¿Aterrizaje suave o forzoso, qué le depara a la economía boliviana tas el superciclo de las materias primas? ¿Cómo acabará este período de bonanza desperdiciada? ¿Cuánto habremos aprovechado de esta oportunidad para lograr la industrialización y la diversificación de la economía? Son preguntas en la mesa, y hasta ahora la única certeza es que el crecimiento económico actual, tras el cierre de la bonanza de las materias primas, va en desaceleración constante, y este año difícilmente habrá segundo aguinaldo.
Ésta y otras reflexiones fueron desglosadas por el economista Gonzalo Chávez durante su ponencia en la conferencia magistral “La economía boliviana en perspectiva ¿Soft or hard landing?”, expuesta el viernes de la semana pasada.
Durante la conferencia organizada por la Cámara Departamental de Exportadores (Cadexco) y realizada en la Universidad Católica Boliviana (UCB), Chávez enfatizó dos aspectos externos: la desaceleración mundial que comenzó en 2009 y de la que no se ha podido recuperar hasta la fecha y la caída de las materias primas (minerales y principalmente gas). El precio del petróleo llegó en algún momento hasta 120 dólares el barril. En la actualidad está en 50, y, según expertos, difícilmente llegará a los 60, explica Chávez.
En este contexto, Bolivia recibió 60 mil millones de dólares durante los últimos 11 años: 2005-2016. “El Plan Marshal de 12 mil millones de dólares, representaría en la actualidad 120 mil millones de dólares. Entonces, Bolivia recibió medio Plan Marshal”, explica para luego preguntarse qué hemos hecho con ese dinero.
Además, del incremento de precios de las materias primas, el actual Gobierno recibe la deuda externa prácticamente con porcentajes ínfimos con respecto al PIB, gracias a las negociaciones del HIPC. “Entonces, este Gobierno recibe prácticamente dos premios de lotería: precios altos de materias primas y cero deudas", explica.
Sin embargo, actualmente, una de las políticas para sostener el vuelo del avión económico boliviano ha sido, entre otros aspectos, volver a la deuda externa, pero sin lograr la diversificación de la economía.
“Probablemente, este período histórico sea recordado como el período en que más dinero y menos ideas tuvimos”, sentencia.
"En 11 años, el país recibió $us 60 mil millones, pero no se diversificó la economía".
CRECIMIENTO
Resultado de todas estas políticas se tuvo un crecimiento elevado. Según Chávez, al Gobierno le encanta comparar el peor período neoliberal (2004-2005) con el crecimiento de los últimos 11 años (su gestión). “Si alguno de mis alumnos hace esta comparación, yo lo aplazo. No se puede comparar manzanas con peras. Hay que comparar períodos históricos en los que la bonanza histórica internacional ha sido la misma. Y eso ha ocurrido sólo en dos ocasiones, en los años 70, y entre el 94 y el 98”, explica.
“En los años 70, la tasa de crecimiento fue de 5,7 por ciento. Entre el 94 y el 98, fue de 4,8 por ciento. Con 60 mil millones de dólares, no hemos podido hacer algo distinto”, añade.
Otra fórmula es comparar entre países. “Perú ha crecido al 6 por ciento entre 2004 y 2014”, pero Perú tiene otro modelo económico.
EMERGENCIA
Apagado el motor externo, y como el avión económico comienza a volar bajo, el Gobierno enciende el motor interno, explica Chávez. El Gobierno activa una masiva inversión pública sobre los 6 mil millones de dólares, crédito productivo, garantías no convencionales, gestión de deuda externa más agresiva, políticas de bonos, segundo aguinaldo, colocación de bonos internacionales, programas de empleo.
También echamos manos de las Reservas Internacionales Netas (RIN). Si en algún momento superaban los 15 mil millones de dólares, hoy quedan algo más de 10 mil millones.
La pregunta entonces es “¿Es sostenible esta política o tenemos que rezar para que las materias primas vuelvan a subir? Por eso, mi pregunta si tendremos un aterrizaje suave o un aterrizaje forzoso”, reflexiona Chávez.
Fuente: periódico "Los Tiempos"
No hay comentarios:
Publicar un comentario