lunes, 23 de noviembre de 2015

Con PIB per cápita de $us 3.235 Bolivia es penúltimo

El ingreso per cápita de Bolivia, si bien se ha triplicado entre el 2005 y 2014, de $us 1.010 a $us 3.235, ubica al país en el penúltimo lugar de la región latinoamericana por encima de Haití. Con relación a Catar, cuyo ingreso per cápita de $us 97.518 que lo constituye en el más alto del mundo, nuestro país se ubica en la franja de las naciones africanas conforme a las cifras del Banco Mundial.

Eso significa, según los expertos, que el ingreso anual que recibe un boliviano representa apenas el 3,5% de lo que gana un ciudadano en Catar.
El ingreso per cápita o renta per cápita es la relación que hay entre el Producto Bruto Interno (PIB) y la cantidad de habitantes de un país. En ese contexto, el economista Germán Molina señala que Bolivia aumentó durante los últimos años porque creció la producción de bienes y servicios finales anualmente medido mediante el Producto Interno Bruto (PIB), por efecto precio, debido a la bonanza externa, y por efecto cantidad en menor proporción.
Ingresos aún incipientes. Sin embargo, Armando Méndez economista y expresidente del Banco Central de Bolivia (BCB), remarcó que Bolivia sigue siendo uno de los últimos países de la región, pese a que hubo mejoras significativas en los últimos diez años. "Lo que vaya a pasar en los próximos años de seguir con el crecimiento del PIB per cápita, dependerá necesariamente de cuánta inversión extranjera ingrese al país. "Sin esa premisa, será difícil avisorar su crecimiento y si posible ir achicando la brecha. En este caso, el gobierno hace bien en buscar inversiones fuera del país y por otro, con los créditos chinos (por más de $us 7.000 millones) que podrían hacer que el país no vaya a perder su dinamismo". apuntó.
En esa línea, Julio Alvarado describe que el PIB per cápita, si bien se ha triplicado en los últimos diez años, es apenas un promedio de lo que gana un ciudadano boliviano, en esa medida el PIB no necesariamente refleja el nivel de vida de la población de manera equitativa. "Esa riqueza que se ha multiplicado por tres no se ha distribuido equitativamente. Podemos citar como ejemplo el caso de Potosí, donde los cooperativistas mineros en los últimos años han amasado fortunas, pero no todos los potosinos han compartido esos ingresos. Las brechas entre unos y otros siguen siendo los mismos e iguales que años anteriores", señaló. 
A su vez, el economista de la Fundación Milenio, Roberto Laserna, en su análisis si bien destaca el crecimiento del PIB per cápita de Bolivia como significativa, aún sigue pendiente de que el mismo sea sostenible en el tiempo, dada la actual coyuntura económica del mundo agravado por una crisis y caída de precios de las comoditties. 
En una situación didáctica. Según Molina, el PIB per cápita es un indicador económico en el que cada ciudadano tendría en su poder un determinado monto de recursos, pero en la realidad concretamente no necesariamente sucede porque algunos perciben montos elevados, medios, mínimos y nulos, la situación en nuestro país es elocuente. Por ejemplo, en los países desarrollados, emergentes y latinoamericanos existen personas que no cuentan con un ingreso que les permita cubrir sus necesidades básicas de alimentación, salud, educación y vivienda. Pero también hay lo otro, personas que acumularon riqueza como por ejemplo Bill Gates (norteamericano) y Carlos Slim (mexicano), cuyas fortunas alcanzan a todo lo que produce en un año nuestro país.  "Entonces es un indicador útil pero tiene sus limitaciones para realizar análisis", sintetiza. 
En ese ámbito, Molina, al hacer referencia a las cifras globales del Banco Mundial, donde Bolivia se encuentra en el penúltimo lugar en la región, encabezada por Uruguay con $us 16.806 de ingreso per cápita en más de cinco veces superior, señala que la brecha sigue distante porque el país  no mejoró "los factores de producción del capital y del trabajo", ni tampoco la competitividad en la producción de los bienes y servicios que exportamos al mercado internacional.
Al contrario, enfatiza el experto, en algunos sectores económicos sus costos de producción fueron elevados por la subida en los últimos diez años de los precios internacionales, con lo cual lograron participar en el comercio y el intercambio a razones competitivas. "Ahora que estamos en crisis ya no producen y abandonan sus centros de producción, como por ejemplo el sector de cooperativistas mineros y también los productores de quinua", puntualizó. 
Los pasos a seguir. Tanto Méndez, Molina, Laserna y Alvarado coinciden que para seguir creciendo en el ritmo sostenido del PIB per cápita de los últimos años y además para achicar la inmensa brecha existente con los países de la región latinoamericana por no decir del mundo, es preciso enfatizar en tres aspectos: tener capital, lo que implica atraer necesariamente inversión externa; incorporar tecnología y lo más importante, revolucionar la educación. En los tres contextos, señalan que implica planes de largo alcance y con metas definidas como país para lograrlo.
Julio Alvarado dice que Bolivia debe tomar como ejemplo a Corea del Sur, para desarrollar en los próximos diez años. En 1960 un coreano era 33% más pobre que un boliviano; en cambio, hoy en día ellos son nueve veces más ricos. "Ellos como primer elemento han optado por mejorar y desarrollar la calidad de su educación, orientadas a la producción y la industrialización. El segundo paso fue utilizar sus escasos recursos y su endeudamiento para la inversión productiva", señaló. 
