La participación del sector industrial manufacturero en el Producto Interno Bruto (PIB) del país ha perdido protagonismo. Desde el año 2002, cuando se situaba en 13 %, ha ido bajando constantemente hasta situarse un 9,95 % en 2013, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE).
La Unidad de Análisis de Políticas Sociales y Económicas (UDAPE) considera que esto se debe principalmente a “un mayor dinamismo en los otros sectores como la extracción de minas y las canteras”, lo que puede traducirse como una tendencia hacia la primarización de la economía, tal como advirtieron varios analistas en los últimos años.
Por otra parte, en un reciente diagnóstico de UDAPE, señala que en la gestión 2013 se registraron 122.995 empresas, representando un crecimiento del 80,26 % respecto al año anterior, pero que sólo el 8,93 % de esas empresas se identifican con la industria manufacturera, es decir, 10.986 empresas.
Inversión pública y extranjera en la industria
A partir del año 2009 la inversión pública destinada al sector industria tiende a aumentar, “como resultado de los recursos económicos destinados a las empresas públicas creadas en los últimos años”, destaca UDAPE.
Pese a ello, según datos del Viceministerio de Inversión Pública y Financiamiento Externo (VIPFE), en el año 2015 la industria ha recibido sólo el 3,95% del presupuesto estatal, poco más de mil quinientos millones de bolivianos de un presupuesto total de 42 mil millones.
El UDAPE resalta además que la industria manufacturera es una de las actividades que menor cantidad de recursos de Inversión Extranjera Directa (IED) ha captado en los últimos años.
“La participación de IED en el sector industria alcanzó un promedio en los últimos 10 años de 10,7 % respecto de la IED total, lo que arroja una cifra de un promedio aproximado de 123 millones de dólares por año”, agrega la institución, aunque reconoce que en 2013 los recursos captados por IED registraron un considerable ascenso.
No obstante, datos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) dan cuenta de que la IED neta en Bolivia, pese a alcanzar cifras record como los 1.750 millones de dólares hasta fines de 2013, se concentra en un 69 % en el sector hidrocarburos y en un 7 % en la minería, mientras el sector manufacturero recibe sólo el 15 %.
Y es debido a esta tendencia, que favorece a los sectores extractivos, que la cantidad de empleos generados por la IED es francamente baja: entre 2003 y 2013, por cada millón de dólares provenientes de IED se crearon apenas 1,1 puestos de empleo directo.
El sector industrial manufacturero, por el contrario, es uno de los principales empleadores de la economía, ocupando el tercer lugar después del sector de agricultura, ganadería y caza. Además, según UDAPE, “en el 2012 el empleo sectorial aumentó en promedio un 9,4% con relación a las tres últimas gestiones”.
Capacidad ociosa en la industria
En el periodo 1985 – 1995, el promedio de la capacidad utilizada en la Industria Manufacturera pasó de 44% a 53%. En los últimos diez años, esta capacidad se ha visto incrementada hasta un 71%. De acuerdo a la Encuesta de Opinión Empresarial y Expectativas de la Industria Manufacturera 2010, realizada por el INE, la capacidad productiva muestra un porcentaje de capacidad ociosa considerable dentro del sector industrial nacional.
Según UDAPE, la falta de uso de esta capacidad “representa un costo hundido al no ser explotado y consiguientemente una inversión no recuperada para el sector; igualmente denota la necesidad de generación de demanda para los productos manufacturados que estimule el crecimiento e innovación del sector”.
Los factores que con más fuerza impidieron la utilización plena de la capacidad productiva de la industria manufacturera durante el 2010 (últimos datos disponibles) fueron en primer lugar, una menor demanda (22,7%) y en segundo, la competencia del contrabando (13,1%).
Mercado interno pequeño, pero aún menor exportación
“El país se caracteriza por un mercado interno reducido”, dice UDAPE, y recuerda que entre 2000 y 2012 el consumo final promedio fue de 9,4 millones de bolivianos, donde el consumo del Estado, incluyendo a las familias, representaba el 74,1% del total, por lo que hay una “ausencia del carácter consumista de la población que se limita a la satisfacción de sus necesidades básicas”.
En este contexto, en promedio “el 80 % de la producción industrial nacional, se destina al mercado interno y el 20% restante tiene como destino el mercado externo”, destaca la institución, y agrega que el acceso a mercados externos es limitado y los acuerdos bilaterales y multilaterales que sostiene Bolivia, no son plenamente aprovechados. La razón: una escasa oferta de productos capaces de competir efectivamente en estos mercados.
Asimismo, al igual que hace una década, las exportaciones bolivianas siguen concentradas principalmente en 3 países: Brasil, Argentina y Estados Unidos.
