La empresa minera San Cristóbal, de capitales japoneses, generó en 2015 ingresos de 508,4 millones de dólares por la venta de concentrados, según el Reporte de Sostenibilidad de la firma, con datos a septiembre de 2015.
"En el año fiscal 2015, nuestras operaciones generaron un valor económico de aproximadamente 508 millones de dólares (de acuerdo con lo definido por Global Reporting Initiative)”, señala el documento.
A la fecha cancelaron 992,1 millones de dólares en impuestos y 346,6 millones de dólares en regalías. "A pesar de estos logros, reconocemos que queda trabajo por hacer, sobre todo con la ciudad de Potosí, la localidad donde operamos. Por consiguiente, estamos trabajando para mejorar nuestra relación con el Ministerio de Economía”, señala.
Los ejecutivos calificaron el 2015 como un año de éxitos sólidos para San Cristóbal, pese a las dificultades que enfrentó la industria minera en el mundo por la caída de los precios de las materias primas.
De los ingresos obtenidos, 228 millones de dólares fueron a cubrir costos operativos (no incluye salarios y algunos impuestos); 117 millones de dólares para pagos a proveedores de capital; 74,3 millones de dólares se dirigieron a cancelar sueldos y salarios.
Otros 47 millones de dólares fueron a pagos al Gobierno.
Los gastos de capital alcanzaron a 13 millones de dólares.
Destaca que los impactos económicos indirectos, desde el inicio de operaciones, son el desarrollo y construcción de la mina San Cristóbal, el financiamiento de la construcción de más de 200 kilómetros de caminos y puentes, 172 kilómetros de líneas de transmisión eléctrica y 65 kilómetros de líneas férreas.
Las obras permitieron la movilidad y comunicación mejorada y una mayor integración de las comunidades de Potosí y del país.
La producción
San Cristóbal es uno de los yacimientos con reservas de zinc, plomo y plata más grandes del mundo.
El pasado año la minera produjo 399.315 toneladas de zinc y plata; registró ventas de 427.374 toneladas de zinc y plata.
La producción de plomo y plata alcanzó a 75.298 toneladas, de las cuales se comercializaron 71.078 toneladas.
Los concentrados minerales son transportados por ferrocarril en contenedores a granel al puerto chileno de Mejillones, desde donde son enviados a diferentes destinos.
San Cristóbal, subsidiaria de Sumitomo Corporation de Japón, concentra el 50% de las exportaciones de minerales no ferrosos en Bolivia. Opera con 1.461 trabajadores.
La mina tiene una vida remanente estimada de siete años (hasta 2022); sin embargo, es razonable suponer que se puede extender este ciclo dependiendo del éxito de los planes de exploración y expansión, anticipa el Reporte de Sostenibilidad.
Precisa que al 31 de diciembre de 2015 se asignó un monto aproximado de 42 millones de dólares para las obligaciones estimadas relacionadas con el cierre de la mina.
Según el reporte, hasta mediados de 2016 tendrán un nuevo plan de vida de la mina para asegurar el desarrollo económico de los tajos de Jayula y Tesorera y la operación sostenible del reservorios de minerales y la planta de procesamiento.
Además se tendrá listo el plan conceptual para desarrollar el proyecto de óxidos de plata, una oportunidad para extender la vida de la mina.
Esto permitirá iniciar el estudio de factibilidad para el proyecto, que incluye una nueva planta de lixiviación de salmueras para el tratamiento del mineral de óxido y una refinería para producir doré de plata.
Japonesa disminuyó en 56% el uso del agua en la producción
Entre 2009 y 2015, la empresa minera San Cristóbal logró reducir el uso de agua en un 56%, con el fin de disminuir el impacto ambiental, informa el Reporte de Sostenibilidad 2015.
Precisa que el volumen se disminuyó de 47.562 metros cúbicos día (mcd) a 26.774 mcd, es decir que el destino del líquido bajó de 1,05 metros cúbicos por tonelada tratada a 0,53 metros cúbicos por tonelada.
El pasado año, el requerimiento total de agua para las operaciones mineras fue de 9,66 millones de metros cúbicos.
"El consumo de agua es uno de los temas más delicados desde el punto de vista ambiental y social. En 2015, más de la mitad del agua que se usa para el proceso de producción vino del sistema de reciclaje en el depósito de colas de Wila Khara, con una contribución más pequeña de los flujos del desagüe de la mina”, indica.
Asimismo, menciona que se aprovecha el agua de lluvia que se capta en la cuenca natural del depósito de colas, que también es usado para el procesamiento. Eso genera beneficios para la sostenibilidad del acuífero y la reducción de costos de operación.
San Cristóbal aplica las mejores tecnologías disponibles y prácticas de gestión responsable, emplea el agua subterránea salina de grado industrial que no es apta para el consumo humano o animal ni el riego.
La Sumitomo promovió estudios técnicos para optimizar el uso del agua en la planta de procesamiento del mineral con el fin de minimizar el impacto en las fuentes de provisión de agua, tareas que acompaña con monitoreos constantes, destaca.
Fuente: periódico "Página Siete"
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