lunes, 21 de diciembre de 2015

Reabren el debate sobre el uso de ‘biotecnología agrícola’ en Bolivia

Algunas autoridades de Santa Cruz, instituciones de comercio, empresarios agropecuarios y otros se unieron para impulsar la discusión sobre una posible ampliación del uso de la biotecnología agrícola como una herramienta para garantizar la seguridad alimentaria en Bolivia y buscar mayor productividad o rendimiento mediante los cultivos genéticamente mejorados.

Esta última semana, el Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE) organizó varias actividades en el departamento de Santa Cruz, donde los interventores se enfocaron en explicaciones que buscan eliminar los sesgos generalizados sobre los transgénicos. 
Una de las personalidades que participó en dichos encuentros fue el presidente de la Cámara Agropecuaria del Oriente (CAO), Julio Roda, quien aseguró que ya tuvieron reuniones con el Ejecutivo y supuestamente “no está en desacuerdo” en tratar esta temática.
“Lo ha dicho el presidente (Evo Morales) públicamente en tres oportunidades, el vicepresidente (Álvaro García) también, (pero) lo que nos han pedido es que consensuemos con los movimientos sociales, (aunque) sabemos que hay ONGs (Organizaciones No Gubernamentales) que están haciendo de que se cree en la mente de los bolivianos de que el uso de la biotecnología ocasiona malformaciones en la vida del ser humano, cosa que no está demostrado en ninguna parte del mundo”, sostuvo.
Aseguró que todos los países vecinos que producen granos ya están con la biotecnología y hasta Francia, que era el país que más se oponía en Europa,  ahora hace uso de la mencionada tecnología.
Para sustentar la necesidad que hay para aplicar esta iniciativa en el país, citó el caso del maíz, que se fumiga varias veces en cada campaña con químicos “que sí son cancerígenos y los países vecinos no fumigan ni una sola vez” porque hacen uso de biotecnología. 
Dijo que esas fumigaciones representan al productor un costo adicional y ante esa situación los sectores implicados en esta temática trabajan para tratar de demostrar que la biotecnología bien usada no es dañina. 
Pero “sabemos que hay un proceso para poder implementarlo. En Bolivia existe una aprobación (sólo para) la soya en biotecnología, en transgénico, y pretendemos que se aplique en tres productos: en soya, en maíz y en algodón. En el algodón por ejemplo (es más claro) porque no lo comemos y por ejemplo Enatex (Empresa Pública Nacional de Textiles) compra algodón transgénico de Paraguay y Perú, el 70% de la producción de Enatex es de productos transgénicos”, declaró.
Estigmatización de transgénicos 
Luis Alberto Alpire, secretario de Desarrollo Productivo de la Gobernación de Santa Cruz, afirmó que se registra en Bolivia una crisis de bajos precios de los productos y en esta coyuntura se tiene que buscar los mecanismos que impulsen mayor productividad y rendimiento.
“El riego es una de las alternativas pero además del riego estos cultivos genéticamente mejorados nos permitirían alcanzar rendimiento y productividad, para dejar de deforestar, para mantener esos servicios fundamentales que nos otorga el bosque: agua, temperatura y oxígeno, entonces hay que replantear, hay que poner en agenda de la mesa de discusión, mucho se ha estigmatizado a los transgénicos, porque de hecho ya es un término que el mundo lo ha estigmatizado”, manifestó.
Sugirió hacer una discusión abierta con el Gobierno nacional y los movimientos sociales, porque al final en esta época de crisis, hay la necesidad de valernos de lo que la tecnología nos pone a disposición.
“Imagínense estamos prácticamente sin arancel en Mercosur, entonces ¿cómo vamos a competir con Argentina y Brasil, que ya aplican esta tecnología en varios cultivos? entonces se hace importante poner en la mesa de discusión y creo que la Gobernación ya está haciendo su parte, nos estamos preparando ¿Por qué no a la liberación de variedades de cultivos genéticamente mejorados? ¿Por qué no?”, cuestionó.
Insistió que todos los sectores debemos sentarnos a discutir, pero ya no en el marco de algunos sesgos que son los que han tildado a esta tecnología como algo malo para el ser humano.
“Esos sesgos van (en el sentido de que afectaría) en la salud, pero veamos en la mesa de discusión algún caso que haya afectado al ser humano, planteemos, demostrémoslo, estas son las discusiones que estamos promoviendo, por eso creo que la Gobernación está haciendo su parte, buscando productividad con riego, pero (también se está) preparando con la implementación o la ampliación de (un) laboratorio de biotecnología”, declaró.
El presidente de la Asociación de Productores de Oleaginosas y Trigo (Anapo), Reinaldo Díaz, pidió diferenciar con mayor precisión la biotecnología con los  transgénicos propiamente dichos.
“La biotecnología como tal es muy amplio, tiene muchísimos usos, de tal manera que nosotros estamos aplicando o vamos a empezar a aplicar para los fines de investigación, para facilitar nuestro diagnóstico de plagas, enfermedades, para facilitar y acelerar los procesos de mejoramiento tecnológico convencional, entonces, hablar de biotecnología no es lo mismo que hablar de transgénicos, (aunque) a través de ello sí  se puede llegar”, declaró.
En la cumbre agropecuaria “Sembrando Bolivia”, que se llevó en el primer semestre de este año, ya se trató el uso de la biotecnología, sin embargo, quedó en nada porque el Gobierno dejó en manos de los grandes, medianos y pequeños productores con el fin de que entren todos en consenso.
En aquel evento se conoció que los pequeños productores, principalmente de occidente del país, se opusieron al uso de las semillas genéticamente modificadas. 
La mirada de una experta
María Mercedes Roca, catedrática universitaria, microbióloga y fitopatóloga con especialización en virología y manejo integrado de plagas, hizo una explicación técnica de la biotecnología agrícola, pero también se mostró poco optimista en que esta iniciativa llegue al éxito en Bolivia, porque considera que la “campaña de desprestigio” es muy fuerte.
“Las campañas anti biotecnología y anti transgénicos continúan, han creado un rechazo muy arraigado, a mi me da preocupación tener que etiquetarlo de transgénicos, porque ya está tan sesgado la idea de que el transgénico es malo que ya sería como un sello de ‘no tome esto’ o ‘esto es contaminado y no la coma’”, sostuvo.
Apuntó que una tecnología es como un arma que se produce para bien o para mal. “(Ejemplo) un machete lo puedo usar para desmalezar los cultivos o lo puedo usar para matar una culebra que me va picar e incluso para matar a un ser humano, entonces depende cómo usemos esta tecnología”, remarcó.
Fuente: periódico "ERBOL"

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