El valor de las exportaciones de Bolivia sufrirá este año una contracción de 29 por ciento, mientras que las importaciones bajarán en 12 por ciento, según las nuevas proyecciones entregadas ayer por la Comisión Económica de América Latina y el Caribe (Cepal), en México. En el informe, también proyecta una caída de las ventas externas en 14 por ciento para todo el subcontinente.
Según el informe “Panorama de la inserción internacional de América Latina y el Caribe 2015. La crisis del comercio regional”, Bolivia tuvo crecimientos positivos en 2013 y 2014 con el 3,6 y 5,2, respectivamente. Estos datos están basados en los reportes reales por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Sin embargo, para 2015, el organismo internacional proyecta un bajón de casi 30 por ciento.
Consultado sobre el tema, el economista y expresidente del Banco Central de Bolivia (BCB), Armando Méndez, consideró que si bien los datos de la Cepal son proyecciones, se trata de proporciones “razonables” que probablemente terminarán de confirmarse a fin de año.
Según Méndez, no debe extrañar este bajón considerando la caída de los precios del petróleo, minerales y materias primas a nivel internacional. “Recordemos que la mitad de las exportaciones bolivianas está compuesta por la venta de hidrocarburos a Brasil y Argentina”, dijo.
Además, ya en agosto de este año, el presidente Evo Morales presagió la pérdida de 2.500 millones de dólares, justamente por el descenso de los valores de las exportaciones.
También el ministro de Economía, Luis Arce Catacora, ya había anticipado esta situación en septiembre pasado, cuando afirmó que ante este panorama se estaba diversificando la economía nacional.
Otras cifras coincidentes
Méndez recordó que en el balance a 12 meses, de agosto de 2014 a agosto de 2015, el descenso de las exportaciones era ya de 32 por ciento, mientras que el porcentaje acumulado en lo que va del año hasta ese mes iba en -23 por ciento, con una clara tendencia a acentuarse el bajón.
“Con estas cifras, las proyecciones de la Cepal parecen tener bastante lógica”, explicó.
La Cepal también prevé el descenso de las importaciones en 13,3 por ciento este año, después de que en la gestión pasada hubiera un porcentaje positivo de 12,8 por ciento. Según Méndez, este descenso en las importaciones es una nueva señal de la desaceleración de la economía. Además, los exportadores, con el bajón, necesitan menos productos que importar.
Consultado sobre si estas cifras afectarán en el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) y la posibilidad de que no llegue a pagarse el segundo aguinaldo, Méndez respondió que probablemente este año sí se llegue a crecer más del 4,5 por ciento, establecido por decreto para el pago del segundo bono, pero que las proyecciones para 2016, ya son muy distintas: un crecimiento de 3,5 por ciento.
América Latina con -14%
En cuanto a América Latina y el Caribe, el informe proyecta un bajón por tercer año consecutivo de las exportaciones, esta vez con el -14 por ciento.
En 2014 y 2013, hubo disminuciones de -3,0 y -0,4 por ciento, respectivamente. Esto convierte al trienio entre 2013 y 2015 en el de peor desempeño exportador de la región en ocho décadas.
Según el organismo de las Naciones Unidas, es probable que las exportaciones de la región vuelvan a caer en 2016, dado que las perspectivas de una recuperación de los precios para el próximo año son poco auspiciosas.
El sesgo recesivo que caracteriza al actual contexto económico impide que el comercio recupere el dinamismo que exhibió en el período previo a la crisis de 2008 y 2009, dice la Cepal.
Hay un cambio de ciclo económico caracterizado por un exceso de liquidez, una caída de la demanda agregada, una menor capacidad de los países emergentes para absorber los impactos externos, la desaceleración de China, un crecimiento de los activos financieros por encima de la economía real y un cambio de signo en los flujos de capitales hacia la región, agrega el organismo.
En ese contexto, existe una mayor presión para que los países tomen medidas de ajuste, lo que se une a las tareas pendientes de la región, en las cuales no se avanzaron durante la bonanza de los precios de los productos primarios. Entre ellas, están la falta de inversión en nuevas tecnologías e infraestructura y el mejoramiento de los procesos de producción.
Fuente: periódico "Los Tiempos"
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