A nadie le causa gracia una fotografía de un extraño o la pregunta de cuánto gana cada mes al pie de la bocamina. Los tiempos no están para contar nada ni para posar. Por siglos, mucha gente se aprovechó de la condición de los mineros y hay desconfianza. En los últimos meses, la baja cotización de los minerales también les pasa factura con un trabajo precario y pocos ingresos para sobrevivir.
Para unas 150.000 personas, la minería cooperativizada es un trabajo rudo donde se gana poco. Más cuando en la oscuridad, el minero solo confía en la suerte y ruega al Tío que lo proteja del mal de mina (silicosis), que el frío o el calor no lo destruyan y que tenga la suficiente resistencia para trabajar desnudo con el agua al pecho, porque se arruinó la bomba. Conversar con ellos no es fácil.
Es lo poco que se puede conocer de la vida de estos trabajadores que extraen los recursos naturales en Oruro y en el norte potosino. San José o Siglo XX son lugares de los que los bolivianos han escuchado hablar, pero se desconoce de la subsistencia de los mineros asociados en cooperativas.
“Algunos están migrando a otros departamentos o a otros países. Pero la mayoría se queda porque no tiene otra y porque en sus venas corre sangre minera. Muchos duplican esfuerzos para lograr más utilidades. Trabajan hasta 14 horas para producir más”, dijo el presidente de la Federación Nacional de Cooperativas Mineras (Fencomin), Carlos Mamani, quien espera apoyo económico del Gobierno.
Valor del estañoPara dar un ejemplo, la cotización de la libra fina de estaño llegó, en su buen momento, a pagarse $us 14 en el mercado internacional. Desde 2014, según los datos del Ministerio de Minería, el precio fue bajando. En 2015, de los $us 10,65 se redujo a $us 6,61. El 18 de enero de este año llegó inclusive a $us 5,99 y el 9 de marzo, la cotización subió a $us 7,64.
En general, los precios internacionales han caído considerablemente, llegando a rozar los costos de producción.
Félix Pacheco, de la Cooperativa 20 de Octubre, lamenta que la gente crea que son un sector privilegiado con una importante cantidad de dinero.
Iván Chiri coincidió que al ser autosustentables, los cooperativistas tienen que pagar sus herramientas y las pequeñas máquinas que usan y no abastecen.
Aunque existen historias de que la riqueza mineral se acaba, los más viejos dicen haber visto grandes vetas aún no explotadas, que darían grandes ganancias si tuvieran financiamiento.
Al interior de San JoséDurante una visita realizada por EL DEBER a la mina San José en Oruro, a medida que se avanza en las “jaulas” (ascensores precarios) los mineros salen de las galerías cargando bolsas de minerales, mientras pi’jchean (mastican coca). La mayoría baja al nivel 360. A más profundidad, el agua amarillenta sube y las botas ya no son una protección.
Feliciano Mamani, presidente de Fedecomin Oruro, descarta un abandono masivo de trabajadores, aunque reconoce que el efecto de los bajos precios “es grave”, que exige a sus socios, a trabajar más de una punta (ciclo de 8 horas en los socavones). En la gobernación, el secretario departamental de Minería, Eugenio Choque, dice no tener permiso para explicar la situación minera de Oruro.
Siglo XX
El trabajo “víbora” (tendidos) o “al desnudo”, es normal en algunos de los socavones al norte de Potosí. “Pero las minas están desmanteladas. Con la relocalización (1985), mucha gente se aprovechó y dejó todo en ruinas. Ahora los obreros van a los ingenios y llevan el mineral en bolsas y en la espalda”, dijo Faustino Sarmiento, dirigente de la Cooperativa de Minas del Norte de Potosí.
Aquí, los dirigentes coinciden en que en este sector, de 5.000 cooperativistas, la baja de cotizaciones corrió a al menos 1.500 de ellos.
Los “ingenios”
A la luz del día se puede ver el trabajo en los ingenios sobre las faldas de Siglo XX, que los propios mineros realizan cuando salen de la mina. El trabajo es a fuerza bruta para alcanzar un poco más de dos bolsas de mineral, sobre todo estaño, para comercializarlas y poder llevar la mínima ganancia a casa.
Los molinos, la purificación o concentración del mineral, el deslame, la cernida de la carga bruta, se los realiza con herramientas precarias.
Relave
Producto de las cotizaciones bajas, hasta la Cooperativa Multiactiva Catavi-Siglo XX se dedica a relavar las inmensas cantidades de cargas que se han quedado estocadas en forma de altas montañas plomas que se sustrajeron por décadas.
Aquí, con maquinaria con mayor tecnología, electricidad y bastante agua, recuperan el estaño que se quedó en la década de los 50.
“Como en ese entonces, los minerales eran ricos, botaban con colas de 0,4% o 0,8%, eso estamos volviendo a procesar porque ya no hay vetas. Estamos vendiendo a bajo precio”, contó René Herrera, molinero del ingenio, donde trabajan 95 cooperativistas, que tienen mejor seguridad industrial y cuentan con máquinas que los ayudan en su labor.
Fuente: periódico "El Deber"
No hay comentarios:
Publicar un comentario