Así describió las perspectivas para esos derivados del gas el director ejecutivo del Instituto Petroquímico Argentino, Fredy Friedlander, durante su exposición en el VIII Congreso Internacional de Gas y Energía que se realiza en Santa Cruz.
"El problema que yo le veo a un proyecto de este tipo es el shale gas, esos 9,3 millones de toneladas, casi 10, de etileno, en los próximos uno a tres años van a estar en producción en Estados Unidos”, precisó.
Según el experto, el país del norte no sólo producirá etileno, sino también sus derivados y los principales son los polietilenos. "Por consiguiente, vamos a tener en todas estas empresas grandes como Chevron, Phillips, Exon y otras, plantas que estarán funcionando; alguna podrá atrasarse pero no mucho”, alertó.
Esa enorme capacidad de polietileno que se producirá en Estados Unidos no será comercializada sólo en mercado interno, sino que será exportada.
Desde el punto de vista del especialista en petroquímica, si bien el primer país en el cual pensará Estados Unidos para vender su polietileno será México, esa nación ya impulsa sus propios proyectos con Braskem y otras empresas.
Por tanto, lo más probable es que Estados Unidos buscará otros mercados. "Esos mercados podrán ser Perú, Colombia, quizás Ecuador y Chile seguramente, y contra esa oferta habrá que competir si se hace una planta de etileno y una o dos plantas de polietileno”, advirtió.
En criterio de Friedlander la decisión de impulsar la industria de la urea fue acertada.
Este producto es un fertilizante que se extrae del amoniaco y que es usado en grandes cantidades a nivel mundial. La región oferta 12,3 millones de toneladas por año de amoniaco a la cabeza deTrinidad y Tobago, seguido de México, Venezuela, Brasil, Argentina y Colombia.
Pero cuando se habla de urea, Trinidad y Tobago pasa del primer lugar al cuarto y México pasa del segundo puesto al quinto. "No todos los que producen amoniaco producen urea. La urea que se produzca en Brasil y que no se consuma, eventualmente, puede ser exportada a esos países que teniendo amoniaco no tienen urea”, alegó, como un ejemplo de lo que podría pasar con el caso boliviano.
La industria del propileno
Friedlander explicó que el propileno y el polipropileno se produce en muchos países a partir del craqueo térmico de nafta virgen, por ejemplo en Argentina se trabaja de esa manera. Pero también hay algunos que lo hacen a partir del propano que se saca del Gas Licuado de Petróleo (GLP), como planifica Bolivia.
"Tengan en cuenta que de los plásticos petroquímicos el que más ha venido creciendo en los últimos 20 años por lo menos es el polipropileno, realmente es el plástico, por la variedad de usos; se usa para envases, para alfombras y otros”, indicó Friedlander. El polipropileno es el plástico con más variedad de usos.
El experto alertó que Bolivia deber desarrollar con "mucha cautela” la producción de etileno. "Realmente, hacer un cracker de etileno y con ello polietileno son proyectos que requieren de mucho dinero. No digo que se descarte definitivamente, pero si yo tendría la posibilidad de elegir, primero haría una planta de polipropileno, porque a esa sí le veo más mercado”, sostuvo.
El VIII Congreso de Gas fue clausurado anoche luego de la exposición durante dos días de expertos de diferentes países.
Las proyecciones
DesarrolloEl miércoles, en la inauguración del Congreso, el vicepresidente Álvaro García Linera recordó que una de las inversiones más fuertes que se ha hecho hasta ahora en el sector energético corresponde a la planta amoniaco y úrea, se destinó $us 840 millones.
Inversión Se suma el proyecto de construcción de la planta de propileno y polipropileno con un costo cercano a los 1.800 millones de dólares. "Una vez lanzada la convocatoria este año tendríamos que estar haciéndola funcionar a principios del año 2020”, anticipó.
ProyectosPara 2022 y 2023 tendría que arrancar la segunda planta de industrialización del gas: la de etileno y polietileno. Se invertirán $us 2.600 millones.
DesarrolloEl miércoles, en la inauguración del Congreso, el vicepresidente Álvaro García Linera recordó que una de las inversiones más fuertes que se ha hecho hasta ahora en el sector energético corresponde a la planta amoniaco y úrea, se destinó $us 840 millones.
Inversión Se suma el proyecto de construcción de la planta de propileno y polipropileno con un costo cercano a los 1.800 millones de dólares. "Una vez lanzada la convocatoria este año tendríamos que estar haciéndola funcionar a principios del año 2020”, anticipó.
ProyectosPara 2022 y 2023 tendría que arrancar la segunda planta de industrialización del gas: la de etileno y polietileno. Se invertirán $us 2.600 millones.
Fuente: periódico "Página Siete"
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