"La producción de oleaginosas y trigo fue afectada principalmente por la disminución de los precios en general para los granos y, por otra parte, por condiciones climáticas adversas que disminuyeron los niveles de rendimiento”, informó el presidente de Anapo, Reinaldo Díaz.
A poco de terminar la cosecha de soya de invierno, se estima una producción total anual del grano de soya de 2,8 millones de toneladas, que representan una disminución del 9% en relación con 2014. Las condiciones climáticas adversas que se presentaron principalmente en la campaña de verano, en la que hubo un periodo de sequía prolongado, generaron una merma en los niveles de rendimiento.
En el caso del trigo, indicó que, pese a incrementarse la superficie de siembra hasta 150 mil hectáreas, que representan un 30% más comparado con el anterior año, el volumen de producción obtenido fue 248 mil toneladas, inferior en 12%.
La razón principal fue el bajo rendimiento ocasionado por las condiciones climáticas, que además propiciaron la incidencia agresiva de enfermedades, como la piricularia, que afectó al grano y su calidad.
Paralelamente, los productores tuvieron problemas para comercializar su producción, debido a que Emapa sólo garantizó la compra de 90.000 toneladas y el saldo (158 mil) estuvo a disposición de las industrias locales.
Y en girasol se sembraron 140 mil hectáreas, con un volumen de producción de 90.150 toneladas, esto significa una reducción de 7,5%.
La causa de la merma es por el ataque de plagas y enfermedades, principalmente por el Sclerotinia y Alternaría.
Las exportaciones de oleaginosas (soya y girasol), de enero a octubre de este año, disminuyeron en 34% con respecto a 2014. La razón es la caída de los precios internacionales.
La política gubernamental
Ante este panorama, Díaz consideró que es el momento preciso para que el Gobierno priorice una agenda productiva con el sector.
Ésta tiene que ver con la liberación de las exportaciones de granos, el acceso al uso de la biotecnología moderna, el mejoramiento de la infraestructura productiva, la logística de exportación y la seguridad jurídica para las tierras productivas”, dijo.
Para Anapo sólo de esa manera estarán dadas las condiciones para promover una ampliación de la frontera agrícola, que permita consolidar al país como un centro productor y exportador de alimentos y garantizar la soberanía alimentaria.
Fuente: periódico "Página Siete"
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