martes, 19 de septiembre de 2017

MERCADOS: Dudas sobre mercados marcan el histórico inicio de la petroquímica en Bolivia

El ingreso de Bolivia a la era de la petroquímica producido esta semana con la inauguración de su primera planta de fabricación de urea y amoniaco disparó las expectativas positivas del Gobierno, pero analistas han advertido de problemas de competitividad por su ubicación y mercados todavía no asegurados.
El presidente boliviano, Evo Morales, ha calificado este paso de "histórico" y una consecuencia directa de la nacionalización de los hidrocarburos que decretó en 2006 porque la planta fue financiada por la renta petrolera producto de la aplicación de esa medida.

La planta tuvo un coste de 953 millones de dólares y fue hecha por la surcoreana Samsung con una capacidad diaria de producción de 2.100 toneladas de urea y 1.200 toneladas de amoniaco.


Se calcula que entre el 10 % a 20 % de la producción servirá para atender la demanda interna de fertilizantes y el resto se exportará a los mercados sobre todo de los estados brasileños de Mato Grosso y Mato Grosso do Sul, además de Perú, Argentina y Paraguay.


Bolivia espera ingresos anuales por 233 millones de dólares.



En la inauguración Morales proclamó "misión cumplida", dado que la petroquímica es la primera experiencia concreta de la industrialización del gas en Bolivia, una medida que había prometido desde que llegó al poder en 2006.

Las autoridades también han destacado el hecho, al tratarse del inicio de un proceso de industrialización esperado en Bolivia durante 192 años, desde la fundación del país en 1825.


No obstante, tras la puesta en marcha de la factoría, que comenzará a producir efectivamente en diez días, han surgido observaciones acerca de complicaciones que podría afrontar para desarrollarse.


La planta está situada en la población de Bulo Bulo, a 142 kilómetros al este de la ciudad de Cochabamba (centro), y fue construida en una superficie de 624 hectáreas.



Flaquezas del proyecto

En declaraciones a Efe, los expertos en hidrocarburos Hugo del Granado y Bernardo Prado han identificado lo que consideran flaquezas del proyecto y que podrían incidir en la competitividad de los nuevos productos bolivianos de exportación, urea y amoniaco.


Del Granado subrayó problemas relacionados con la alta inversión, la "mala decisión de localizar la planta en un lugar alejado" de los posibles mercados internacionales y el hecho de no haber asegurado ya los destinos donde podría comercializarse la producción.


Lo ideal, según Del Granado, hubiese sido situar la planta de fertilizantes en la población de Puerto Suárez, ubicada en la región de Santa Cruz (este), en la frontera con Brasil, tomando en cuenta la importancia de la demanda de los estados brasileños.


Por la ubicación de la planta en Bulo Bulo, en el centro de Bolivia, ahora es necesaria la construcción de un ferrocarril hacia el este, hasta la localidad de Montero, para entregar la producción a Brasil.


El especialista en petroquímica agregó que en principio el plan del Gobierno era invertir unos 843 millones de dólares en la planta, pero el precio subió hasta los 953 millones de dólares y con la inversión en el ferrocarril la cifra llegará a 1.200 millones.


Prado coincide en que la ubicación "es una de las flaquezas del proyecto".


"El hecho de estar en el centro mismo del continente y estar distantes de algún puerto que nos permita comercializar esta urea a otros continentes nos hace un proveedor no muy competitivo", dijo.



Otras observaciones apuntan a la falta de concreción de mercados, pues de momento, según los expertos, solo hay intenciones de compra.

Se trata de observaciones que el ministro de Hidrocarburos, Luis Sánchez, ha rechazado afirmando que Bulo Bulo es el mejor lugar porque al estar en el medio del país tiene como fortaleza el acceso desde oriente y occidente.


La primera venta comenzará en 40 días para lo que la petrolera estatal YPFB ha comprado medio millar de contenedores que irán en camiones con los fertilizantes desde Bulo Bulo a Montero para embarcarlos recién allá en tren hacia Brasil o Argentina.


Fuente: periódico "Jornada"

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