Al menos cinco empresas chinas que trabajan en Bolivia tienen a su cargo obras estatales que están fuera de su especialidad o área principal de negocio. De un total de 49 obras viales adjudicadas a empresas extranjeras, 11 están a cargo de firmas chinas y en este grupo están las cinco cuyas especialidades son del área nuclear, naval, petrolera, comercial o hidráulica, pero construyen caminos y puentes, según datos de la Cámara de la Construcción de Santa Cruz (Cadecocruz).
La explicación, según el presidente de la Sociedad de Ingenieros de Bolivia (SIB), Marco Fuentes, está en que las empresas chinas tienen una capacidad económica que les permite cubrir las elevadas garantías exigidas, algo de lo que carecen las empresas bolivianas.
El gerente de Cadecocruz, Javier Arze, coincide con Fuentes pero además añade que son grandes empresas que se quedaron sin proyectos dentro de su país, debido a la desaceleración de China, entonces su gobierno empezó a apoyarlas otorgando créditos externos condicionados a la contratación de sus empresas.
La explicación del coordinador de la Cámara de Empresas Chinas en Bolivia, Chao Tiaen, es que hay empresas chinas de tal envergadura, como Sinopec, que eso les permite desenvolverse en otros rubros, aunque dejó claro que esos temas “son cosas de cada empresa” y que “no intervienen como Cámara”.
Las empresas que figuran en los datos de Cadecocruz son International Water & Electric Corp., que construye la vía San Ignacio-Puerto Ganadero aunque su actividad principal es la importación y exportación, contratación de obras hidráulicas, eléctricas y otras relacionadas.
Sinopec International Petroleum construye el puente San Buenaventura, el tramo Comarapa-La Siberia (carretera antigua entre Santa Cruz y Cochabamba) y el puente de la doble vía Yapacaní-Ichilo, aunque su principal actividad está en el sector hidrocarburos.
La empresa Harzone Industry Corp. construye los puentes Beni II y Madre de Dios. Esta firma es filial de una industria de construcción naval de China y de una empresa militar. La empresa Nuclear Industry Nanjing Construction Co. Ltd. lleva adelante la doble vía Caracollo- Confital Tramo 1 y su actividad principal es la construcción nuclear.
En el caso de la empresa China Camce Engineering Co., maneja obras como un tramo de la ferrovía Bulo Bulo-Montero (en Santa Cruz) o el proyecto múltiple Misicuni (en Cochabamba), este último en sociedad con una empresa mexicana; pero su área principal de negocio es el comercio y las inversiones en proyectos, así como la importación y exportación de equipos.
Algunas de estas empresas, como Sinohydro y China Camce Engineering, enfrentaron problemas ya sea por incumplimiento de contratos o de tipo laboral.
Fuentes insiste en que su capacidad financiera les permite “poner la firma a cualquier contrato”, pero luego subcontratan a empresas bolivianas que son las que realmente están a cargo de la ejecución de las obras, porque tampoco contribuyen con tecnología. Quizás el único aporte tecnológico sea el tren metropolitano de Cochabamba porque en Bolivia nunca se construyó uno, apunta.
Muchas empresas desconocen todas las variables del país
El gerente de Cadecocruz, Javier Arze, afirma que muchas empresas que ganan las licitaciones lo hacen en base a un determinado precio, pero no conocen todas las variables que tiene el país, es por eso que se presentan, ganan y cuando llegan para iniciar el proyecto se dan cuenta que el precio planteado no va acorde con las exigencias reales, ya sea por topografía, materiales u otros.
Hace notar que el decreto 181, referido a las Normas Básicas del Sistema de Administración de Bienes y Servicios, señala que no existe reajuste de los precios ya convenidos por contrato. “A una empresa boliviana no se le acepta, pero a la CAF o al Banco Mundial el Gobierno les acepta porque estos financiadores tienen su propio formato. Esto lo vemos como discriminación con las empresas nacionales”, manifiesta Arze.
Para el presidente de la SIB, Marco Fuentes, por las actuales políticas del Estado de licitar las obras de gran envergadura a empresas extranjeras, “los bolivianos hacen las obras estatales con patrón extranjero” porque las empresas subcontratan constructoras bolivianas.
Para resolver este punto, las constructoras nacionales plantean al Ejecutivo una ley que obligue a las empresas extranjeras a asociarse con firmas bolivianas dándoles una participación del 30%.
La norma ya está en análisis y para este viernes 9 de octubre, en Cochabamba, está fijada una reunión con el Ministerio de Obras Públicas.
Fuente: periódico "Los Tiempos"
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