La importación de trigo, cuyo producto es base para la harina, al menos este año dependerá básicamente de los datos de producción nacional del grano que vaya a generarse en esta gestión, señaló Verónica Ramos, ministra de Desarrollo Productivo y Economía Plural (MDP y EP).
"Tenemos que hacer todavía el levantamiento de datos de cuánto se ha sembrado, cuanto han sido los rendimientos, los efectos climatológicos y si ha sido un buen año agrícola, debemos establecer esas variables", informó Ramos.
Pormenores. La apuesta, según hizo entrever la autoridad, es que si se repite el incremento en la producción del 30% del 2015, cuando se alcanzó al menos 160.000 hectáreas de superficie sembrada y una producción de 360.000 toneladas. Mientras tanto, la demanda interna se encuentra por encima de 720.000 mil toneladas anuales.
Según Ramos, lo que queda claro es que la producción nacional de trigo todavía no ha satisfecho la demanda nacional,
por lo que se da por hecho la importación del grano. "Todos esos aspectos definirán cuánto vamos a importar, además
que el sector privado también realiza las importaciones", puntualizó.
En los productores. Por la caída de precios en el mercado interno del trigo en un 50% el 2015, como efecto del
contrabando y la situación cambiaria de los países vecinos, el sector oleaginoso había pedido salvaguardas.
Según Ramos, esa situación también será evaluada de cómo se comporta el mercado de los países vecinos este año,
sobre todo en Argentina. "Si bien el 2015 se ha mejorado la producción, lo cual ha reducido la importación de trigo,
pese a la relación de precios con Argentina ha tenido un impacto el año pasado.
En eso hay que ver cuál es esa relación", señaló. La autoridad señaló que las fuentes de importación dependerá
también de cómo está la producción en los países vecinos y las condiciones a nivel internacional.
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