelos acata casi integralmente los requerimientos hechos por la Fiscalía en su pedido de investigación y pide también conocer “qué instancias internas” de Petrobras se habrían pronunciado y si hubo participación de “alguna autoridad o institución externa”, citando a la Presidencia de la República, la Casa Civil, el Ministerio de Relaciones Exteriores o el Ministerio de Minas y Energía de Brasil.
De Vasconcelos también orientó a la unidad técnica del TCU a que determine “si el monto renegociado guarda cierta correlación con el provecho económico del producto adquirido” y “si la importación de gas natural sigue siendo económicamente viable después de este incremento de precios”. No hay fecha límite para la conclusión de la auditoría.
La noticia del acuerdo se conoció en agosto, en Santa Cruz, en medio de la firma del contrato interrumpible para el envío de gas a la termoeléctrica brasileña de Cuiabá, firmado por el director de Gas y Energía de Petrobras Alcides Santoro y por el presidente de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), Carlos Villegas, en presencia del mandatario Evo Morales, en plena campaña para su reelección.
En ese entonces, la información de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos sólo señaló que se firmaban acuerdos postergados por varios años, entre ellos el del pago por el gas rico; pero no dio detalles de la negociación.
Valor recordó que Petrobras dijo que el acuerdo, que considera “ventajoso”, supondría un impacto negativo de 268 millones de dólares a sus resultados del segundo semestre; pero “su efecto sobre el resultado final para Petrobras en 2014 se proyecta con un valor positivo de 128 millones de dólares. Aparentemente, ese mejor resultado se debería a que Petrobras logró un descuento en el precio del gas hasta junio de 2015.
La revista hace notar que, hasta la fecha, todavía son desconocidos los motivos que llevaron a Petrobras a aceptar el pago por el gas rico a Bolivia.
Valor señaló que, en 2007, el Gobierno de Brasil “cedió a la presión” de Morales, quien quería una recompensa por el envío del gas rico. La nota recordó que, en esa época, el sector eléctrico brasileño atravesaba por una escasez de gas natural, que no abastecía en cantidad suficiente a las termoeléctricas existentes.
En una nota anterior, citó que especialistas brasileños señalaron que elementos como el propano y el etano, enviados con el gas boliviano, podrían ser aprovechados por la industria petroquímica de ese país; pero no existe una planta separadora a lo largo del gasoducto Brasil-Bolivia por lo que esos productos simplemente no fueron aprovechados y, en los hechos, el gas fue quemado en las termoeléctricas, las residencias o en el combustible para los autos.
Fuente: periódico digital "OxígenoBolivia"
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