Es por estas razones que UDAPE recomienda “promover las exportaciones mediante contratos de mediano y largo plazo con empresas del exterior que estimulen el crecimiento de nuestra oferta exportadora tanto en gamas de productos como en volumen de exportaciones”.
Por otra parte, en un reciente diagnóstico de UDAPE, señala que en la gestión 2013 se registraron 122.995 empresas, representando un crecimiento del 80,26 % respecto al año anterior, pero que sólo el 8,93 % de esas empresas se identifican con la industria manufacturera, es decir, 10.986 empresas.
Inversión pública y extranjera en la industria
A partir del año 2009 la inversión pública destinada al sector industria tiende a aumentar, “como resultado de los recursos económicos destinados a las empresas públicas creadas en los últimos años”, destaca UDAPE.
Pese a ello, según datos del Viceministerio de Inversión Pública y Financiamiento Externo (VIPFE), en el año 2015 la industria ha recibido sólo el 3,95% del presupuesto estatal, poco más de mil quinientos millones de bolivianos de un presupuesto total de 42 mil millones.
El UDAPE resalta además que la industria manufacturera es una de las actividades que menor cantidad de recursos de Inversión Extranjera Directa (IED) ha captado en los últimos años.
“La participación de IED en el sector industria alcanzó un promedio en los últimos 10 años de 10,7 % respecto de la IED total, lo que arroja una cifra de un promedio aproximado de 123 millones de dólares por año”, agrega la institución, aunque reconoce que en 2013 los recursos captados por IED registraron un considerable ascenso.
No obstante, datos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) dan cuenta de que la IED neta en Bolivia, pese a alcanzar cifras record como los 1.750 millones de dólares hasta fines de 2013, se concentra en un 69 % en el sector hidrocarburos y en un 7 % en la minería, mientras el sector manufacturero recibe sólo el 15 %.
Y es debido a esta tendencia, que favorece a los sectores extractivos, que la cantidad de empleos generados por la IED es francamente baja: entre 2003 y 2013, por cada millón de dólares provenientes de IED se crearon apenas 1,1 puestos de empleo directo.
El sector industrial manufacturero, por el contrario, es uno de los principales empleadores de la economía, ocupando el tercer lugar después del sector de agricultura, ganadería y caza. Además, según UDAPE, “en el 2012 el empleo sectorial aumentó en promedio un 9,4% con relación a las tres últimas gestiones”.
Capacidad ociosa en la industria
En el periodo 1985 – 1995, el promedio de la capacidad utilizada en la Industria Manufacturera pasó de 44% a 53%. En los últimos diez años, esta capacidad se ha visto incrementada hasta un 71%. De acuerdo a la Encuesta de Opinión Empresarial y Expectativas de la Industria Manufacturera 2010, realizada por el INE, la capacidad productiva muestra un porcentaje de capacidad ociosa considerable dentro del sector industrial nacional.
Según UDAPE, la falta de uso de esta capacidad “representa un costo hundido al no ser explotado y consiguientemente una inversión no recuperada para el sector; igualmente denota la necesidad de generación de demanda para los productos manufacturados que estimule el crecimiento e innovación del sector”.
Los factores que con más fuerza impidieron la utilización plena de la capacidad productiva de la industria manufacturera durante el 2010 (últimos datos disponibles) fueron en primer lugar, una menor demanda (22,7%) y en segundo, la competencia del contrabando (13,1%).
Mercado interno pequeño, pero aún menor exportación
“El país se caracteriza por un mercado interno reducido”, dice UDAPE, y recuerda que entre 2000 y 2012 el consumo final promedio fue de 9,4 millones de bolivianos, donde el consumo del Estado, incluyendo a las familias, representaba el 74,1% del total, por lo que hay una “ausencia del carácter consumista de la población que se limita a la satisfacción de sus necesidades básicas”.
En este contexto, en promedio “el 80 % de la producción industrial nacional, se destina al mercado interno y el 20% restante tiene como destino el mercado externo”, destaca la institución, y agrega que el acceso a mercados externos es limitado y los acuerdos bilaterales y multilaterales que sostiene Bolivia, no son plenamente aprovechados. La razón: una escasa oferta de productos capaces de competir efectivamente en estos mercados.
Asimismo, al igual que hace una década, las exportaciones bolivianas siguen concentradas principalmente en 3 países: Brasil, Argentina y Estados Unidos.
Es por estas razones que UDAPE recomienda “promover las exportaciones mediante contratos de mediano y largo plazo con empresas del exterior que estimulen el crecimiento de nuestra oferta exportadora tanto en gamas de productos como en volumen de exportaciones”.
Fuente: periódico "El País-Tarija"
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