La revolución del “fracking”, la técnica de fractura hidráulica de la roca que permitió a Estados Unidos aumentar exponencialmente su producción de hidrocarburos, hizo que la potencia norteamericana pasara en apenas 15 años de ser un país importador a ser el primer exportador mundial.
En esta semana, mientras los representantes de los países del Foro de Países Exportadores de Gas (FPEG) se reunían en la ciudad boliviana de Santa Cruz, con el objetivo declarado de elevar los precios, Estados Unidos mantenía su ritmo exportador, estimado por su Administración de Información Energética en siete millones de litros diarios.
Tal volumen de oferta coloca a la baja los precios internacionales y supone un peligro potencial para la economía nacional.
Bolivia, como Venezuela, el otro estado latinoamericano integrante del FPEG, busca que el gas recupere su cotización en los mercados globales.
RÉMORA
Como la del petróleo, su caída es una rémora para los países que dependen de la exportación de estas materias primas.
Para Bolivia y Venezuela la caída en la cotización del gas se suma a la ya sufrida por el precio del crudo.
Según dijo a BBC Mundo Mauro Chávez, analista de la consultora energética Wood Mackenzie, “Bolivia tiene que ser capaz de establecer buenos precios si quiere seguir compitiendo”.
El boom de la producción estadounidense alteró radicalmente las condiciones del mercado.
TRUMP
La llegada de Donald Trump a la Casa Blanca, con su promesa de compensar el desequilibrio en la balanza comercial, ha redoblado el ímpetu comercializador estadounidense.
Y también la presión sobre sus competidores bolivianos en el tema del gas.
“Estados Unidos tiene enormes recursos por explotar el fracking y necesita nuevos clientes. La Administración Trump está haciendo todo lo que puede para que el mundo se fije en su oferta”, explicó Alex Munton, que se dedica al seguimiento del sector gasístico estadounidense en la publicación Wood Mackenzie.
FECHAS EN ROJO
El desafío para YPFB, la compañía energética estatal de Bolivia, tiene dos fechas marcadas en rojo en el calendario. 2019, cuando vence el contrato firmado con Petrobras para el abastecimiento del vasto mercado brasileño, y 2026, cuando sucederá lo mismo con Argentina.
PESO DEL GNL
Entonces, el gas convencional que Bolivia extrae de sus reservas naturales se medirá con el gran reclamo estadounidense actual, el Gas Natural Licuado o GNL. El GNL es gas que puede transportarse a altas presiones y bajas temperaturas en vehículos de carga, lo que permite abastecer a zonas a las que no llegan los gasoductos.
El Caribe es una de las muchas regiones en las que el GNL “made in USA” no deja de ganar terreno. Munton constata que “hay un evidente apetito en los mercados latinoamericanos por el GNL estadounidense”.
Si quiere mantener su cuota de mercado a la conclusión de los grandes contratos ahora en vigor, YPFB “tendrá que seguir una política de precios inteligente”, según las palabras de Chávez. Este analista lo cree posible, porque la compañía boliviana “ha hecho bastantes progresos en los últimos años, adaptando su política comercializadora”. Aunque, advierte, “el del gas es hoy día un mercado muy dinámico, en el que nada es suficiente”. (BBC)
Fuente: periódico "El Diario"
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