Si en 2011, con las tecnologías aún nacientes en materia de petróleo y gas de esquisto, las empresas del sector demoraban hasta 27 meses en perforar un pozo, ahora el promedio de tiempo invertido en ello es de 18 meses.
El vicepresidente senior de la consultora Drillinginfo, Corey Rhoden, indica que "desde mediados de 2014 la producción de shales ha subido; bajaron los precios, pero la producción sigue creciendo y esto no significa sólo que continua la producción, sino que las declinaciones avanzan rápido”. Drillinginfo recoge información a nivel mundial sobre gas y petróleo, realiza análisis de yacimientos no convencionales y hace recomendaciones para los operadores sobre fracking (fractura hidráulica) y otras técnicas de extracción de esos recursos.
De Argentina a Gran Bretaña y China, los países con reservas adecuadas intentan imitar la revolución del shale de Estados Unidos, a pesar de que la mayoría carece de las condiciones que hicieron posible que florezca esa industria.
La razón por la que la revolución del esquisto empezó en Estados Unidos no se debe a que cuente con una geología única y favorable. Ese país cuenta con los segundos mayores recursos de petróleo de esquisto y los cuartos mayores de shale gas, de acuerdo con la Administración de Información de Energía de Estados Unidos (EIA, por sus siglas en inglés) en 2013. Esas clasificaciones excluyen a países de Medio Oriente, como Arabia Saudita.
Según Corey Rhoden, quien realizó la exposición magistral Fracking, avances tecnológicos, su impacto comercial y de reservas en el mercado global en el VIII Congreso Internacional Bolivia Gas & Petróleo, "con todas las empresas operadoras queriendo producir más se nota que se están poniendo más inteligentes”. Buscan alcanzar costos menores y más productividad, por ello invierten más en estudios geológicos que en perforación.
Las compañías que operan en el país del norte tienen distintos tipos de curvas de producción, incluso dentro de una misma área. Esto supone que, en el futuro, los pozos que hayan sido abandonados por no tener mucho éxito no serán cerrados y tachados como secos, sino que podrán atraer a otros operadores con mejores tecnologías y técnicas y que puedan triunfar en la misma superficie.
"Se trata de cómo trabaja un operador y no exactamente la geología”, enfatiza el especialista norteamericano. Por ejemplo, hay empresas que perforaron con el objetivo de obtener ganancias en 10 meses en los campos de Bakken, Dakota del Norte, y lograron una producción de 180 barriles de shale oil por día, pero otras -como Conoco Oil - tardó 13 meses hasta lograr ganancias, pero llegó a casi 3.000 barriles diarios.
La caída de los precios del crudo por debajo de los 50 dólares el barril le dio un golpe a las ambiciones. Pero, hay indicios de que la producción de shales fuera de Estados Unidos también puede funcionar.
Condiciones que impulsan a los esquistos
La industria del shale floreció en Estados Unidos gracias a su ecosistema único y favorable. Los aspectos importantes incluyen: los derechos de minerales que dan a los dueños de las tierras un incentivo para la perforación; una historia de exploración que crea una base de conocimiento geológico; una red de universidades y empresas que entrenaron a geólogos e ingenieros; el equipo y la infraestructura que se construye a través de los años de inversión, y los incentivos y el apoyo a la investigación.
Hay innumerables compañías que intentaron extraer recursos de esquisto a tasas comercialmente viables, antes de los 90. Un solo pozo fuera de EEUU puede costar entre 15 y 25 millones de dólares, pero sólo cinco millones de dólares o menos en las mejores zonas de ese país.
Hay innumerables compañías que intentaron extraer recursos de esquisto a tasas comercialmente viables, antes de los 90. Un solo pozo fuera de EEUU puede costar entre 15 y 25 millones de dólares, pero sólo cinco millones de dólares o menos en las mejores zonas de ese país.
Fuente: Periódico "Página Siete"
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