En cambio, Molina ve como alternativa el hecho de incrementar la productividad total de factores de producción y su competitividad.  "Se debe crear nuevos bienes, servicios adecuados a los requerimientos de los mercados internacionales y no únicamente beneficiarse de las épocas de bonanzas que son transitorias", apuntó.  
En la misma posición, Méndez coincide que para conseguir elevar la productividad del país, se tiene que dedicar mayores recursos a la educación, investigación, innovación y crear incentivos para que los inversores prefieran colocar sus recursos en nuestro país. Además enfatiza que para que dicho crecimiento del PIB per cápita no se detenga, Bolivia debe encarar necesariamente hacia la inversión extranjera, cuyos ingresos fiscales hoy dependen de la producción y venta del gas natural. "La idea de la inversión extranjera no es simplemente capital,  es tecnología. Para ello, Bolivia debe aprender a respetar y disponer de reglas claras para atraer inversión".
Desafío
El país debe generar condiciones para atraer capital
Diagnóstico. Según Laserna la productividad laboral de los sectores más modernos es muy baja y está sostenida por unas economías informales de muy bajo costo, cuya productividad es incluso más baja, y por políticas salariales que en cierto modo premian esa baja productividad.
Seguridad. Según otros expertos, el mundo laboral no tiene estímulos para mejorar su capacidad productiva. El mundo empresarial tampoco. Hay demasiada incertidumbre jurídica por la crisis en la justicia y los cambios que se introducen muchas veces por razones políticas de corto plazo, entre otros que el país debe marcar reglas claras orientadas a una mayor inversión privada y atracción de capitales externos, tecnología y conocimientos.
Trabas. Las dificultades que tiene la banca para ampliar su cartera son un claro indicio de que los inversionistas se han visto obligados a ser cada vez más cautelosos. A pesar de los avances realizados en materia de inclusión financiera y el aumento de los medios financieros y tecnológicos, dedicados a fomentar tal inclusión, todavía queda mucho por hacer.
Condiciones. La actual coyuntura, en términos de crecimeinto del PIB y el ingreso per cápita, ha puesto en situación adeversa al sector productivo del país, considerado que es el que más genera empleos y da calidad de vida.
"Cuando los ingresos per cápita se han multiplicado por tres, lamentablemente eso no significa que  las condiciones de vida de los bolivianos han mejorado tres veces más. Esa brecha es lo que debemos superar"
Julio Alvarado
Analista Económico
Panorama
La importancia de medir el PIB
Premisas. En febrero de 2008, Nicolas Sarkozy, presidente de la República Francesa, insatisfecho con el estado de la información estadística sobre economía y sociedad, solicitó a Joseph Stiglitz (presidente de la Comisión), Amartya Sen (consejero) y Jean-Paul Fitoussi (coordinador) que establecieran una Comisión que adoptó el nombre de de Comisión sobre la Medición del Desarrollo Económico y del Progreso Social (CMPEPS, en sus siglas francesas). Se le encomendó la misión de determinar los límites del PIB como indicador de los resultados económicos y del progreso social.
Conclusiones.  Entre muchos aspectos salientes ese estudio señala que el sistema estadístico se centre más en la medición del bienestar de
la población que en la medición de la producción económica y que es conveniente que dichas mediciones del bienestar se restituyan en un contexto de sustentabilidad. 
Recomendaciones. Se destaca que en el marco de la evaluación de bienestar material,  una estadística del PIB debe referirse a los ingresos y al consumo, más que a la producción.  Sugiere hacer hincapié en la perspectiva de los hogares al señalar que si bien es interesante seguir las evoluciones del resultado de las economías en su conjunto, el cálculo del ingreso y del consumo de los hogares permite seguir mejor la evolución del nivel de vida de los ciudadanos. 
También recomienda otorgar más importancia a la distribución de los ingresos, del consumo y de las riquezas para entender los niveles de vida de la gente.
Punto de vista
Roberto Laserna
Analista Económico de Milenio
"Mientras caminábamos, otros países trotaban"
"El crecimiento de la economía sí se ha reflejado en los indicadores de pobreza y bienestar. La pobreza ha disminuido porque un mercado interno más amplio ofrece más oportunidades económicas a la gente, y porque los ingresos públicos más elevados han permitido ampliar la cobertura de los servicios públicos.
Sin embargo, es evidente que todavía hay mucha gente excluida de esos servicios, con ingresos muy bajos y en condiciones precarias de empleo, que tal vez pudieron haberse beneficiado de la bonanza económica con otras políticas por ejemplo, menos concentradas en el gasto estatal y la inversión pública, y más abiertas a la innovación y a la iniciativa de la gente. 
Pero esa es una discusión diferente. El desafío es darle sostenibilidad a esos logros, lo cual no será fácil ya que dependieron de unas condiciones económicas internacionales que están desapareciendo.
Nuestra economía creció, pero casi todo el tiempo lo hizo a ritmos inferiores a los de otras economías de la región, de manera que no logramos cerrar la brecha. Mientras nosotros caminábamos, Paraguay, Perú y Chile trotaban. Solo en los últimos años la información dice que crecemos más rápido, pero no es porque hubiéramos empezado a correr, sino porque los vecinos ahora están caminando. Esto quiere decir que las pautas que determinan el bajo crecimiento de nuestra economía no se han modificado lo suficiente para poner al país en una senda de alto dinamismo". 
Fuente: periódico "El Día"

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